Familia y traidores

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Zia tomó, sin aviso, uno de los autos de la resistencia. Sakura estaba dormida y rodeada de gente de confianza, así que trató de asegurarse que nada le podría pasar.

Llegó al lugar acordado: un viejo parque de diversiones a las afueras de Tokio lo suficientemente alejado para no atraer a Normis ni agentes de Reiku.

Bajó del auto y caminó entre los juegos oxidados y olvidados hasta llegar justo al medio donde el área estaba parcialmente despejada.

Ignasi se encontraba recargado en un árbol como si ya llevará rato esperando, al verlo tiró el cigarro que llevaba en los labios.

—Por un momento dudé que entendieras el mensaje —dijo al acercarse a Zia.

El líder lo vio fijamente, tenía muchas dudas sobre cómo lo contactó por sueños, sobre todo se cuestionaba por qué le mostraban a Sakura si se suponía que no los querían juntos.

¿O cuál fue el fin de hacer a Nessa pasarse por ella?

—Yo dudé que vinieras solo, siempre estás rodeado de Mutis.

Su contrincante rio con fuerza y cruzó los brazos, estaban separados por unos cuantos metros.

—Este encuentro debía ser más íntimo... ¿no lo crees, primo? —comentó con una sonrisa irónica.

—¿Tu amo te quitó el collar? —se burló Zia.

Ignasi lo vio con ojos entrecerrados y un rayo cayó en medio de ellos, incluso así, el líder se mostró impasible.

—Si crees que me vas a sorprender con nuevas habilidades, estás equivocado, de ti espero todo.

Él le dio una sonrisa maquiavélica.

—Haces bien, si no me detuve con la familia de Akemi, menos con mi propia sangre.

Zia empezó a sentir un hormigueo en sus manos, pero fue ligeramente diferente, era más intenso, como si algo dentro de él ansiara salir.

Ignasi juntó las manos frente a él y las empezó a separar con lentitud, dio la impresión de que le costaba alejarlas, cómo si tuviera dos magnetos incrustados en las palmas.

Entonces, rayos de energía rodeados de llamas se empezaron a formar justo en el centro del espacio que se dio entre sus manos.

Ignasi sonrió y puso las palmas de frente, dejando que lo que estaba entre ellas saliera disparado hacia su primo.

Zia no dudó y se defendió con fuego, tras levantar una mano, se quedó sorprendido al ver que su ataque tomó forma de un lobo que al abrir su boca tragó lo que su contrincante le lanzó. Ni siquiera sintió que se hubiera conectado con Dara, ese ataque se sintió parte de él.

Su acompañante trató de ocultar su sorpresa al darse cuenta de que Reiku tenía razón, su primo, el líder de la resistencia, tenía más poderes dentro de él.

Su acompañante trató de ocultar su sorpresa al darse cuenta de que Reiku tenía razón, su primo, el líder de la resistencia, tenía más poderes dentro de él

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