El gato y el ratón

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Sakura salió del cuarto donde había estado con Zia; estaba enojada y no le apetecía verlo, pero ya no quería permanecer ahí.

Comenzó a caminar, esperando llegar a la biblioteca para explorarla; se movió por varios pasillos hasta que por fin la encontró. Entró y se quedó maravillada: había libros de pared a pared, algunos incluso en un segundo nivel. Su padre le había inculcado el amor a la lectura y ver esa biblioteca fue como un sueño hecho realidad.

—Así que eres la nueva. —Una voz la asustó.

Sakura volteó con un jadeo y encontró al anciano Dishi a su espalda. No pudo evitar entrecerrar los ojos y sentirse molesta, todo lo que dijo de Zia...

—No me veas así, niña —gruñó el anciano al caminar hacia ella para observarla de arriba a abajo con descaro, Sakura sintió un pequeño escalofrío recorrerla—. Veo que el líder no deja de tener buen gusto —señaló caminando a su alrededor, la vió como un león a su presa.

Sakura no se dejó intimidar, así que no desvío la mirada.

—Claro, siempre debe de traer a su nueva adquisición para aprobación —continuó con una sonrisa llena de maldad.

Ella lo vio con coraje.

—No soy una adquisición —alegó con firmeza.

El anciano hizo girar los ojos con burla.

—Por favor, niña, no me digas que te creíste sus cuentos.

Sakura no dijo nada, pues en realidad no sabía de qué estaba hablando Dishi. El anciano la miró fijamente antes de que una sonrisa triunfal se formara en sus labios.

—No sabes —murmuró, casi emocionado, ella se mantuvo en silencio y él aumentó la sonrisa—. Odio ser el que destruya tu mundo de fantasía, niña, pero alguien debe de hacerlo, viste cómo terminó su última conquista.

Sakura pensó en Nessa, en realidad no tocaba ese tema con Zia por respeto, solo sabía que había muerto.

Dishi soltó una carcajada.

—El líder tuvo una adolescencia interesante, antes de la guerra él era lo que se llama, un casanova —contó poniendo atención a la reacción de joven.

Ella sacudió la cabeza, no se podía imaginar a Zia pasando de mujer en mujer, era imposible.

Dishi sonrió más al ver su cara incrédula.

—Puedes preguntar, querida, incluso estuvo un tiempo comprometido con Dara, pero rompieron el compromiso antes de que iniciara la guerra.

Sakura lo vio contrariada.

—Dara es su prima —murmuró.

Dishi caminó alrededor de la biblioteca.

—Prima muy lejana, aunque crecieron juntos; en nuestro mundo es muy común que entre primos se contraiga matrimonio para mantener la sangre limpia —contó viendo de reojo a la chica que por fin bajó la mirada—. Pero ahora es tu turno, y debo admitir que algo hizo bien, pues se consiguió una Peri con poderes fuertes -concluyó viéndola fijamente.

Ella levantó las cejas en ademán de sorpresa, ¿cómo podía saber?

—Soy común y corriente —susurró tratando de mantener el miedo fuera de su voz.

El anciano se acercó y levantó con un dedo el rostro de Sakura, ella tembló un poco al encontrarse con sus ojos fríos.

—No estoy en el consejo por nada, niña; no sé cuáles sean tus poderes, pero son fuertes, es lo único por lo que vales —murmuró con crueldad.

El poder en unoWhere stories live. Discover now