Inesperado

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Zia no pudo desviar la mirada de Nessa... Era irreal, Reiku estaba jugando con su mente.

—Te sentí desaparecer... yo... —Era un sueño, tenía que serlo.

Su ex sonrió de manera irónica y lo miró con desdén.

—Se podría decir que sí… —Se levantó y Zia notó la vestidura de color negro que cubría todo su cuerpo—. O por lo menos la parte de ella que te amaba se fue, puff —explicó e hizo el ademán de una explosión.

Él frunció el entrecejo con extrañeza y llevó la mirada al suelo.

—¿De qué estás hablando? —preguntó al mismo tiempo que intentaba incorporarse, hizo un mohín al experimentar una sensación de ardor en el pecho.

Nessa entornó los ojos con hartazgo.

—¿En serio crees que lo tuyo con Sakura se dio por casualidad? Ya se conocían —explicó y se cruzó de brazos para verlo con asco—. Esa parte de ella tomó control de mí, sólo por eso sigues vivo. —Casi escupió.

Con enojo pensó que pagó caro el ayudar a Zia escapar, pero afortunadamente Reiku la regresó al camino y las cosas eran diferentes.

Mientras tanto, él la miró con enojo y desconfianza, recordaría haber conocido a Sakura, seguro le estaba mintiendo en la cara. Ante su gesto, Nessa lo vio divertida.

—No lo sabes —acertó y soltó una carcajada que acompañó con un movimiento de cabeza.

Ahí fue cuando Zia se dio cuenta de que tenía razón, ahora que la veía como en realidad era, no se imaginaba el involucrarse con ella, eran dos personas totalmente diferentes.

Su ex se sentó frente a él en posición de mariposa, los barrotes los separaban.

—¿Por qué no me besas y te cuento todo? —susurró y ladeó la cabeza.

Zia la vio incrédulo, mientras que la mirada de Sakura apareció en su mente, esa que le dirigió cuando la sacó de su vida de la peor manera.

—Prefiero no saber —contestó con firmeza.

Ella sonrió y chasqueó la lengua.

—Aledis predijo que contestarías eso, ahora le debo dinero —chistó con fingido enojo.

Zia hizo una fina línea con su boca y entrecerró los ojos.

—Todo esto es un juego para ustedes —señaló, asqueado.

Ella volvió a reír.

—Y mira que estamos por ganar. —Se encogió de hombros—. Lástima, me hubiera encantado continuar lo nuestro, eres muy… —Lo miró de arriba a abajo como si de un chocolate se tratara—. En fin.

Se levantó y sacudió su ropa antes de decir—: No me preocupo, hay otro Li a la puerta.

Le mandó un beso a través de los barrotes y salió con un exagerado caminar que la hizo contonear la cadera.

Zia entrecerró incluso más los ojos al ver el lugar donde ella segundos atrás estuvo, recordó con enojo que el único Li que conocía trabajando para Reiku era Ignasi...

Zia entrecerró incluso más los ojos al ver el lugar donde ella segundos atrás estuvo, recordó con enojo que el único Li que conocía trabajando para Reiku era Ignasi

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