4 | Daddy

258 22 0
                                    

Después de un día de “trabajo” llegué a casa, me duche y puse sobre la cama las lencerías. Me decidí por la roja, Dios me ha dado un cuerpo de maravilla, observé a detalle toda la lencería, tenía marcas de Kerem en mis senos mordí mi labio de solo recordarlo.

Termine de vestirme y salí de la habitación.

— ¿Pará dónde y con el permiso de quien saldrás tan guapa? — Papá me sorprendió al salir y pegue un pequeño brinco.

— Jaja me asustaste — puse mi mano en mi pecho.

— No haz respondido mi pregunta. — se cruzo de brazos frente a mi.

— Saldré con Levent, el médico de la familia — Papá sonrió.

— Así que tu galán ha sido Levent — sonreí algo nerviosa.

— Jaja no es mi galán, solo es mi amigo y saldremos un rato, así que no empieces con que es mi novio, con que ¿a donde iremos?, ni nada eso.

— Nunca me das explicaciones.

— Y no lo haré, no soy Azra que les cuenta hasta cuantas horas va a salir.

— Jaja ya está bien — me abrazó — solo cuidate.

— ¿A donde iremos? — Preguntó Azra.

— Tu hermana saldrá con su novio Levent — Lo mire seria — Jaja perdón con su amigo Levent.

— ¿Estas saliendo con Levent? — Demonios todo es un mal entendido.

— ¿Es verdad lo que acabo de escuchar? — Que carajos.

— No, no estoy saliendo con nadie, solo saldré un rato con Levent, detesto cuando hacen estos interrogatorios.

— Ya relajate, solo extrañamos tu mal carácter — Dijo Azra y yo solo volteé mis ojos antes de salir de casa, él me esperaba en su auto.

— Hello Daddy — Saludó con un beso en mis labios al que no me negué.

— Sigues igual de preciosa — sonreí.

— ¿A donde iremos? — pregunté acomodandome en mi asiento.

— Iremos a bailar un rato y después a ver que pasa. — Jaja sé perfectamente cómo terminará esta noche.

Amaba bailar y su sensualidad no la perdió en ningún momento sus besos con sabor a licor hacían del momento perfecto.

Llegamos hasta la habitación y no dudé en quitarme la ropa con ayuda de él, lo tumbe a la cama para empezar a menear mis caderas.

— Amo el rojo — me acerqué a pasos lentos y mordí su labio para regresar a lo mío.

— Sé cuanto lo amas — continué meneando mis caderas hasta que sentí que me tomo en sus brazos.

— No puedes dejar esta erección así — Quitó mi brasier con facilidad y noto las marcas hechas por Kerem. — Me explicas esto. — señaló las marcas.

— Sabes que no soy mujer de un solo hombre y si eso te molesta avísame para vestirme — me estaba levantando pero me atrajo mas a su cuerpo, se puso el preservativo y en un rápido movimiento quedé debajo de él, movió mi tanga y entró en mi.

— Sé perfectamente cómo eres.

— Sabes perfectamente que me cuido como para que uses preservativo — me embistió con fuerza y de mi boca salió un gemido.

— Es la misma sensación preciosa. — Continuó con sus movimientos estaba completamente extasiada en sus brazos, pero el sonido de su celular no paraba.

SecretosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora