32 | Amenazas

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Estaba en completo shock ¿Cómo que infertilidad?

— Es difícil de entender pero como médico que soy sé que puede tener solución, la herencia de mi familia la cobre y he usado parte del dinero en eso pero son tratamientos constantes.

— ¿Porque no me lo dijiste? — pregunté sentandome a su lado.

— Por miedo a perderte, talvez vergüenza, porque no me creas lo suficiente hombre como para darte hijos — explicó con calma.

— Entiendo tu punto pero entiéndeme a mi, pudieron matarme y no solo a mi también a mi hijo, sabes que encontré cuando llegue a casa, uno de los hombres de Troy lo enviaron a matarme y a llevarle el niño, si por tu maldita culpa — señalé su pecho.

— Pero estas bien, no te hizo nada.

— Estoy bien gracias a Kerem que llamó a la policía.

— Ese siempre quiere estar metido en tu vida, nisiquiera haz preguntado como me siento.

— Levent yo te amaba — limpie mis lágrimas — pero te metiste con lo que mas amo en este mundo, mi hijo.

— Yo también te amo y lamento haber hecho las cosas así, creí que no habría riesgo por lo que la policía ya estaba avisada — Negué con la cabeza.

— Levent no puedo seguir así, haz puesto en riesgo mi vida y la de mi familia.

— Yo recibí un balazo — grito.

— Ojala y el balazo hubiera sido más a la izquierda para que te quitara lo poco que te queda de hombre.

— Lo dices porque estas enojada — es que si pudiera matarlo lo haría.

— No te soporto más, no quiero nada contigo — Quité el anillo de mi mano y lo deje en la mesa.

— No puedes terminarme Ada por Dios estoy herido, somos un matrimonio, somos una familia — reí con ironía.

— Pensabas entregar a mi hijo, me dijiste que podíamos tener más hijos cuando eres estéril, te cogias o te coges a cualquiera en tus consultas, ¿quieres que siga con la lista? — negó con la cabeza.

— No soy perfecto pero puedo cambiar, Ada te amo — volví a limpiar mis lágrimas.

— No te imaginas como deseaba escuchar eso pero hace unos años, cuando no sabía la clase de basura que eras.

— Podemos ser una familia junto al pequeño Maxito — Negué con la cabeza.

— No quiero nada contigo, creo que en unos días saldrás de la clínica, iré tramitando el divorcio — gire dispuesta a salir de la habitación.

— Si tramitas el divorcio diré la verdad de quien es el padre de Maxito — regresé hasta él.

— Me importa un carajo lo que hagas Levent, si quieres amenazas pues si tu dices eso yo digo que todo esto fue un teatro tuyo para cobrar la herencia soy capaz de hacer un escándalo mediático en tu contra.

— Eso sería un escándalo más en mi vida pero tu perderías a tu hermana y a tu familia — Es la peor persona que he conocido.

Necesito pruebas que me sirvan para hundir a Levent.

— Esta bien me quedo a tu lado — mi frustración llegó a niveles superiores a lo esperado, vimos al doctor entrar.

— Hey hola veo que llegó su amada hey señora su anillo está en la mesa — sonreí algo incomoda y aun no me acostumbro al señora, tomé el anillo.

— Eh si se lo estaba mostrando a mi esposo, es que tenía una pequeña mancha que resultó ser comida — me justifique.

— Bueno Levent tuviste mucha suerte la bala no afecto tanto pero si necesitas reposo, tendrás que usar un bastón por un tiempo — reí al escuchar eso.

— Lo siento pero es que lo imaginé — cubrí mi boca para evitar reírme, Levent estaba más que molesto.

— Tu esposa tiene un gran sentido del humor, necesito una así.

— No se consiguen fácilmente ¿verdad amor?

— Así es mi querido cojo — el doctor soltó una carcajada.

— Sé que te vas a seguir burlando pero bueno ya lo peor pasó es mejor reír — Levent sonrió aliviado.

— ¿Cuándo podrá salir de la clínica? — pregunté.

— Creo que en una semana o menos, él ya sabe los cuidados que debe tener.

— Necesitaré una sexy enfermera — Dijo Levent con cierta picardia mientras me observaba.

— Ya tienes a una esposa que te cuida — el doctor sonrió y se despidió.

— Ojala y la enfermera que te venga a cuidar te pegue alguna enfermedad venerea.

— Siempre uso condon querida.

— No te soporto — lleve mis manos a mi cabeza y mis suegros entraron.

— ¿Cómo que no soportas a mi hijo? — preguntó mi suegra.

— No soporto verlo así lastimado — me justifique antes de que Levent diga cualquier estupidez.

— Entendemos no es fácil ver a mi hijo así — muchas palabras de lástima invadieron la habitación.

Finalmente regresé a casa no podía dormir con nada y Máx no ayudaba no estaba cómodo, demonios su pañal.

Semanas después.

Regresé a casa con Levent aún debe usar su bastón, dormimos en la misma habitación, intentó acostarse conmigo pero un golpe en su herida lo detuvo.

— ¿Ya te vas? — pregunté al verlo con su uniforme.

— Si, tengo muchas citas reagendadas

— ¿Y crees que tus citas se quiera acostar con un cojo?

— Jaja tu te lo pierdes, ellas siempre regresan donde es bueno.

— Si tu lo dices — Lo vi salir y porfin pude conseguir el número de Ebru mientras él se bañaba.

Marque su número es la única que me puede ayudar a cambio de dinero obviamente.

Hola — Contestó con su voz de engreída.

— Hola Ebru soy Ada porfavor no cuelgues.

Habla de una vez.

— Odias a Levent ¿verdad?

Tu lo amas ¿Porque me lo preguntas? — Que estupidez.

— El amor se acabó y necesito de tu ayuda, te necesito de aliada, eres mi última y única opción.

¿Que hay que hacer?

— ¿No te negaras? — esto es muy bueno para ser verdad.

Necesito cobrarme lo que me hizo de alguna manera.

— Tengo un plan que sé que te va a encantar.

Cuéntame más.

Le explique mi plan y hasta me felicitó, ella se encargará de encontrar una aliada más.

Kerem Bolat.

Salí temprano del trabajo, deje la llaves y caminé hasta la habitación, Azra parece estar hablando por teléfono.

— Si amor nuestra pequeña será hermosa, tendrá tus ojitos y se llamará Marina en tu honor por Mario son muy parecidos ¿No? Me encantó esa idea — No podía creer lo que había escuchado.

— Azra ¿Qué carajos acabó de escuchar? — dejó caer el celular.

— Amor amor mírame yo te puedo explicar, lo que sucede es que yo él ¡Ahh! — gritó tocando su vientre.

— No finjas, y yo como estúpido creyendo le pondrá Marina porque le encanta todo lo que tiene que ver con el mar, fui un imbécil — llevé mis manos a mi cabeza.

— ¡Ahhh! La bebé va a nacer, rompí fuente — Dijo entre gritos.

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