5 | La carne es débil

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— Estos encuentros se deben terminar. — Dijo Kerem mientras secaba mi cabello, habíamos pasado un día espectacular la mejor parte fue el jacuzzi sin duda alguna.

— Si, sabes que las cosas solo suceden y ya. — Dio un beso en mi frente.

— Lo sé, no hay sentimientos de por medio pero nos pueden descubrir, sé que la pasamos bien pero en unas semanas estaré casado con tu hermana. — Lo tengo muy claro.

— Lo sé, no es necesario que me lo recuerdes, sé perfectamente lo que hago, no quiero lastimarla, y si no te complace como yo en la cama hablaré con ella para decirle algunos trucos.

— Deberías, pero no me imagino a Azra haciendo un Striper. — Ni yo la imagino, por poco y se hace monja.

— Lo intentaré — Dio un beso en mis labios y reviso su celular.

— Debemos irnos, me escribió que ya están de regreso — tecleó algo en su celular y regreso conmigo, me abrazó por la espalda.

— Debemos irnos. — Me terminé de vestir y subimos al auto, prendió la radio pero yo la apagué.

— ¿Qué sucede? — preguntó mientras estacionaba el auto.

— Nada, solo que no debí meterme contigo después de saber que tu prometida es mi hermana.

— La carne es débil, tu auto está fuera de la empresa le dije a una amiga que espere mientras te llevo hasta ahí. — puso su mano sobre mi pierna. — Tranquila, no diremos nada, no se volverá a repetir.

— Kerem estamos acostumbrados a esto a estar con más de una persona, no creo que seas un buen esposo para mi hermana. — Negó con la cabeza.

— Amo a tu hermana — Dijo con tranquilidad.

— No sé cuál es tu significado de amar, porque si realmente la amaras como dices no le pondrías el cuerno, no sé porque le pediste matrimonio. — tenía que decirlo de una vez por todas.

— Tu no tienes porque decirme que hice bien y que hice mal si nisiquiera llevas control de tu propia vida.

— Al menos no me casaré por el que dirán de mi familia.

— Me casaré con tu hermana te guste o no Ada, entiéndelo la amo a ella, tuviste tu oportunidad quería las cosas enserio contigo pero tu querías estar en cama de los demás y eso a mi no me gusta.

— Claro no te gusta que otro lo haga pero tu si hacerlo.

— Lo que estas es Celosa porque me casaré con ella y no contigo — dijo con ego.

— Yo no estoy Celosa, nunca ha sido mi sueño casarme, no sueño con esas estupideces.

— ¿Tanto daño te hicieron para que no creas en eso? — mordí mi labio para que las lágrimas no se escaparan.

— ¡Si lo hicieron! — Grité, detuvo el auto y me abrazó.

— ¿Qué te hicieron? — Preguntó en voz baja.

— Fue algo no correspondido, algo que me convirtió en lo que soy, debemos apresurarnos Azra y mis papás llegarán en cualquier momento. — Puso el auto en marcha, entendia que no quería hablar más de eso.

Mis ojos empezaron a pesarme dormí un rato, luego de eso llegamos a la empresa, vi a una chica bajita pero con curvas bajar de mi auto, levanto las llaves.

— Todo tuyo mi amor — observé de mala gana su gesto y Kerem la miró serio para después sonreírle.

— Jaja ya no la asustes que es mi cuñada — ella se encogió de hombros y lo abrazo.

— Eh necesito una explicación. — Ella sonrió.

— Soy Ebru Aksoy la mejor amiga de Kerem. — Yo he visto antes a esta tipa.

— ok, haré como que te creo. — Me cruce de brazos frente a ellos.

— Ya relajate doble de Azra. — Me acerqué a ella.

— La próxima vez que quieras hablar conmigo busca unos tacones más altos para creer que hablo con un adulto. —  Tome las llaves de mi auto y conduje hasta casa, realmente estoy agotada.

— ¡¡Ahh!! — puse mi mano en mi pecho y pegue un pequeño salto al escuchar gritar a Azra.

— ¿Qué? ¿Qué pasó? — Pregunté alterada.

— Encontré el vestido perfecto, lo vas a amar, enserio Kerem se va a volver a enamorar de mi al verme entrar con ese vestido. — volteé mis ojos y respire aliviada.

— Debería estar emocionada por mi. — Asentí.

— Uff si Wooow mi hermanita se va a casar! — Dije intentando tener ánimo.

— Uy pero que emoción — Dijo empujandome a su habitación.

— Ya Azra déjame en paz — realmente estoy agotada.

— Debes verlo es perfecto — ya me imagino como es, ella siempre soñó con él escote corazón.

— Conseguí el escote corazón — levanté mis cejas, me tumbe en su cama mientras decia cada detalle del vestido.

Me cansé de escucharla me di una ducha, olvidé cenar y me dormí.

...

Faltan apenas una semana para la boda, los encuentros sexuales con Kerem se siguen dando, pero no tan solo es conmigo pues lo encontré saliendo del baño con Ebru, quiso explicarme pero no se lo permití, el no me debe explicaciones.

— Alguien está de mal humor desde que me vio salir del baño. —Negué con la cabeza.

— Piensa lo que quieras Kerem — Seguí con mi trabajo pero él se levantó y dio un beso en mis labios, no respondí al mismo.

— ¿Ya me vas a decir que tienes o también quieres que te lleve al baño? — sonreí y me levanté puse mi manos alrededor de su cuello, levante mi rodilla dando justo en su entrepierna. — No soy Ebru.

— ¡Demonios! — lo vi tumbado en el suelo quejándose del dolor. — ¿Te haz vuelto loca?.

— Estoy más cuerda que nunca, tú te haz convertido en un mujeriego y mal hombre para mí hermana. — Siguió quejándose del dolor hasta que pudo reponerse.

— Que yo sea un mujeriego te incluye a ti en eso, porque seamos realistas no eres ninguna santa para que me hables de buenos actos.

— Si y yo tengo claro eso pero hablamos de mi hermana. — Se cruzó de brazos frente a mí.

— Es como la sexta vez que repites tus dramas solo que hoy si llegaste hasta los golpes, debes aprender a controlar tus celos. — Negué con la cabeza y preferí no decir nada es inútil hacer que entienda algo.

Seguí trabajando y evité hablar de ese tema, vi a Levent en el estacionamiento.

— Pero miren que belleza tenemos aquí, que sexy falda o debo decir que provocante cuerpo.

— No hagas que mi rodilla se una a tu amigo — Señalé su pantalón.

— ¿Vamos por unos tragos? — Preguntó Levent y alguien hizo un sonido con su garganta giré era Kerem .

— Recuerda que tenemos la cena del compromiso con Azra y tus padres — Dijo Kerem con tranquilidad.

— Diles que no iré, adiós y gracias por llevar el mensaje cuñado — tome la mano de Levent para dirigirnos hasta su auto.

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