— Vine a visitarte — Dijo sonriendo, observé a Demet.
— Fuiste su cómplice — Demet empezó a silvar.
— No lo culpes yo insistí — Escuché la bocina de un carro.
— Vinieron por mi — Demet tomó las cajas — Ustedes deben hablar y porfavor Ada se responsable con tus decisiones.
— Te voy a extrañar — Ella soltó las cajas para abrazarme y despedirnos.
Salió dejándome sola con mi tormento diario.
— Lo Preguntaré una vez más ¿Qué carajos haces aquí?.
— Solo vine a visitarte.
— ¿Qué excusa le diste a Azra para dejarla? — se encogió de hombros — ¡Habla ya!
— Asuntos de trabajo — Y claro Azra no se mete en sus asuntos.
— Bueno ya me visitaste te puedes ir — señalé la puerta.
— Vine por unos días — cubrí mi rostro con mis manos.
— Necesito que te vayas porfavor no me obligues a decirle a Azra que estas aquí — Se acercó a pasos lentos.
— Quiero estar contigo, mi matrimonio es un desastre.
— ¿Qué le hiciste a Azra? — Pregunté.
— Nada, ella vive feliz en su mundo de fantasías, es todo lo contrario a lo que éramos de novios, discutimos por cualquier razón.
— Es su vida y no tengo porque meterme, así que regresa por donde viniste — Volví a señalar la puerta.
— Por favor déjame estar en parte del embarazo — Tocó mi vientre.
— Esta bien, pero no quiero cursilerias.
Pasó el día contándome todas las peleas con Azra y no creí que ella pusiera hasta reglas de cuantos días tienen sexo.
— Puedes dormir en la que era la habitación de Demet.
— Quiero dormir contigo — dio un beso en la comisura de mis labios.
— Kerem eres el esposo de mi hermana.
— Sabes que eso no me detendrá.
— No está bien.
— Siempre volvemos donde es... — lo interrumpí juntando nuestros labios en un tierno beso.
— No quiero que confundas las cosas, es solo sexo y es por mis hormonas — No dijo nada y volvió besarme, llegamos hasta la cama entre pasos torpes.
...
Desperté porque algo olía a quemado, corrí hacia la cocina Kerem estaba apagando el fuego.
— ¿Pero que sucedió?.
— Buen día baby — dio un beso en mis labios — Se me quemó el desayuno.
— Buen día baby, es mejor salir a desayunar — no quiero que mis vecinos me vean con él — mejor pedimos algo.
— Cómo tu quieras — nos cambiamos Kerem pidió comida y me metí al computador a hacer un trabajo pendiente.
— ¿Y así pasas todos los días?.
— Algo así, adivina quien es mi jefe.
— No tengo ni la menor idea.
— Tu querido socio Dan.
— Ese infeliz es tu socio.
— Bajale a tu tontito, es un jefe muy como te puedo decir consentidor.
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Secretos
FanfictionKerem y Azra, después de un noviazgo perfecto, quieren dar el gran paso de casarse pero la llegada de su dama de honor traerá algunos inconvenientes. ¿Realmente se conocen lo suficiente? Y es que ¿Quién no guarda Secretos?