12 | Más Días Así

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— Vine a visitarte — Dijo sonriendo, observé a Demet.

— Fuiste su cómplice — Demet empezó a silvar.

— No lo culpes yo insistí — Escuché la bocina de un carro.

— Vinieron por mi — Demet tomó las cajas — Ustedes deben hablar y porfavor Ada se responsable con tus decisiones.

— Te voy a extrañar — Ella soltó las cajas para abrazarme y despedirnos.

Salió dejándome sola con mi tormento diario.

— Lo Preguntaré una vez más ¿Qué carajos haces aquí?.

— Solo vine a visitarte.

— ¿Qué excusa le diste a Azra para dejarla? — se encogió de hombros — ¡Habla ya!

— Asuntos de trabajo — Y claro Azra no se mete en sus asuntos.

— Bueno ya me visitaste te puedes ir — señalé la puerta.

— Vine por unos días — cubrí mi rostro con mis manos.

— Necesito que te vayas porfavor no me obligues a decirle a Azra que estas aquí — Se acercó a pasos lentos.

— Quiero estar contigo, mi matrimonio es un desastre.

— ¿Qué le hiciste a Azra? — Pregunté.

— Nada, ella vive feliz en su mundo de fantasías, es todo lo contrario a lo que éramos de novios, discutimos por cualquier razón.

— Es su vida y no tengo porque meterme, así que regresa por donde viniste — Volví a señalar la puerta.

— Por favor déjame estar en parte del embarazo — Tocó mi vientre.

— Esta bien, pero no quiero cursilerias.

Pasó el día contándome todas las peleas con Azra y no creí que ella pusiera hasta reglas de cuantos días tienen sexo.

— Puedes dormir en la que era la habitación de Demet.

— Quiero dormir contigo — dio un beso en la comisura de mis labios.

— Kerem eres el esposo de mi hermana.

— Sabes que eso no me detendrá.

— No está bien.

— Siempre volvemos donde es... — lo interrumpí juntando nuestros labios en un tierno beso.

— No quiero que confundas las cosas, es solo sexo y es por mis hormonas — No dijo nada y volvió besarme, llegamos hasta la cama entre pasos torpes.

...

Desperté porque algo olía a quemado, corrí hacia la cocina Kerem estaba apagando el fuego.

— ¿Pero que sucedió?.

— Buen día baby — dio un beso en mis labios — Se me quemó el desayuno.

— Buen día baby, es mejor salir a desayunar — no quiero que mis vecinos me vean con él — mejor pedimos algo.

— Cómo tu quieras — nos cambiamos Kerem pidió comida y me metí al computador a hacer un trabajo pendiente.

— ¿Y así pasas todos los días?.

— Algo así, adivina quien es mi jefe.

— No tengo ni la menor idea.

— Tu querido socio Dan.

— Ese infeliz es tu socio.

— Bajale a tu tontito, es un jefe muy como te puedo decir consentidor.

SecretosWhere stories live. Discover now