8 | ¿Y La Decisión Es?

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De ninguna manera aceptaré lo que me propuso Kerem.

— Solo piénsalo.

— No Kerem, como crees que le voy a hacer eso a Azra con el tiempo notará el parecido, no lo voy a tener y fin del asunto, no te puedes oponer porque de hacerlo yo diré el verdadero hombre que eres — le advertí.

— No Ada porfavor piénsalo bien, si tu quieres yo no me caso con Azra pero no abortes.

— Deja de insistir porfavor, tu te vas a casar con mi hermana y yo me iré a Londres después de recuperarme del aborto.

— Si abortas no me caso con Azra. — Negué con la cabeza.

— Debes casarte con ella, la destruirías Kerem porfavor sabes como es ella.

— Hagamos un trato. — no se que esperar de Kerem.

— Yo me caso con Azra pero tu tienes al bebé.

— Eso no es opción Kerem, las cosas deben ser como hasta ahora ese bebé no cambia nada.

— Lo cambia todo Ada reacciona por Dios. — Dijo desesperado.

— Si tu abortas yo le digo toda la verdad a Azra.

— No vamos a parar de amenazarnos. — me recosté en la silla y respiré profundamente.

— ¿Y la decisión es?.

— Te casas con Azra y tendré al bebé pero lo daré en adopción. ¿Lo tomas o lo dejas? — no tengo más opciones.

— Acepto, pero ¿y si Azra quiere adoptarlo?.

— Tu la convenceras de que no.

— Esta bien, pero necesito saber quien tendrá a mi hijo.

— Ambos lo sabremos, no se como pero tu me ayudaras con el papeleo y porfavor no le digas nada a papá de por si ya está mal.

— No te preocupes. — preferí no hablar más del asunto, seguí trabajando hasta que alguien casi tumba la puerta de la oficina.

— ¿Cómo carajos se te ocurrió decirle a Emre que me acosté contigo? ¿Qué diablos tienes en la cabeza? — entró una chica gritando.

— Nahid por Dios cálmate, lo dije en un momento de broma pero Emre creyó que era verdad, yo lo iba a hablar contigo. — Kerem justificándose.

— Con razón Emre siempre vivía reclamandome hablando de ti, me trató como una cualquiera.

— Señorita calmese porfavor este no es lugar para escándalos — dije y me observó de pies a cabeza.

— Mira niña no te metas en esto — al carajo ésta me quiere conocer.

— Retirate de la oficina. — Dije algo irritada.

— Pues no me iré muchachita, él y yo tenemos una conversación pendiente, la que se debe ir eres tú.

— Ada no compliques las cosas y por favor Nahid esto lo podemos hablar luego con Emre incluso, solo es un mal entendido, asumo toda la responsabilidad.

— Ok, como tu quieras, solo creo que necesitas reparar la ralladura que le hice a tu auto en un momento de ira— Kerem negó con la cabeza.

— Las cosas materiales se recuperan. — ella tecleo en su celular.

— Emre está viniendo para acá así que me pondré cómoda a esperarlo.

— Podrías esperar afuera y dejarnos trabajar. — Dije lo más calmada posible.

— Porque no vas tu a esperar afuera.

— Nahid cálmate.

— Que se calme ella que se cree jefa aquí cuando es una simple secretaria.

— Si quieres conservar tus extensiones es mejor que le bajes a tu tonito — advertí molesta.

— Querida ¿si sabes con quien estas hablando? — al carajo una palabra más una más y juro que le desfiguro todo lo que se llama cara.

— Si con una rubia y ya sabes lo que dicen de las rubias — mire mis uñas y sonreí victoriosa.

— Kerem sacala de aquí o no respondo.

— Yo no tengo porque salir, deja de hacer tantos problemas si no te acostaste con él ¿para que buscas problema?

— No lo entiendes niña está poniendo en riesgo mi integridad.

— ¿Y que pueden pensar de una mujer como tú? — ella levantó su mano dispuesta a pegarme pero Kerem la detuvo.

— A ella no la tocas, es la hermana de Azra.

— Por Dios ¿Ada Elif?.

— Ahora es un milagro que sepas mi nombre — dije rodando mis ojos.

— No me recuerdas, éramos amigas en la escuela ambas aprendimos a hacer trenzas y jugar. — los recuerdos venían a mi mente y no puede ser ella.

— Que demonios pero la pubertad te pego fuerte.

— Digo lo mismo de ti, ahh cuántos años sin verte. — me abrazo y Kerem nos miraba con cara de confusión.

— Si, es extraño que me abraces cuando estabas a punto de pegarme — sonrió y negó con la cabeza.

— Es que me sacas de mis casilla, cuantos años sin verte, ¿como haz estado?.

— Ahora son las mejores amigas — comentó Kerem.

— Tampoco exageres, pero si tenemos lindos recuerdos de infancia.

— Tenemos que ponernos al día en todo. — el sonido de la puerta nos interrumpió.

— Hola Kerem hola Nahid yo te debo una explicación junto con Kerem. — Dijo un chico parecido a Kerem supongo que es el famoso Emre.

— Tu hermano ya me explicó, estaba borracho y solo quería darte celos como si el pudiera conmigo, y no es necesario que te disculpes cosita. — ella se acercó a los labios de Emre y vaya que le dio un apasionado beso.

— Bueno su reconciliación no la pueden tener en mi oficina. — Comentó Kerem a lo que yo reí.

— Apoyo el comentario de Kerem. — Dije entre risas y ellos se separaron.

— Tu debes ser Elif la hermana de Azra, Kerem me ha hablado de ti por cierto felicidades por tu embarazo. — Dijo Emre con una sonrisa mientras yo respondí con una risa forzada.

— Eh si, lo estoy — Nahid me abrazó.

— Felicidades no sabía que te habías casado, debo conocer a tu esposo. — quería soltar una carcajada pero no podía.

— No estoy casada y prefiero no hablar de ese tema, después te explicaré, ve a disfrutar de tu reconciliación — se despidieron y casi que salieron corriendo.

— Bueno a regresar al trabajo — me cruce de brazos frente a él — Que lindos senos baby.

— No estoy para bromas.

— Que carácter.

— ¿Porque estas contándole a todos que estoy embarazada? — sonrió.

— Porque lo estas — se encogió de hombros.

— Te pediré algo porfavor, quiero llevar este embarazo lo más oculto posible, ambos sabemos que no me quedaré con este bebé.

— Esta bien, de mi boca no saldrá nada pero ya sabes como es tu familia querrán hacer fiesta de todo.

— Por eso me iré a Londres después de la boda, no quiero que me vean embarazada y luego todos pregunten ¿y tú bebé?, no quiero responder cosas que no planee, algo que no será parte de mi vida.

— Tranquila, lo entiendo.

— Gracias por apoyarme en esto, sobre todo porque tu ya tienes tus planes con Azra. — Tomó mis manos y dio un beso en las mismas.

— Eran los planes que quería contigo.

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