29 | Lío

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— No amor, escuchaste mal.

— No soy estúpido sé perfectamente lo que escuché, ¿Azra le fue infiel a Kerem?

— Específicamente ¿que escuchaste?

— Qué Azra le monto cachos a Kerem fue lo único que entendí.

— Ay por Dios ya Ada Elif debes decirle — Demet no ayudas.

— Si es verdad Levent, la nena no es de Kerem.

— Pero por Dios parece que Azra no rompe ni un plato.

— Si supieras todo lo que hacía en el Colegio — Tengo tantas ganas de lanzarle un zapato a Demet.

— Demet ya te ibas ¿verdad? — dije molesta.

— Traje cena, quedate con nosotros —   Levent la invitó yo solo quería que se fuera con tantas ganas de hablar que tiene solo falta que delate que Kerem es el padre del bebé.

— Le haré caso al musculoso — la vimos salir de la habitación.

Levent se acercó hasta la cuna y ambos observamos como dormía plácidamente.

— Es precioso — Dio un beso en mi frente — Tiene tus ojos.

— Si, es muy bello estoy segura que sus padres lo van a amar.

— Si quieres nos lo podemos quedar, no tengo problema con eso — No esperaba que dijera eso, dio un corto beso en mis labios.

— Levent no, tu no eres su papá y ya sus padres están ansiosos por conocerlo, vamos a cenar.

— Vamos — cenamos y agradecí que no volviera a mencionar ese tema, lavé los platos con ayuda de Demet, la acompañé hasta la puerta.

— Porfavor piensa en el bebé en lo mejor para el bebé.

— Ya lo he hecho Demet sabes que a mi lado no tendrá la vida que merece.

— ¿Y con unos extraños si?

— No son extraños Demet.

— Creeme qué si yo tuviera una pareja o un trabajo estable te diría yo lo adopto pero no cuento con eso para darle una buena vida.

— Lo sé y creeme fuiste una de mis primeras opciones pero no Demet ya Max tiene sus padres y no entiendo porque lo sigo llamando así si sus padres ya le tienen otro nombre.

— ¿Que nombre?

— Teodoro — Demet empezó a reír.

— Hay por Dios lo único que se me viene a la mente es Teodoro el de Alvin y las ardillas — reí ante su comentario.

— Bueno eso fue lo que me dijo Levent, él es quien se ha encargado de todo el proceso legal, no se que haré para que Kerem firme los papeles de adopción.

— Debes planearlo bien.

— Bueno, no se cuando nos veremos, solo espero que hagas bien las cosas y no te arrepientas — me abrazó.

— Cuidate te voy a extrañar — la abrace con mucha mas fuerza, regresa mañana a Londres.

Entré a casa, vi una tierna escena Levent estaba dormido y sobre su pecho estaba también dormido el bebé, lo tomé en mis brazos demonios que olor necesita un cambio, empezó a llorar solo esto me faltaba.

Levent despertó y sonrió.

— Cambialo que llora por lo incómodo que está.

— Hazlo tú porfavor.

— Yo debo ducharme — lo vi desaparecer caminando hacia el baño.

Le cambié el pañal por Dios casi se lo pongo al revés, esto es un desastre, lo alimente y se acurrucó en mi pecho, me siento completamente agotada.

...

Cuidar a un bebé no es solo cambiar el pañal alimentarlo y vestirlo con ropa bonita como promocionan los comerciales, es todo un lío pero hasta hoy tengo este lío, estoy terminando de ordenar todas las cosas que se llevarán.

— La maleta ya está lista, su coche, biberones — asentí a lo que decía Levent.

— Los papeles ya están firmados.

— ¿Por ambos?

— Por ambos — Había citado a Kerem en la mañana para que los firmará y entre lágrimas lo hizo vio a Max por última vez, me hizo llorar su despedida pero debía hacerlo, Levent respetó que yo me encargara de esos papeles y no insistió en saber quien es el padre.

— Te quedaste pensativa.

— No es nada.

— Aún puedes cambiar de idea, podemos quedarnos con el pequeño yo asumiré todas las responsabilidades — me tomó de la cintura.

— No insistas, es mi decisión.

— Si exacto tu decisión porque nisiquiera dejaste que Kerem opinara en esto — quedé helada al escuchar eso.

— ¿Leíste los papeles? ¿Cómo lo sabes? — fue lo único que salió de mis labios.

— Soy el doctor de la familia y lo descubrí casi desde que nació, es idéntico a él, pero sobre todo el lunar de la espalda que parece un mancha es el mismo que el de él.

— Levent yo lo siento no quería que lo supieras así yo... — puso su dedo índice en mis labios.

— No debes darme explicaciones, entiendo perfectamente.

— Cuando las cosas pasaron con Kerem yo no sabía que era el prometido de Azra, porque él y yo tuvimos algo en Londres y al volvernos a ver las cosas sucedieron pero en la mañana siguiente supe que era el prometido de Azra y desde ahí todo se ha ido al mismísimo carajo —lleve mis manos a mi rostro y limpie las lágrimas.

— Tranquila, entiendo, no sabía lo que acabas de decir pero tienes tus razones para hacerlo y si Kerem te apoya en esto yo mucho más, si tranquila Te amo — Dio un beso en mi frente y por primera vez sentí su te amo real.

— Te amo — lo abracé y mire el reloj — debemos irnos se nos hace tarde.

Subimos al auto decidí irme atrás con Maxito, creo que es la última vez que lo veré, el pequeño dormía plácidamente en su silla para auto, saqué mi celular y le tomé una foto solo serás un recuerdo pequeño.

Llegamos a una gran casa con espacios muy abiertos, uno de los empleados nos guió hasta la sala y ahí los vi el señor y la señora Navia.

— Hey hola porfin llegó mi pequeño Teodoro — Dijo la señora Claudia y recordé a Demet, la señora extendió sus brazos frente a mi para que le pasara al bebé.

— Mi campeón ha llegado — Dijo el señor Troy Navia, acariciaron sus mejillas.

— Hola, está dormido, se los entregaré en cuanto lean y firmen los papeles — ambos asintieron Levent no se separó de mi lado, tenía su brazo rodeando mi cintura.

El bebé empezó a moverse y abrió sus ojitos, sentí inmensas ganas de llorar, puse el chupón en su boca y contuve mis lágrimas.

— Listo ya está todo en orden — habló su abogado mientras guardaba los papeles.

— Mi pequeño Teodoro ven con mami — besé la mano del pequeño y se lo entregué.

— Cuidenlo por mí.

SecretosWhere stories live. Discover now