operación: enamorar a Sunoo. (SUNGSUN AU)

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—Destinados.—Confirmó nuevamente Do wan para creérselo, Sunghoon asintió seguro.

—No crean que fue solo por eso que quiero cortejar a Sunnie, tanto mi lobo como yo le dijimos que si no quiere, estaba completamente bien.—Se apresuró a decir.—No vamos a obligarlo a estar con nosotros.

—¿Eso no dañará a tu lobo? Es decir, son destinados después de todo.

—Solo quiero la felicidad de Sun, asi que lo que él elija esta bien.

—Esta bien, cariño ¿Puedes llevar a Sunghoon al jardín en lo que nosotros llevamos el postre?—El pelirosa conoció la mirada que su madre le estaba dedicando, inevitablemente se sintió nervioso porque significaba que en unos minutos le dieron el veredicto final.

Con sus manos unidas, el menor guió al alfa hasta la parte trasera de la casa donde un hermoso jardin con distintas flores con una media carpa para cubrirlos el sol se dejó ver, bajo esto había sillones blancos junto a una mesa de vidrio, que fue donde se sentaron ambos.

—Lo hiciste bien, Hoonie hyung.—Sunoo consoló al ansioso alfa que no paraba de removerse en su lugar, acariciando las manos mas grandes sin darse cuenta que olvido hablarle formal.

—¿Hoonie?—Los oídos del mayor se sintieron bendecidos de que su omega este empezando a usar apodos con él y también el trato informal, aún si era muy común, cualquier cosa que venga del pelirosa lo sentía especial.

—Sunghoonie, Hoonie hyung, tal vez...—Pensó con el dedo en su barbilla mirando hacia otro lado haciendo reir al alfa.—Si yo soy el sol, ¿Tu eres la luna?

—¿Eso crees?

—Claro que si.—Asintió efusivo.—Juntos somos un eclipse, ¿No? Por eso la madre luna nos concedió ser destinados.—Park se sintió conmovido, tanto que no resistió acercarse al omega a estrecharlo en sus brazos, dejando un amoroso beso en su frente.

—Tienes razón, pastelito.

Sunoo quiso ronronear al sentirse tan protegido y seguro entre los brazos del mayor, liberando su dulce aroma para que combinase con el de chocolate. Sunghoon cerró los ojos dejándose llevar, con su cabeza en el cuello del chico, no quiso ir a otro lugar más que a ese.

—Por cierto, ya que dijiste eso, mira lo que tengo para ti.—Palmeo sus bolsillos sacando del izquierdo una cajita, de alli tomó dos collares, de dijes distintos pero que al final algo los unía.

El sol y la luna.

—¿Cuál quieres? Puedes tomar el que mas te guste.

El omega sin pensarlo agarró el de la luna, Sunghoon ladeo la cabeza un poco confundido creyendo que tomaria el sol, ya que era el apodo característico del pelirosa.—Hoonie, eres la luna, debo llevarte conmigo siempre, ¿no lo crees?

Si pensaba que su omega lo traia enamorado, con eso pudo confirmarlo reiteradas veces.

—Nuevamente tienes razón, solcito.—Con eso dicho sostuvo ambos collares, ayudando a su omega a colocarle el previamente escogido y se puso el suyo. Sonrió con grandeza al notar el detalle de que por primera vez estaba compartiendo algo con su chico y eso solo hacia mas real la situación.

—Cuando nuestros padres den el visto bueno, ambos collares tendran nuestros aromas encima, ¿Estas de acuerdo?

Sunoo amaba como a cada frase, le preguntaba su opinión, le dejaba en claro que Sunghoon no quería imponerse como alfa y cabeza de la relación, si no que ambos estén a la par, como alfa y omega.

—Me parece excelente, hyung.—Sin poder resistir estar lejos del calor del mayor, tiró su cabeza en el hombro y rodeo sus brazos en el torso de Sunghoon, ronroneando con gusto cuando este le devolvió el abrazo con cariño.

—Chicos.—La voz de Sooyoung los hizo volver a la realidad, haciendo que se separen perdiendo el calor contrario, pero con los nervios volviendo a atacar sus cuerpos.

—Sunghoon, estuvimos hablando y decidimos que por nuestra parte, eres libre de cortejar a Sun y luego de los tres meses, poder llamarte familia.—El mencionado se levantó de un salto, muy contento con la noticia, yendo de forma directa a abrazar a su ahora suegros.

—Muchas gracias, de verdad.—No quería ponerse a llorar, eso lo dejaría cuando le pida a Sun matrimonio, o en el día de su boda, pero por el momento, prefiere expresar su más grande gratitud.—No voy a decepcionarlos.

—Yo quería verlos rogarme, pero se como es mi frutillita podrida cuando esta enojado, así que solamente te dire, que si lastimas a mi mejor amigo voy a ir a tu casa y te mataré.—El beta dijo aquello con total naturalidad, asustando un poco al alfa, más la sonrisa amable que vino después lo relajo.—Sean felices, por mi parte, eres libre de cortejarlo, ¡Pero no interrumpas los miércoles! Es nuestro dia de mejores amigos.

—Cla-claro que no, y muchas gracias Niki.—Suspiró aliviado, el peso que él y su lobo cargaban desapareció en un pestañeo. Sin quitar la sonrisa de su rostro, se acercó al omega, dándole un abrazo.

—Te dije que iba a estar bien, Hoonie.

Si, ahora todo estaba bien.

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