Capítulo 5

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Pov: España

«Al principio no quise ir detrás de él, pensé que si salía un rato se podría despejar un poco, pero ha comenzado a llover y mi preocupación va en aumento con el paso de los minutos. México se debe estar empapando, además se podría perder si se aleja mucho. Será mejor que vaya a buscarlo.»

Recojo dos paraguas y me dispongo a salir, pero una pequeña mano me agarra de la blusa con fuerza. Miro detrás de mí Canarias no me deja avanzar.

Canarias: Mami ¿A dónde vas?

España: Voy a buscar a tu hermano, tesoro.

Canarias: Pero y si te vuelve a hacer daño.

España: Eso no volverá a pasar, además estoy segura que ya debe estar muy arrepentido de lo que hizo. Y mira se puso a llover, ahora se estará mojando y pasando mucho frio ahí fuera y encima se encontrará solo y asustado, ¿no te da pena? - tras decir eso último parece pensárselo mejor.

Canarias: Entonces déjame buscarlo contigo, si somos dos lo encontraremos más rápido. – Dice decidida.

No le puedo decir que no, cuando se lo propone es muy testaruda.

España: Esta bien, pero antes ponte esto- le coloco sus botas de agua y su chubasquero aparte de entregarle un paraguas y linterna. - Ve solo hasta el parque que hay cerca, si no lo encuentras vuelve a casa inmediatamente, ¿entendido? - Asiente tras mi pregunta y se va corriendo.

«Se que esto es un barrio seguro, pero aun así me pone un poco nerviosa que salga sola a estas horas de la noche.» Intento relajarme, sé que la niña es mucho más fuerte de lo que parece, y me voy por el lado contrario por donde fue ella.

España: ¡¡MÉXICO!!- Grito con la esperanza de que conteste mientras alumbro con una linterna las zonas que están mal alumbradas de la calle.

España: ¡¡MÉXICO!!- Grito de nuevo. «¿Dónde coño se habrá metido este crio?»

España: ¡¡MÉXICO!!- «¿Por qué se tuvo que ir de la casa? Supongo que se sintió muy culpable después de golpearme. Es la primera vez que pasa algo parecido y fue tan repentino que me tomó unos segundos reaccionar. Se que lo que hizo estuvo mal, pero hay una parte de mí que cree que me lo merezco.»

España: ¡¡MÉXICO!!- nadie contesta.


Pov: México

Conseguí un resguardo de la lluvia gracias a un toldo que un establecimiento se había dejado abierto. Pero por desgracia lo encontré bastante tarde, y ahora estoy empapado. «Al final me voy a resfriar aquí. No se ha dónde ir, es muy tarde y se me olvido el celular en la casa, pero no puedo volver a por él, ya me compraré otro»

De repente veo todo blanco y escucho como alguien pronuncia mi nombre.

México: ¿Virgencita? – Hago un esfuerzo por ver, y veo como Canarias me está apuntando con una linterna a la cara. – Escuincla, baja la linterna- le ordeno y lo acata.

Canarias: Lo siento- se queda un rato mirándome de pie, pero no tarda mucho en sentarse a mi lado.

«Después de lo que lo que paso no sé qué decirle, sé que también le hice daño con mis palabras, así que opto por quedarme en silencio, pero se me escapa un suspiro.» Canarias se me queda mirando.

Canarias: Hubo una época en la que yo también me quise independizar, quería hacer lo mismo que mis demás hermanos. – Lo que dice Canarias me toma desprevenido – Pero me di cuenta el daño que le suponía a mamá y simplemente dejé de insistir. Y sí, fui esclava durante un tiempo, pero no por culpa de España, si no por unos nobles de la época, España me libero, me dejo ser parte de su familia y me dio un hogar, es por eso que la llamo mamá. Espero haber contestado a todas tus preguntas.

México: En verdad no lo sabía, lo siento. No fue mi intención haceros daño. - Me comienzan a brotar lágrimas de los ojos.

Canarias: Volvamos a casa, aquí hace mucho frio- Dice mientras se le venta y me extiende la mano.

México: no puedo volver, España me debe odiar en este momento.

Canarias: Cuando golpeaste a mamá yo te quería matar, pero ella solo se puso triste. No sabes cuanto te quiere. Y ahora mismo estará muy preocupada buscándote, por favor deja de torturarla esta noche, ya ha sido suficiente.

México: ... Está bien, volvamos a casa. – Me levanto del suelo y le doy la mano a la renacuaja. Ella me intenta tapar con el paraguas que tiene en su otra mano, pero soy muy alto para ella, y su intento de cubrirme me hace gracia. Al final yo acabo cargando el paraguas y nos vamos juntos de la mano en dirección a la vivienda.

Después de unos minutos caminando, escuchamos unos gritos.

España: ¡¡MÉXICO!!- «¿Todavía me sigue buscando?»

Canarias: ¡¡MAMÁ!!

España se gira hacia nosotros y viene corriendo, con la mala suerte que se resbala cayendo en el asfalto de la calle, como si no hubiese pasado nada se levanta, recoge las pertenencias que se le cayeron y llega hasta nosotros.

España: Hi...- comienza a decir mientras hace al amago de abrazarme, pero se para el seco y no termina de decir la palabra. - ... México, ¿estás bien? - termina diciendo.

No puedo evitar fijarme en su mejilla, por suerte no parece haber marca, pero acto seguido miro sus ojos están rojos ¿Acaso estaba llorando?, bajo la mirada y me encuentro con sus manos, sus palmas se habían raspado y estaban sangrando por la caída de antes.

México: Sí ¿y tú estás bien? - parece haberse dado cuenta que me fije en sus manos ya que las esconde de mi vista.

España: Sí, ahora estoy bien. Volvamos a casa- Dice mientras sonríe «En esta ocasión verla sonreír me hace sentir mejor, pero me da la sensación de que no es una sonrisa verdadera.»

España. Una mentira repetida mil veces.Where stories live. Discover now