Libro parte 4

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7 de enero de 1492

Pov: España

Por fin puedo descansar en una cama cómoda después de tanto tiempo. Me recuesto en ella y me fundo entre las sábanas. «Cuanto me alegro de por fin estar en casa». Me quedo mirando al techo por unos instantes. «He de escribirle a Portugal sobre mi regreso a palacio». Me levanto de un salto de la cama y me dirijo a una mesita que tenía cerca. Agarro papel y pluma y procedo a escribirle.

Querido Portugal:

He llegado sana y salva a mi hogar. Y he de darte una buena noticia, tras casi dos años en la guerra el 2 de enero de 1492, el Reino de Granada al fin a caído y es ahora mío. Ya no tendré que irme más de tu lado, por lo que podré cumplir la promesa que te hice a ti y a mis padres en el pasado.

Me gustaría que nos podamos reunir el día 10 de enero en la paya que antes solíamos frecuentar. Y poder disfrutar de tiempo a solas. Hay muchas cosas que te debo contar y estoy segura que tú también me deberás contar muchos sucesos que te habrán pasado en este periodo de tiempo en el que no hemos estado juntos.

Un abrazo.

España.

Doblo la carta y la meto en uno de los sobres que tengo cerca. Antes de entregárselo a uno de los sirvientes la cierro con un sello que señala de su procedencia.

«Ahora sí que puedo relajarme un rato y olvidarme de todo. Aunque sea por unos instantes no quiero pensar en nada» Mis ojos se cierran de a pocos y estoy a punto de caer en un profundo sueño, cuando de repente tocan mi puerta.

España: Pase – Ordeno y me acomodo, para estar presentable. De la puerta entra un caballero noble que ya conocía por su fidelidad a la familia real.

Xxx: Majestad – dice junto a una reverencia.

España: ¿Qué es lo que os trae hasta aquí? – Su cara me hace presentir que no serán buenas noticias.

Xxx: He venido lo antes posible, al saber que ya se encontraba de vuelta. Durante mi viaje a diferentes reinos, he presenciado como mancillaban vuestro nombre con rumores desalmados.

España: ¿Cuáles rumores? – pregunto anonadada.

Xxx: Quieren desprestigiar vuestro reino diciendo que posee sangre judía, majestad.

España: Calumnias, ¿Cómo se atreven a decir tales barbaries? Es sabido que nuestra precedencia en únicamente cristiana. Tales afirmaciones deshonran los nombres de mis padres.

Xxx: ¿Cómo deberíamos proceder majestad? – Dudo por un momento la respuesta que le debo otorgar.

España: No puedo dejar las cosas así, es por ello que le concedo la labor de ir por todo el reino comunicando a los ciudadanos, que aquellos de raza judía que se encuentre en mis territorios deberán abandonarlos inmediatamente, tendrán hasta marzo de este año para que se vayan y si no sufrirán graves consecuencias.

Xxx: Como ordene. – inclina su cabeza y pone la mano en su pecho.

España: Obviamente por sus servicios recibirá una recompensa una vez termine. – Digo en calma.

El caballero realiza una reverencia y se va por donde llego. «Espero haber tomado una buena decisión y que esta no haya sido apresurada».

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10 de enero de 1492

Inspiro profundamente y mis fosas nasales se llenan de ese agradable olor a salitre que procede del mar. «Hacía mucho tiempo desde la última vez que había visitado esta playa.» Me siento en la arena y cierro los ojos para que todos mis demás sentidos se embriaguen de los estímulos que este lugar me otorga. El sonido de las olas, de las aves marinas, susurro de la brisa hacen que no me quiera ir de aquí nunca.

España. Una mentira repetida mil veces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora