Libro parte 13

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Pov: España

Ya hace rato desde que Azteca y el intérprete se fueron a hablar al estudio de la casa. «¿Qué será lo que le están hablando?»

Me acerco despacio a la puerta cerrada de la habitación en la que se encontraban ellos y pego mi oreja a la puerta intentando escuchar lo que dicen. «¡Qué raro! No escucho sus voces» Pero es entonces que empiezo a escuchar ruidos dentro de la habitación. «¿Son pisadas que se acercan?»

De repente el pomo de la puerta se gira y esta se abre, no me da tiempo a reaccionar y al estar apoyada en ella, caigo al suelo con las palmas de mis manos y de rodillas. Alzo la cabeza para ver a ambos desconcertados.

«Esto me pasa por fisgona.» Me reprocho.

Xxx: ¿Se encuentra bien majestad? – dice con preocupación y me ofrece la mano para ayudarme a levantarme. Yo asiento con la cabeza para confirmar que no me había hecho daño. – Como me alegro, le queríamos comunicar una buena noticia.

España: ¿Una buena noticia? ¿De qué se trata? – intento no pensar en la vergüenza que debería estar sintiendo.

Xxx: Majestad ya está arreglado, podrá recibir nuevamente clases de náhuatl. – dice muy contento.

España: ¿Enserio? ¡Qué alegría me da escuchar eso! ¿Cuándo podremos retomar las lecciones? – sinceramente quería seguir aprendiendo más sobre la lengua, todavía había muchas palabras que desconocía.

Xxx: ¿Cuándo el señor Azteca desee? – le mira a él y yo hago lo mismo. «¿Qué?»

Azteca: Hoy mismo podemos empezar. – nos dice con una sonrisa y esto alegra un montón al intérprete.

Xxx: ¡Qué dicha más grande! ¿Verdad majestad? – no le contesto nada, aún sigo en shock. – ¡Uy! que tarde se me hace, los dejo solos para que empecéis. – se despide con una reverencia y desaparece demuestra vista.

Miro a Azteca directamente confusa.

España: No tienes que hacerlo – le digo para que no se sienta obligado.

Azteca: No, ya di mi palabra y lo haré. Además, tengo muchas ganas de comenzar con esto. – Sonríe maliciosamente y un escalofrió recorre todo mi cuerpo.

España: Esta bien, entonces cuanto antes empecemos antes terminaremos. – digo un tanto nerviosa y me comienzo a dirigir al interior del despacho.

Azteca: ¡No! – pronuncia de forma seca y yo paro mi caminar para mirarle. – Mis clases darán comienzo cuando el sol se ponga.

España: ¿Tan tarde? ¿Por qué? - le digo algo molesta.

Azteca: No hagas tantas preguntas. De ahora en adelante seré tu profesor de náhuatl y sí yo creo que será mejor dar las lecciones por la noche, se hará así. – dice de forma prepotente.

España: ¡Esta bien! Como tú digas. – me voy de su lado, para perderle de vista. «Que rápido se le ha subido el ego, ya está dándome órdenes.»

Me paso toda la tarde leyendo cartas que me envían desde la península con todas las novedades que están pasando allá. Por suerte por lo que llevo leído no hay malas noticias. También redacto algunas cartas en forma de respuesta a estas.

«¡Ya he terminado!» Me estiro mis brazos sin levantarme del sitio, con la mala suerte de que tiro algunos papeles que se encontraban sobre la mesa. «¡Mierda!» Recojo lo que está en el suelo y veo como hay una carta sin abrir. «Se me había olvidado esta. ¿Quién es el remitente?» Me sorprende ver que la carta ha sido enviada por Portugal. La abro dispuesta a leer lo que hay escrito en su interior, pero no me da tiempo a hacerlo, ya que, la llegada de Azteca me interrumpe.

España. Una mentira repetida mil veces.Where stories live. Discover now