Capítulo 34

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Pov: España

«¿De verdad se ha ido?... se fue. Pensé que, al darle el ultimátum... me elegiría, sin embargo, se ha ido.» Pienso con mucho enojo.

México: ¿España? – escucho como me llama, sin embargo, estoy demasiado absorta en mis pensamientos, para si quiera hacerle caso.

«¿Por qué dijo que me amaba? ¿Puede que haya sido una mentira? No..., hubiese sido una mentira muy larga... y no tendría sentido, además no ganaba nada con eso... solo... sexo... ¡No! me niego a pensar que haya sido más inteligente que yo, me niego a creer que me ha usado...»

México: ¿España estás bien? – de nuevo escucho la voz de mi hijo casi como si estuviera a lo fondo de un túnel. Mi cabeza está a otras cosas para prestarle la suficiente atención.

«La única opción que me parece razonable, es que no mintiese, ... él me ama. Pero para mí desgracia o más bien para la suya, su capacidad de amar es más débil que la de perder su respetada reputación.»

México: ¡¡España!! – levanta la voz y por fin le miro a la cara. – Llevas un buen rato llevándote la cuchara a la boca sin nada. – sus palabras al fin hacen despertarme del letargo de los cuales mis pensamientos me tenían sometida.

España: ¡Oh! – miro como la cuchara que sostenía efectivamente no tenía nada de contenido en su interior. - ¡Qué despistada estoy últimamente! – rio un poco intentando no alarmar con mi extraño comportamiento.

México: ¿Te ocurre algo? Llevas toda la cena ... apendejada. – dice sin darle importancia a sus palabras, como si estuviera hablando con un colega, en vez de con su madre.

España: No, no me ocurre nada, solo me quedé pensando en alguna estupidez y perdí la noción del tiempo. – suelto para quitarle hierro al asunto.

Ambos volvemos a comer en silencio. Silencio que no duraría mucho por la rara insistencia de querer hablar de México. Al menos era raro que quisiera hablar conmigo si no era para discutir, por desgracia su tema de conversación se basaría de una persona la cual no quiero ni escuchar su nombre.

México: Me he enterado que Reino Unido se ha ido de casa. – traga antes de hablar.

España: Sí, se ha ido esta mañana. – digo de forma seria y cortante, intentando dar el tema por zanjado.

México: ¿Se habrá ido con Francia? – se ve interesado en no dejar de hablar de él.

España: No lo sé, pero es lo más seguro. – algo de rabia en mi interior comienza a crecer. – Lo más seguro es que ahora esté reconciliándose con su mujer.

México: Me alegro por él. – se levanta de la mesa, dando a entender que ya había terminado.

España: ¿Ya te vas? – veo como tiene algo de prisa por hacer algo.

México: Sí me gustaría leer algo antes de dormir. – bosteza mientras recoge los platos de la mesa. Se le notaba algo cansado.

España: Creo que es muy tarde, para que ahora te pongas a leer, lo mejor es que vayas a descansar y mañana retomas lo que estes haciendo. No te preocupes, los libros no se moverán de su sitio. – le ofrezco una sonrisa.

México: ... - se piensa un poco lo que he dicho. – Puede que tengas razón. En ese caso me iré a mi habitación para descansar. ¡Buenas noches! – veo como tiene la intención de marcharse.

Había algo raro en él.

España: ¿Mé...México? ¿Qué es aquello que buscas en la biblioteca? - Se me hace extraña su insistencia con esa área de la casa.

España. Una mentira repetida mil veces.Where stories live. Discover now