Capítulo 29

418 24 41
                                    

Pov: España

Reino Unido: Pero no vamos a hacer ¿verdad? – sonríe sutilmente.

España: No. – niego con mi cabeza.

Reino Unido se inclina un poco hacia mí mientras yo estiro los brazos para poder agarrarle los laterales de su rostro y tirar de él hasta que nuestros labios se puedan encontrar de nuevo. Al principio no son más que pequeños y tiernos besos, pero el ardor de ellos va aumentado poco a poco y con ello la prolongación del contacto de nuestras bocas, llegando al punto de que teníamos que darnos unos segundos parar respirar y poder retomar la pasión.

Siento como sus manos se cuelan por debajo de la camisa de pijama que llevaba puesta y comienza a sondear la zona y contorneara mi figura. El calor de su tacto tierno pero firme a la vez hacía que mi cuerpo se estremeciera por cada centímetro de piel que era recorrido.

Al principio no tenía muy claras cuales eran sus intenciones, pero cuando sus manos se posaron en mi cintura y empezaron a deslizar hacia abajo mi pantalón y ropa interior, supe que tendría que terminar eso de inmediato.

España: ¡Re...reino Unido...! ¡Para! – digo entre suspiros intentando poner un poco de separación entre nuestras bocas.

Él al ver que estaba poniendo resistencia a la hora de besarle, decidió cambiar de táctica, ahora pasando sus labios por la parte inferior de mi rostro colándose por mi cuello hasta llegar al escote que dejaba al descubierto mi camisa de asillas.

Prácticamente besando el inicio de mis senos. A todo esto, sus manos nunca fueron frenadas por lo que prácticamente mi intimidad ya era visible, si no fuese por la ropa de cama que nos tapaba a ambos.

España: ¡Oh por Dios! – gimo al sentir como sus dedos recorren mi sexo de arriba abajo, deslizándolos entre mis pliegues otorgándome placer con su roce. - ¡Uk! ¡Para! -levanta la cabeza de mi pecho para mirarme a los ojos.

Reino Unido: ¿Te he dicho ya como me pone que me llames así? – coloca sus dedos sobre la entrada de mi vagina y los hunde en mi interior. – ¡Vaya! ¡Vaya! Veo que me deseas mucho. – haciendo una clara alusión a la humedad que presentaba.

Todo mi cuerpo se tensa al sentir como sus dedos entraban y salían despacio de mí.

España: ¡Uk!... – recuerdo lo que me acaba de decir y cambio su forma de llamarlo. - ¡Reino Unido! – me pongo firme y él para un momento para ver qué es lo que le tengo que decir. - Escúchame bien ¡No vamos a follar!

Reino Unido: ¿Ah no? – levanta una ceja, confundido. Y por fin saca los dedos de mi sexo, robándome un suspiro en el acto.

España: ¡No! – sigo siendo firme a mi decisión, aún con la respiración todavía un poco entrecortada.

Reino Unido: ¿Puedo preguntar el por qué? – no aparta la mirada de mí.

España: Porque... mmm... porque estas casado. – digo lo primero que se me ocurre.

Reino Unido: No mientas Spain, se perfectamente que eso a ti no te impediría seguir haciendo esto, es más sería un aliciente para joder a mi mujer y formaría parte de tus pequeñas venganzas personales. – me sonríe cínicamente. - Venga ahora dime la verdad.

«¡Joder! Se me olvidaba lo inteligente que puede ser este tío.»

España: ¡Está bien! No quiero que me folles... – Reino Unido hace un ademán para que argumente mi respuesta. – ... Porque llevamos siglos peleando y siento que, si te dejo entrar así sin más, estaría cayendo en un papel de sumisión que no me interesa.

España. Una mentira repetida mil veces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora