Capítulo 11

2.2K 163 12
                                    

11: Comencé a caer

Quedaba un día para presentarnos y que nuestros compañeros votaran. Por fin sabríamos si podríamos participar en el festival.

Ese día tuvimos examen. La verdad es que me fue bastante bien. Salí junto a Amy de clase, ella estaba bastante confiada con sus resultados, no paraba de alardear de que le había ido genial.

—Hoy ensayamos de nuevo —me dijo. Pero eso yo ya lo sabía, llevábamos ensayando cada día desde que dijeron lo de la "competencia".

—¿Y Max? —pregunté al sentarme en nuestra mesa de siempre, en la cafetería.

—Con Stacy —dijo Kate y señaló una esquina al fondo de la cafetería donde estaban ellos, hablando muy cerca.

—Qué decepción —bufé y dejé mis cosas en una silla que tenía a mi lado mientras Amy se sentada delante mío, junto a Kate.

Me levanté con un billete en mi mano, preparada para comprarme algo en la barra, pero alguien se me adelantó y pidió algo antes que yo. Hice una mueca sin poder identificar a la persona. Cuando se giró, supe quién era.

Bella. La chica del grupo rival.

—Ay, hola, no te había visto —me sonrió, sosteniendo un batido que había comprado en sus manos.

Asentí como saludo y me acerqué más a la barra. Estaban tardando en atenderme y ella aprovechó para ponerse a mi lado, a esperar conmigo. Noté cómo me miraba de arriba abajo todo el rato, con desdén.

—¿Quieres algo o solo estás aquí para mirarme mal?

Alzó la mirada y la posó sobre mis ojos, retrocedió un poco al escucharme tan seca.

—Tranquila, guapa —me sonrió y pedí un refresco—. Solo quería saber a quién nos enfrentaríamos, ya sabes.

Hice una mueca, apartando mi mirada de la suya. Me dieron mi bebida y estaba a punto de tender mi billete, cuando ella se me adelantó y pagó mi refresco. Cuando iba a responderle, me guiñó un ojo y se fue.

Miré a ambos lados, preguntándome si alguien más lo había visto o solo yo. En mi instituto nadie era como mis amigos o yo. Todos te juzgaban por lo que fuera, pero le tenían un especial odio a los gays.

Por eso yo jamás había salido con chicas, porque no quería que se enteraran y comenzaran a meterse conmigo en eso. Vivíamos en un pueblo, todo se sabía.

Volví a nuestra mesa y me encontré a Stacy sentada en mi sitio, con Max al lado. Hice una mueca, mirándolos. Mi amigo alzó la vista rápidamente y le hizo un gesto a Stacy para que se sentara en su regazo.

Amy y Kate estaban hablando de algo que yo no acababa de comprender por el ruido de la cafetería y mi amigo y Stacy estaban riéndose y hablando en susurros. Le di un trago a mi refresco y mis ojos se posaron inconscientemente en la mesa de Oscar.

Rachel estaba ahí, sentada a su lado, con la barbilla apoyada en su mano. Llevaba lo mismo de siempre: falda, medias hasta la rodilla y camisa ajustada. Aún llevando siempre el mismo estilo de ropa, conseguía estar bonita.

Aquella mañana no la había visto almorzar, ni ir al baño ni nada. Como la casa de Ricky era bastante grande y yo pasaba mis horas en mi cuarto, era casi imposible encontrármela, a menos que quisiera, claro.

Tus espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora