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Esa noche, la cama estaba siendo más incómoda que otras, no podía dormir, se movía sin parar, estaba haciendo frío, tanto que tuvo que levantarse para tomar otra manta más abrigadora, sin embargo, cuando estaba por volver a la cama, se quedó parado en medio de su habitación, miró de reojo la puerta y apretó la manta entre sus manos. Sabía bien de dónde provenía esa extraña incomodidad, era algo que no podía controlar y se odiaba a sí mismo por no ser capaz de mantenerse firme en su decisión.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba mal, lo que sentía no era bueno, se sentó en el borde de la cama, dejando que las lágrimas nuevamente se derramarán por sus mejillas, ¿Por qué no podía sacarlo de su vida? Recordaba todo lo que le hizo, el engaño, el dolor, la traición y el ser usado como si no fuera un ser humano, todo eso lo sabía, estaba presente en todo momento, y le causaba malestar, dolor emocional y físico, los primeros días que llegó a su casa, se envolvió en la depresión, estaba dispuesto a acabar con su propia vida, entonces, ¿Por qué no lo echaba de su vida por completo? ¿Por qué siquiera permitía que estuviera cerca de él?

Se estaba aferrando a una vida que no existía, a una posibilidad que jamás sería real, al Yoongi que quería para él, no quien era en realidad, era un juego peligroso, pero, lastimosamente Jimin sentía que lo necesitaba, deseaba aferrarse a una mentira, antes de afrontar su dolorosa realidad, tal vez, sólo necesitaba migajas de amor, tal vez quería sentir que en un mundo paralelo él tenía todo lo que siempre quiso, su padre siempre lo dijo, el odio y el rencor sólo podrían el corazón, Jimin, no podía odiar, no de esa forma, sólo podía sentirse herido, y no sabía la forma de salir del dolor, siempre estuvo solo, siempre rogó cariño, y ahora lo estaba haciendo de nuevo.

Limpió sus lágrimas y salió de su habitación, era de madrugada, habían llegado hace unas cuantas horas de la fiesta del pueblo, ninguno dijo nada después de ese beso y la plática que tuvieron, eso sólo los había alejado más, era momento de tomar distancia, pero, Jimin se halló a sí mismo caminando a la habitación de huéspedes. Tocó levemente la puerta, si Yoongi estaba durmiendo no lo escucharía, pero, para su sorpresa o mala suerte, la voz grave en el interior le dió permiso de entrar.

Tomó aire antes de girar la perilla, abrió la puerta, mirando el interior, Yoongi no estaba en la cama, se encontraba frente al pequeño escritorio de madera, con la laptop prendida, había algunos papeles a su lado, este le observaba con una sonrisa cansada.

—Hola, ¿Sucede algo?

—Hace frío, bajo la temperatura, te traje una manta extra.

Yoongi asintió. —Pensé que era mi imaginación—rio por lo bajo—. Muchas gracias Jimin.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó con cautela, mirando la pantalla sin poder leer algo realmente, estaba muy lejos.

—Oh, trabajo, tengo que mandar unos documentos a la...—Yoongi calló al ver la mueca de Jimin—. Son del restaurante, no es nada importante o grave, no te preocupes.

Jimin cambió su expresión, sonrió ligeramente y asintió, entró para dejar la manta sobre la cama.

—Descansa.

—Jimin...—dijo Yoongi poniéndose de pie, se acercó a él—. ¿Puedo desearle buenas noches a mi bebé?

Jimin se quedó petrificado, relamió sus labios nervioso, no sabía lo que era correcto responder, le miró a los ojos, Yoongi le esperaba con mirada suplicante, suspiró asintiendo. Yoongi se agachó a la altura de su estómago redondeado, levantó la camisa de mangas largas que llevaba y susurro sobre su piel cálida y suave.

—Buenas noches cariño—acaricio con ternura, su voz estaba contenida, no quería mostrar emoción de más—. No patees a papi mientas duerme, necesita descansar. Te amo bebé, sé que no puedes creerlo, pero te amo con todo mi ser.

La Regla Del C.C.P (Yoonmin)Where stories live. Discover now