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Ya en casa, Nikolai se encaminó hasta su habitación, se retiró toda la ropa pesada, y se colocó algo más ligero. Peino su cabello en una trenza completa y se tiró en la cama.

Sabía que en cuestión de minutos su padre entraría a darle la "buena noticia" y no falló en su deducción; exactamente en cinco minutos, su padre ya había subido hasta su habitación a decirle que se tendría que ir a un reformatorio en Yokohama. No se negó a nada y simplemente aceptó sin decir más.

"Veamos cuanto tiempo pueden soportarme" Pensó para si mismo.

En dos días, su padre lo envió hasta Japón en un vuelo junto a un cura y un sacerdote asignados, que lo llevaría a el y a otros chicos al reformatorio.

Su compañero de asiento era Mikhail, un chico que ingresó a la Iglesia por voluntad propia (según Gogol) y siempre estaba ignorando a Gogol, aunque ellos dos sabían que en realidad eran amigos, pero Mikhail no lo aceptaba aún.

-Mikhail, ¿cuantos años me dijiste que tenías?- Fingió no recordar.

Conoció a Mikhail cuando tenía quince años y era obligado a ir a la Iglesia (como siempre) por su padre. Para ese momento el ya sabía que no era heterosexual, entonces, aprovechó para coquetearle descaradamente.

Mikhail suspiró cansado del acoso del albino. - Ya te había dicho que tengo dieciséis -

Nikolai fingió tener un dolor en el pecho, y apretó su ropa con sus manos, fingiendo dolor extremo. - ¿Estaría mal que un chico de diecisiete años ande de novio con uno de dieciséis? - Preguntó curioso.

Mikhail no pudo evitarse sonrojarse ante la pregunta tan directa. Negó con la cabeza un par de veces. - No hay una diferencia abismal en las edades, lo único que está mal es que seamos del mismo género. -

Gogol se rió a carcajadas sonoras. - ¡Oh, mi maldito Dios! ¿En serio crees eso? -

Mikhail se quiso hacer una bolita en su asiento cuando escuchó el "Maldito Dios" para nada disimulado de su compañero, y agradeció al cielo por haber permitido que ninguno de los presentes les reprochara algo. No quería ser regañado hoy.

Gogol aún siguió parloteando sin parar. - Tan lindo pero tan bobo, como siempre - Nikolai se atrevió a pasear delicadamente su mano por encima de los muslos de Mikhail - Si fuera un pecado, estaría dispuesto a quemarme en el infierno por tan solo un bocado de ti -

Mikhail casi salta en su asiento por el atrevimiento de Gogol. Apartó rápidamente la mano de su muslo. - No es necesario, de todos modos te quemarás en el infierno - No lo dijo como un regañó, sino como un dato curioso.

- Entonces, dices que de todos modos me iré al infierno, ¿no es así? - Mikhail asintió. - Bien, entonces supongamos: Si en este momento yo me atrevo hacerte algo obsceno, no sumaría ni restaría, así que, debería hacerlo, ¿no crees? -

- Te atreves a ponerme un sólo dedo encima, y te cortaré en pedazos -

- Eso no es algo que a Dios le agradaría -

Después de la pequeña conversación, Gogol miró a sus alrededores. El avión iba rápido, pero aún faltaba para llegar a su destino. Los chicos de la fila de adelante iban completamente dormidos, al igual que la fila de su derecha. En resumen: nadie los estaba viendo.

Aprovechando esto, y el descuido de Mikhail, en un movimiento rápido dio un beso en la mejilla del menor.

El menor se sorprendió bastante, y no supo como reaccionar. - Vuelves a hacer eso, y te juro que te mato - Advirtió ya molesto por las actitudes del mayor.

- Disculpa, pero tu sola presencia es como un dulce prohibido, y yo soy un niño travieso - Canturreó en busca de provocarle.

El de ojos celestes decidió ignorarlo por completo, pero una vez más, Gogol demostró que era el mejor jodiendo a la gente hasta el cansancio, y no dejó de molestarlo hasta que bajaron del avión, tomaron el tren y llegaron hasta las puertas del internado.

En la puerta un tipo de cabello hasta los hombros, muy delgado según Gogol, y una apariencia bastante anemica, los saludó cortésmente. Gogol lo pasó por alto.

El de apariencia pálida, los guió hasta la nave central ¹, y los obligó a sentarse en cada uno de los bancos. 

 ¹ La nave principal es la que ocupa el centro del templo desde la puerta de ingreso hasta el crucero o el presbiterio, generalmente con mayor elevación y más anchura que las laterales paralelas a ella.

Inconscientemente, Gogol ya conocía lo siguiente que sucedería.

Después de acomodar el ambiente, el ministro de la palabra de Dios² empezó a declamar acerca de los diez mandamientos, instruyendo a cada uno a seguirlos y como seguir cada uno.

² Los lectores son ministros, no solamente lectores. Ellos, al igual que el sacerdote y otros ministros, funcionan como canales a través de los cuales Dios encuentra a su pueblo, especialmente en la Palabra proclamada.

Gogol estaba cayendo en la somnolencia, deseando internamente tomar una siesta. -¿Y por qué no ahora?- pensó. La voz del lector resultó bastante pacífica.

Alzó la cabeza por primera vez desde que entró ahí, y fijó su mirada en la persona que estaba leyendo. Era otro viejo más.

Fue una pura ilusión al pensar en que quizás la persona que estaba leyendo las citas bíblicas resultara ser un apuesto galán con una voz carismática y dulce.

Miró a su derecha, observando como Mikhail parecía estar concemtrado en cada una de las palabras que salían de los labios de el "Ministro de la palabra de Dios"

-Oye, Mikhail, ¿en este lugar hay puros viejos?- Murmuró y señaló discretamente a todos los viejos arrugados de la Iglesia.

El de ojos celestes giró en dirección de la voz, pareciendo que realmente estaba pensando sobre el asunto. -Al parecer sí, pero e escuchado que el más joven de ellos, tiene apenas veintitrés años-

Una novicia que estaba al pendiente de los chicos, escuchó la conversación de Gogol y Mikhail, y no dudó en regañarlos.

Luego de haber sido regañados, Gogol decidió dormirse en plena misa, cayendo en el hombro del cansado Mikhail.

Mikhail no se molestó en quitárselo de encima, y en su lugar, acomodó un mechón de cabello revoltoso que se había desviado hasta caer cerca de los ojos de Gogol, quien en sueños parecía incómodo por el cosquilleo que le provocó. -Te ves mejor cuando estás callado y no estás intentando molestar a alguien- Susurró para Nikolai.
















Ahí nomapaaclarar Mikhail no está enamorado ni estará enamorado de Gogol. Lo ve como un amigo, ya sabes, esos amigos q se manosean y a veces parecen novios

Dark ReligionWhere stories live. Discover now