Dark Religion

☆Capítulo 27☆

En cuanto Fyodor se retiró después de haberme besado inesperadamente, me tomé el tiempo necesario para que el rojo en mis mejillas se atenuara. También sentía mi corazón latiendo más rápido de lo normal y mis manos sudaban, pero supuse que era por la emoción de irrumpir en una habitación ajena en plena noche. Dejando estos pensamientos de lado, caminé hasta la habitación, analizando detenidamente las posibles entradas. Esta vez era un poco más difícil, pues lo único que había en esta habitación eran la ventana y la puerta, pero entrar directamente por la puerta sería una completa locura tanto como entrar por la ventana también. Para pensarlo más detalladamente, necesitaba concentrarme y dejar de pensar en miles de cosas tontas a la vez. Metí mis manos en mi chaqueta, percatándome con dos objetos sólidos en el bolsillo de la chaqueta. Curioso, saqué ambas cosas al mismo tiempo, viendo que lo que descansaba en mis manos, eran una llave y un pedazo de papel con algo escrito en él.

Abrí el papel que se encontraba doblado por la mitad, leyendo mentalmente el contenido de ella.

"La persona que buscas no está hoy en su habitación. Usa la llave para entrar y sé cauteloso. Lo que sea que estés buscando, se rápido. Ella no debe tardar tanto"

Y estaba firmado por "Fyodor. D"

Esto me hizo preguntarme a mí mismo ¿En qué momento Fyodor colocó esto en mi bolsillo? Quizás fue en cuanto me dio aquel beso... Y ¿Cómo carajos sabía que estaba buscando algo?

También pensé en lo bonita y elegante que era la letra de Fyodor en Ruso.

No tenía dudas de que Fyodor era el que hacía los títulos en los papelotes en los trabajos grupales cuando era estudiante porque era el que tenía mejor letra. No tenía pruebas, pero tampoco dudas.

Apreté la llave en mis manos, un poco confundido por la preocupación y cooperación de Fyodor en mis travesuras. A veces, o casi siempre, no entendía la forma en la que Fyodor actuaba. A veces quería poder saber lo que pasaba por su cabeza cada que está junto a mí.

Caminé hasta quedar cara a cara con la oferta, deslizando la llave por la cerradura de la puerta y abriéndola siendo lo más silencioso posible. Cuando entré a la habitación, cerré la puerta detrás de mí. Toda la habitación estaba a oscuras, por lo que fue muy necesario encender las luces de la habitación. Ya con la luz encendida y alumbrando cada rincón de la habitación, pude fijarme en los muebles de la habitación. A simple vista parecía un cuarto común y corriente, pero si girabas tu mirada hacia la derecha, verías un escritorio repleto de un sinfín de documentos esparcidos por la mesa, y más lejos de esto, un estante con libros y más documentos, pero ahora organizados con números.

Me acerqué hasta el escritorio, mirando los documentos en la mesa. Muy pocos tenían nombres, por lo que esos fueron los primeros que revisé. No entendí de que mierda hablaban la mayoría, porque tenían más números que letras y otros simplemente eran recibos de agua, luz y más cosas así. Abrí el primer cajón del escritorio, viendo que habían más y más documentos y algunos lapiceros regados. ¿Esta mujer tenía problemas para organizarse? Revisé los demás cajones, pero siempre dejando los archivos y documentos tal y como estaban anteriormente. Esta era mi especialidad. En ninguno de los cajones había algo relacionado con una carta, así que descarté el escritorio.

Mi siguiente objetivo fue el estante, que a diferencia del escritorio, estaba mucho más organizado. Habían muchas fechas pegadas en algunos archivos, unas incluso más antiguas que mi nacimiento, revisé algunos. La mayoría eran la información de los adolescentes posteriores a mí en este lugar. El que causó un mayor impacto en mí, fue ver un archivo, que al abrirlo, no verías la foto del adolescente como en los demás, y la información había sido tapada con una mancha de plumón indeleble negro, tachadas por delante y por detrás, como si de verdad no quisieran que la identidad de esta persona fuera revelada bajo ninguna circunstancia. Descarté la idea de robar este archivo, pues si estaba así de tachado y oculto, significaba que era importante y su ausencia sería fácil de notar.