☆ Capítulo 25 ☆

413 42 37
                                    

Regresando nuevamente a la zona que me correspondía a los rebeldes y a mí, busqué rápidamente a Mikhail. Luego de haberlo buscado por bastante tiempo, logré encontrarlo muy, muy cerca de Kenji. Ellos notaron rápidamente mi presencia y se distanciaron disimuladamente.

Si tuviera tiempo para molestarlos, lo haría, pero mis ganas por buscar esa carta eran mucho mayores, así que casi arrastré a Mikhail hasta nuestra habitación.

Le conté todo con lujos y detalles y él accedió fácilmente a a buscar la carta.

- ¿De quién crees tú que sea la carta? - Pregunté muy animado con esta búsqueda del tesoro. Él alzó los hombros - Ayúdame a buscayudarmearla esta noche ¿qué te parece? -

- Te ayudaré, pero ¿estás seguro de que existe esa carta? -

- ¿Qué ganaría un niño haciéndome una broma de este estilo? Y si así fuera, pues no me importaría gastar mi tiempo en buscarla. No hay nada interesante aquí. Quiero distraerme con algo -

- ¿No te distraiste lo suficiente con Fyodor? - Bufé por la mención de este pequeño bache en mi vida.

Después de haber discutido unos segundos más con Mikhail acerca de los planes para encontrar la carta, nos pusimos en marcha con la única misión de encontrar algo para divertirnos.

Extrañaba demasiado mi celular. Sí tuviera mi celular, podría pasar horas delante de la pantalla jugando algún juego o viendo algún programa basura de chistes negros. Normalmente siempre me aburría luego de usarlo unos treinta minutos, ya que no había algo que llamara mi atención, pero ahora, extrañaba ver ese rectángulo inservible en mi vida.

- Extraño mi celular, Mikha Mikha - Lloré fingidamente y no tan fingido a la vez.

- Dazai consiguió su celular, pero el muy hijo de puta no quiere decirme como lo ha conseguido -

Hablando del rey de Roma, Dazai apareció quién sabe de donde, sacándonos un buen susto al aparecer repentinamente detrás de nosotros.
Era obvio que nos había escuchado conversar, por lo que respondió muy orgulloso de sí mismo. - Ya que tanto insisten... Sólo hablen con Ranpo-san y denle dulces. Si les gustan, te dará tu celular o lo que sea que pidas -

En toda mi estadía en este aburrido lugar, había escuchado de todo, pero jamás escuché el nombre de Ranpo en algún lugar.
- ¿Quién es Ranpo? - Pregunté.

- Es el vigilante del segundo turno. Suele ingresar a las doce de la noche y se retira muy tarde, así que es por eso que no muchos lo conocen. Su novio es el encargado de cuidar las cosas que nos quitaron antes de entrar -

Ahora tenía sentido del por qué no conocía a Ranpo.

Si había algo que caracterizaba a Dazai, era su pasión por escaparse de su habitación en la noche sólo para ir a vagar por los patios como alma en pena. No sería una sorpresa que quizás ya se hizo amigo de algunos guardias.

Mikhail movió la cabeza hacia arriba y hacia abajo unas dos veces, expresando su compresión en el tema, luego giró para mirarme y hablarme con un tono de voz monótono. - Entonces ¿hoy quieres ir a buscar la carta o quieres ir por tu celular? -

¿Había leído mis expresiones? Porque justo ahora tenía un debate mental en sí debería ir por mi celular o primero debería buscar la carta. Pero, al recordar la mirada perdida y angustiada de esos niños, y como repetían las palabras sin cesar, decidí colocar la carta como mi prioridad, por ahora.

Para cuando Mikhail terminó de hablar, Dazai ya se había marchado, alegando que iría a buscar a Chuuya para molestarlo.

Ahora solos, expresé mi opinión - Decidí que primero encontraré esa carta, y luego recuperarnos nuestros celulares -

Dark ReligionWhere stories live. Discover now