||4||

584 58 88
                                    

El ambiente a pesar de la gran diferencia mental entre Fyodor y Nikolai, era moderadamente tranquilo.

Gogol se apresuró a molestarlo un poco. -Sabes, estoy aquí en contra de mi voluntad, y eso que yo soy un corderito blanco y puro. -

Fyodor se carcajeó un poco, cubriendo con gracia su boca con ayuda de sus delgadas manos. Dejó de reírse de poco a poco, y siguió. -No es por ofender, pero, si te han traído aquí, seguro no es porque eres un manso cordero. -

-¿Golpear a la gente que me molesta está mal? - Nikolai evitó decirle el resto de sus crímenes. Aún quería mantener su historial limpio.

Fyodor asintió. - La violencia puede resolver algunos problemas, pero no es la manera correcta de hacerlo. -

Gogol sonrió. - Bueno, al menos sabes que puede resolver problemas. - Fyodor sonrió. - Oye, señor, yo creo que mi papá me envió aquí sólo por una razón en especifico. -

Fyodor preguntó por un impulso. - ¿Por qué? -

- No acepta que soy gay. - La sonrisa maliciosa no se despegó por ningún motivo del rostro de Nikolai. Lo había dicho con todas las intenciónes de provocarle.

Parecía que a Fyodor las ratas se le comieron la lengua, o dejó de ser un humano y se convirtió en una estatua inamovible.

Luego de un breve momento volvió a hablar. - Ya veo. - Y no dijo más.

Gogol se dio cuenta que el ambiente se puso incómodo. Esto no le había pasado nunca.

Casi siempre, sus tías eran las que empezaban a sermonearlo mientras Nikolai se reía descaradamente en sus propias caras, pero, ahora, el ambiente que él mismo creó, resultó ser más incómodo de lo que él planeó. - ¿Solo dirás eso? ¿No me vas a sermonear o juzgar? -

Fyodor fue rápido con su respuesta. - ¿Juzgar? ¿Por qué debería hacer eso? Por supuesto que ser gay está mal, pero, ¿no es también Dios el que nos enseña a respetar a nuestro prójimo? - Nikolai asintió algo embobado por la suavidad y tranquilidad con la que Fyodor se había expresado. Ni si quiera le importaba si eso tenía algo que ver con Dios y sus raras leyes.

Nikolai y Fyodor mantuvieron una platica tranquila y algo amigable por unos minutos más. Después de eso, Nikolai regresó al patio trasero (lugar en el que residían los demás chicos) mientras buscaba a su aclamado nuevo mejor amigo.

Lo encontró luego de unos minutos. Tenía un girasol en la mano, y lo miraba con gran devoción, casi como si en su mano trajera un gran anillo en lugar de una simple flor. - Mikhail, ¿que te trae tan contento? -

Mikhail señaló las flores. - ¿Has visto al jardinero? Dios, es demasiado tierno. ¿Podría robarmelo? Es demasiado lindo para estar en este lugar... -

Nikolai empezó un drama. - Mikhail Kuznetsov, ¿me estás siendo infiel? No puede ser. ¡Todos los hombres son una basura! -

Mikhail empezó a pegarle con el girasol. - ¡Cállate, no todos los hombres somos como tú! -

- ¿Perdón? ¡Yo soy una santa paloma! -

Mikhail comenzó a reírse a grandes carcajadas. - Nikolai, eres la persona más puta que yo haya visto, por favor, no seas mentiroso -

Nikolai no pudo evitar reírse también. - Mikhail, ¿acaso sabes algo de lo que yo no esté enterado? -

- ¿Que te acostaste con tu vecina sólo por dinero? Por supuesto que lo sé, porque yo también lo hice. -

Gogol sonrió. - Bueno, no me digas puta, sólo lo hice una vez. Además, el dinero lo necesitaba con urgencia, y estaba tan desesperado que tuve que acostarme con una mujer. Es lo más asqueroso que he hecho en toda mi vida. -

Dark ReligionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora