☆ Capítulo 17 ☆

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Exactamente, ¿en qué momento bañaron a la monja con pintura roja? Era una duda existencial ahora, y sólo podía concentrarse en que su corazón estaba angustiado por el futuro de ese par de mocosos.

Nikolai sonreía de una manera que resultaba siendo tierna, tal como un niño que acababa de cometer una pequeña travesura, pero que a sus ojos resultaba siendo una gran aventura.

Y ni hablar del castaño, quién sonreía tal como un demonio. En sus ojos brillaba la maldad de un demonio experimentado.

La mujer estaba guardando silencio, como si estuviera tratando de controlarse y no maldecir en diez idiomas a los adolecentes delante de ella, que aún tenían las cubetas de pintura en sus manos y se reían descaradamente.

Después de unos minutos, en los que la multitud guardó silencio profundo, la mujercita gruñó como una fiera, y con un chasquido de dedos, dos mujeres más jóvenes que ella se acercaron hasta Nikolai y Dazai.

Fyodor ya se había acercado más a la escena, notando también que la pintura olía extremadamente mal. Era alguien que por naturaleza era introvertido, y aunque esto le resultara algo gracioso, no era propio de él reírse por ello.

Ella estaba furiosa, y le gritó a las dos mujercitas - ¡Llevenlos al cuarto de castigos. Me encargaré de ellos personalmente! -

Fyodor se acercó justo en ese momento luego de haber escuchado los gritos de la monja, y expresó su propuesta de manera formal y seria. - Si no es molestia, yo puedo encargarme de ellos. Se lo solicito - Aún así, escondió su expresión de preocupación para no ser obvio, y en su lugar colocó una expresión de desprecio disimulado, tratando de convencer a la mujer que realmente quería castigarlos por su imprudencia. 

La vieja mujer no se percató de ello, y simplemente suspiró resignada, pellizcó el puente de su nariz y cerró los ojos mientras volvía a suspirar, entonces también habló. - Esta bien, puedes hacerlo. Debo irme a bañar. Con su permiso -

Sonrió mentalmente.

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Cuando llegó a la habitación designada para los castigos, se encontró con Dazai y Nikolai esperando pacientemente y sin ninguna pizca de miedo en ellos, es mas, parecían emocionados.

Nikolai lo notó rápido, y casi corrió hasta él. - ¡Dos-kun! ¿Qué haces aquí? ¿Tú nos darás el castigo? -

Dazai ahora se convirtió en el meme de "si no me muevo no me ven" y se quedó simplemente como un espectador.

Fyodor palmeó la cabeza de Gogol al mismo tiempo en que contestaba su respuesta. - Aunque yo seré el encargado de ustedes, no pienso castigarlos -

Nikolai ignoró por completo que ahora su cabello estaba un poco desordenado, y chasqueó la lengua por disgusto, a lo que Fyodor lo miró dudoso, y él se apresuró en aclarar su pensar. - No es lo que piensas, Dos-kun. Estoy feliz de verte aquí, pero veo que mis esfuerzos se verán arruinados si Dazai y yo no conseguimos un castigo -

Dazai con la pura intención de molestarlo, le corrigió burlón. - Ya te dije que me digas Dazai-san. Se respetuoso -

Nikolai volteó hasta él, le sacó el dedo de en medio y gruñó disgustado. - Ni que yo fuera Japonés. Las costumbres de Japón no me importan. Además, no soy como el perrito faldero de Akutagawa -

- Pero a este hombre si lo llamas cariñosamente, ¿o me equivoco, Dos-kun? -

- No lo llames así, idiota. Sólo yo puedo hacerlo -

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