Capítulo 25

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Las dos semanas habían pasado volando en unos cuantos segundo, en menos de un parpadeo ya se encontraban preparándose para salir a jugar y todos los elegidos como titulares parecían nerviosos, aunque trataran de ocultarlo, se podía notar perfectamente

Incluso Nathaniel estaba nervioso pero no especificamente por el juego, sino por tener que lidiar con la presencia de sus ex-compañeros de equipo. No tenía idea de si realmente irían todos ellos o quizás al final decidirían no asistir, esperaba que fuera así, pero el simple hecho de que existiera una mínima posibilidad de que ellos estuvieran viéndolo jugar lo volvía nervioso e incómodo, detestaba esa sensación.

Estaban a tan solo 15 minutos de tener que salir a jugar al campo, todos los jugadores estaban colocándose correctamente el uniforme, incluyendo a los que estarían en la banca durante la primera etapa del partido.

Ego entró a la habitación interrumpiendo por fin el ambiente tenso que se vivía ahí dentro.

"Hola a todos, creo que llego un poco tarde." Se posicionó en el centro de la sala quedando a la vista de todos. "Solo venía a decirles que no deben bajar la guardia durante el partido y prepárense para salir en cualquier momento. Durante estas dos semanas logramos que se unan como un equipo con el único objetivo de ganar este partido, vayan a demostrar lo que es Blue Lock."

Todos asintieron en respuesta.

"En los siguientes 90 minutos cambien sus destinos, hagan que el mundo los conozca. Hoy ganaremos, Blue Lock, grabarán sus egos en el mundo." Ego parecía estar siendo más alentador que de costumbre, sus palabras parecieron encender una chispa en el interior de los jugadores.

A excepción de Nathaniel, que no se tomó esas palabras de buena manera, el comportamiento del hombre no le cerraba del todo. Aveces ser tan observador tenía sus ventajas y desventajas.

"¿No se dan cuenta que no tiene fé en que ganemos?" Miró a sus compañeros de equipo con una sonrisa irónica, como si todo lo que es obvio para él no lo fuera para el resto de personas. "Sigue mencionando que aprovechemos el partido para darnos a conocer, en total, lo mencionó dos veces durante su discurso corto, lo que es suficiente para especular que es muy posible que este proyecto falle y solo podamos esperar a que alguna liga de futbol se tome la molestia de contactarnos después de mostrar nuestras habilidades en el juego." Sentenció cruzandose de brazos en completa seriedad.

"Nunca me decepcionas, Clutier." Ego se acomodó los lentes y lo miró fijamente sin negar en ningún momento lo que había dicho el chico. "Tienes razón, las posibilidades de que ganemos son casi inexistentes pero a pesar de eso, deben dar todo lo que tienen en el campo."

"No era necesario mencionarlo, con gusto daré eso y más con tal de acabar con esos jugadores profesionales y el narcisista de Itoshi Sae." Pasó por su lado empujando ligeramente su hombro, fue hacia la puerta de la habitación hasta cruzarla.

La sala quedó en silencio hasta que Ego ordenó que formaran una fila para salir al campo, muy pronto empezaría el partido.

Todos obedecieron a sus ordenes y fueron tras Nathaniel que se encontraba calentando hasta el frente de la fila, parecía no importarle que las miradas de todo el equipo de la Sub-20 estuvieran sobre él desde hace un rato.

Desde que se había acercado completamente solo a formarse, siendo más específicos.

Las filas estaban formadas, ambos equipos estaban listos para salir y mostrarse al público nacional antes de comenzar el juego.

"Con que tú eres la famosa Joya de Japón, soy Aiku." El hombre se presentó con una amplia sonrisa en su rostro, parecía demostrar mucho interés en el menor.

"No me interesa conocer a quien voy a derrotar, veo que ya me conoces así que no me molestaré en presentarme." Nathaniel no le dirigió la mirada ni un solo segundo, todo el tiempo siguió mirando hacia el frente hasta que finalmente se les indicó caminar hacia el campo.

Los nervios subieron para todos los chicos de Blue Lock con la idea de presentarse ante un público de miles de personas. Por fin salieron y los gritos comenzaron a escucharse pero no eran para ellos.

Los gritos de euforia provenientes del público eran en su mayoría para los profesionales, se notaba desde que mencionaban el nombre de Itoshi Sae con gran furor, mientras que alguno que otro se escuchaba muy lejano pronunciando el nombre de los otros integrantes de la Sub-20.

Nathaniel no volteó ni un solo momento hacia el público, no levantó la mirada, no dijo nada, solo mantuvo sus ojos fijos en el campo todo el tiempo, no lo hizo por el temor de encontrarse esos ojos con los que aún soñaba de ves en cuando.

Esos ojos de sus ex-compañeros que lo miraban con decepción y tristeza, con pena.

No sabía si estaban ahí, no quería saberlo y no lo averiguaría. Se concentraría únicamente en el balón y en ganar el partido, aún si tenía sus ojos encima presionándolo.

Repentinamente, recibió un golpe en su espalda baja que lo sacó de su trance.

"¿Qué mierda te pasa?" Frunció el ceño buscando al causante de aquel acto.

"Deja de pensar en tus cosas, para mi mala suerte, dependemos de ti asi que concéntrate en el juego." Rin se limitó a mirarlo con total seriedad, no bromeaba con sus palabras. "Eres el centro del equipo, no te tomes la libertad de distraerte, bastardo"

"Hmph, ¿lamentablemente?" La causó tanta gracia su comentario que no puedo evitar reír ante ello. "Es un privilegio para ustedes que no haya decidido irme con tu hermano."

Eso fue un golpe bajo de parte de Nathaniel pero fue algo inesperado darse cuenta de que a Rin no le molestó en lo absoluto el comentario, se veía un poco fastidiado pero eso era todo, como si internamente agradeciera que Nath decidiera quedarse de su lado.

"Como sea, solo ponte en posición." Lo empujó suavemente indicándole el lugar donde debía estar.

"Carajo, ya voy, maldito desesperado." Chasqueó la lengua con molestia dirigiendose a su lugar asignado.

Fue justo en ese momento donde inconscientemente, Nathaniel acabó mirando al público por primera vez en el tiempo que llevaban parados ahí.

Tanta era su mala suerte que al alzar la mirada se topó con la se ellos, esos ojos que tanto temía ver.

Su corazón se detuvo por unos segundos, su respiración se volvió entrecortada y sus manos comenzaron a sudar, los nervios que tenía aumentaron progresivamente. No tenía las palabras para describir la lluvia de emociones que estaba sufriendo ahora mismo pero tampoco planeaba buscarlas, su cuerpo y expresiones hablaban por si solas.

Ellos estaban ahí, en las gradas, para apoyarlo y él no podía creérselo.

No quería creérselo.

Se veían genuinamente felices por él, cosa que ni siquiera a él mismo le sucedía. No podía estar feliz cuando aún no había ganado y seguramente ni siquiera sería feliz por completo después de ganar.

Eran los únicos idiotas que gritaban su nombre con fuerza, sintiéndose emocionados por verlo y eso lo había dejado impresionado, no se esperaba una reacción así.

Y es que estamos hablando de los chicos del Karasuno, conocidos por su energía y entusiasmo, vaya que lo demostraban.

Tal parecía que, los chicos de Teiko, aún no hacían acto de presencia justo como Nathaniel ya se lo esperaba, no era una sorpresa y menos teniendo en cuenta el como terminaron las cosas.

No se sintió mal, no le afectó, pero dejó un extraño vacío en su pecho que no se quitaría ni metiendo mil goles durante el partido.

"Sabía que no vendrían, ja." Revolvió sus propios cabellos con frustración alejando su mirada de las personas del público.

Ya luego saludaría a sus ex-compañeros de voleibol.

ᵉᵍᵒⁱˢᵗⁱᶜ - Blue lock (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora