12. Envídiame mundo

75 26 31
                                    

Thomas:
Que idea tan estúpida. Andy el asesino. Por dios cerebro, para de inventar estupideces un ratito, no pido más. Aunque ¿por qué sonreía con la muerte de Rafael? Sé que le caía mal, pero ese no era motivo para alegrarse de su asesinato.

Además según yo, solo se habían visto una vez. Pero fue más que suficiente para que el odio surgiera. Se podría decir que fue odio a primera vista, aunque sinceramente yo también lo odiaba un poquito al principio, pero luego lo llegué a considerar un buen compañero, que en mi caso como introvertido total es muchísimo.

–Vamos Sallow. Te llevo a casa.

Era hora de despedirme de la maravillosa burbuja que había creado y volver a la realidad. Lo único que me hacía sentirme menos triste era ver a mi prima, y montar en moto con Andy, no mentiré.

–Sí vamos. Muchas gracias por todo Ana.

–No hay de que cariño.

Nos abrazamos fuertemente y siento como intenta darme apoyo y reconfortarme un poco, lo necesitaba para enfrentar lo que venía a continuación.

Me separo de ella y sin decir más camino detras de Andy hacia donde está aparcada su moto. Me pasa el casco en silencio y arranca la moto apenas me siento detras de él. No hablamos durante el camino hacia mi casa, y el silencio es tan grande e incómodo que mi mente viaja hacia Rafael y la primera vez que hablamos.

El trabajo es en parejas, busquen a un compañero.

Joder señor Jeff. A veces lo adoraba, como cuando me deja salir antes de clases, o me deja faltar. Pero cuando me hacía socializar lo odiaba a muerte.

Rápidamente miro hacia Susan, pero ya a sido atrapada por otra chica. Eso me deja solo, a la merced de cualquier extraño.

¿Tienes pareja?—me dí un pequeñísimo susto, nada importante, y me giré hacia atras para ver al dueño de esa estúpida y evidente pregunta. ¿ Acaso era ciego? No me veía solo en medio de este mar de socialización.

–No es evidente—mi comentario no pareció disgustarle en absoluto, por el contrario, me mostró una enorme sonrisa y se sentó a mi lado. Era atrevido, atrevido y guapo. Su piel era de un color parecido a una malteada de café y leche. Su cabello era de un marrón muy claro, al igual que sus ojos. Y físicamente estaba aceptable. Cualquiera caería rendido ante su sonrisa, pero cuando estas acostumbrado a ver a un dios, cualquier mortal te resulta poco atractivo.

Eres lindo. Pero me gustan los chicos más tiernos y alegres. ¿Podrías cambiar tu actitud?—pero bueno. ¿ Quién carajos es este imbécil? Y como si leyera mis pensamientos volvió a sonreir mientras me tendía la mano—Soy Rafael.

Y a mí me gusta Andy Williams. ¿Podrías volver a nacer?—su sonrisa se borra al instante. Bien por mí. Thomas 1, Rafael 0—Soy Thomas—no lo correspondo el saludo porque me ha caido malísimo. Me parece demasiado, como decirlo, distinto a mí.

Vale, mensaje captado. Nada de coqueteo. ¿Hacemos el trabajo juntos Thom?

No me queda de otra.

Y así fue como nos conocimos. Un inicio un tanto distinto, pero sorprendentemente cuando dejó a un lado sus coqueteos baratos y su labia reciclable, (le digo así porque de seguro es la misma para todas sus conquistas, es como un discurso recitado de memoria) nos terminamos llevando bien.

Me agradaba su compañía, conversar algunas veces con él y Susan, y tenía compañero fijo de trabajos, por lo que no tenía que hablarle a nadie más, era perfecto.

Pero si pensaba que yo había tenido un encuentro raro y agresivo con él, Andy lo superó.

Sallow¿ Quién es esa garrapata que te está abrazando como si le pertenecieras?—acababa de salir de clases y me fuí a la salida a esperar a Andy como siempre.

La forma más hermosa de suicidarseWhere stories live. Discover now