19. La otra habitación del chico que me gusta

71 22 34
                                    

Thomas:
Estaba de más decir que en este momento por imposible que pareciera, el miedo al rechazo y los nervios fueron desplazados completamente de mi cuerpo y en su lugar se instaló una peligrosa y creciente curiosidad.

Tantas preguntas rondaban por mi mente aproximadamente a mil kilómetros por hora, no paraba ni siquiera un segundo de crear teorías que explicaran lo sucedido. Tampoco es culpa mía tener tanta imaginación, todo era culpa del anime por desarrollar mi don dramático a niveles desproporcionales.

–Seguro debes de tener ahora mismo miles de preguntas.

–¿En serio Andy? No, no tengo ninguna pregunta en mente. Me acabo de enterar de que vives en un cine abandonado que parece una mansión y con una chica que parece que se le escapó a Afrodita, pero oye, cero preguntas. Me pillas con la mente completamente en blanco.

Le veo poner los ojos en blanco mientras una pequeñísima sonrisa se forma en sus labios. Era increíble lo hermoso que se podía ver alguien haciendo un simple gesto de fastidio, pero él se veía condenadamente bien.

–Vale, lo pillo. Era innecesario el sarcasmo pero no esperaba menos de ti. Te prometo que te las responderé todas, o bueno...las que pueda—su voz casi se apaga por completo en la última frase que escapa de sus labios apenas como un susurro, ¿qué escondes Andy Williams?—Ven, lo que quiero enseñarte está en mi habitación.

Andy comienza a caminar hacia la puerta de madera que está al lado de la que salió Alice minutos atrás. Mis pies comienzan a seguirlo sin dudar, pero mi mente continuaba perdida en sus últimas palabras: mi habitación. ¿Es que acaso no dormía con esa chica? Cada segundo que pasaba en este lugar aumentaban mis preguntas y mi curiosidad. Creía que conocía a Andy como la palma de mi mano, pero me estoy dando cuenta de que no era así en absoluto.

¿Cuántos secretos puede esconder una persona?

–¿Qué es eso que querías que viera con tanta urgencia?—Andy no dice nada, solamente abre la puerta y entra en la habitación a oscuras. No se mueve, no habla y no prende la luz, solo se queda quieto esperando a qué entre mientras tiene la vista clavada en el suelo. Sin pensarlo más entro a la oscuridad de su habitación y me pongo delante de él dándole la espalda. Puedo sentir perfectamente su agitada respiración, no escucho nada más, me concentro en ese fascinante sonido—Más te vale que no sea una excusa para no hablar de lo que te dije en el bar porque me parecería muy inmaduro de..tu...parte.

Andy encendió la luz y al fin pude ver eso que quería mostrarme.

Estaba sin palabras.

No podía creer lo que estaba viendo. Mis dos únicas neuronas no lograban asimilar lo que estaba pasando y no las culpo. De todas las sorpresas que pensé llevarme esta noche esta sin dudas era la única que no había imaginado.

–Esto era lo que quería que vieras. Espero que no pienses que soy...raro o un maldito psicópata. No quiero que te asustes o grites o...

–O salga corriendo, me mude de ciudad y te denuncie desde un avión camino al Caribe—puedo sentir como la risa que brota de su garganta me hace cosquillas en el cuello y me tenso al instante. Por dios, estaba demasiado cerca y desde que había visto lo que colgaba en la pared de su habitación mi corazón se había acelerado tanto como era humanamente posible.

–¿Te gusta?—su voz sonaba llena de preocupación e indecisión, se me hacía tan tierno y a la vez sexy el sonido apagado de su voz prácticamente contra la piel de mi cuello, era sencillamente irresistible.

–Me encanta. Pero ¿qué significa?—mi voz sale apenas sin fuerza, era obvio que mi total concentración se encontraba en su respiración sobre mi cuello.

–¿Tú que crees que significa Sallow?—ooohhh dios, su voz pronunciando mi apellido con un tono de voz más seductor que el habitual pusieron de punta cada milímetro de piel de mi cuerpo. Cada vez el sonido de su voz se escuchaba más sensual y se sentía más cerca de mi cuello, no me quedaban dudas de que lo estaba haciendo a propósito para provocarme, lo peor de todo era que lo estaba logrando.

–Me parece que te sientes igual que yo, puede...—me detengo inmediatamente apenas siento como deja escapar el aire de una forma similar a un gemido directamente sobre mi nuca, eso me hace volar a otra galaxia, así que cuando sentí su cabeza hundirse en mi cuello e inhalar fuertemente mi aroma mientras sus manos me rodeaban por la cintura no sabría explicar el sinfín de emociones que peleaban dentro de mí.

Mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho y correr junto a Toreto en una película de Rápidos y Furiosos, las mariposas de mi estómago debían de haber evolucionado a algo más grande porque sentía sus aleteos multiplicados por un número desconocido aun por la raza humana, desgraciadamente mi cerebro seguía procesando el cuadro que colgaba en la pared frente a nosotros. Me costaba creer que esto no fuera un sueño, aunque claro, ahora tenía las manos de Andy sujetándome fuertemente por la cintura para demostrarme que esto era real.

–No pares Sallow. ¿Puede que..?

–Puede que...—maldito seas, no podía ni pensar bien y él quería que hablara. Solo podía sentir como sus manos acariciaban mi piel por encima de mi ropa—Puede que incluso estes peor que yo.

Nuevamente vuelvo a sentir como ríe sobre mi piel y mi cerebro se vuelve a reiniciar, malditas neuronas, ¿dónde están cuando las necesito?

—¿Peor? ¿En qué te basas para decir eso?—ahora soy yo el que no logra contener la risa, estaba claro en lo que me basaba, la prueba estaba justo frente a nosotr...—Me encanta oírte reír mientras te abrazo. Creo que es mi nueva sensación favorita—dioosss, deja de seducirme Andy, ya me tienes derretido a tus pies.

–No lo sé, tal vez en la foto mía de al menos un metro que ocupa casi toda una pared de tu habitación. Pero no es nada seguro, son solo suposiciones mías, no me hagas caso.

–Esa foto lleva cinco años allí. La puse el día que compramos este lugar. Me encantaba verla todas las noches antes de dormir y todas las mañanas al despertarme, me trae paz.

–¿Te encantaba? ¿Por qué hablas en pasado?¿Ya no te gusta?

–Siempre me gustará ver esa foto tuya, te vez muy bien en traje.

–Esa foto fue en la graduación de secundaria, parezco una anguila con anemia. Y no has contestado mi pregunta.

–Para empezar te vez súper tierno en esa foto, y contestando a tu pregunta, la foto si me sigue gustando, pero algo me dice que gracias a un borracho medio loco y completamente guapo y que se ve increíblemente hermoso en traje el cual me llamó en la madrugada, podré dormir abrazado a la persona que sale en esa foto. Así que por muy hermosa que haya quedado la anguila con anemia, prefiero al imbécil que está en mis brazos.

Luego de escucharlo solo puedo decir una cosa: estáis invitados a mi funeral, porque sin dudas acabo de morir por un paro cardiaco o por un coma diabético por tanta dulzura.

Reúno todo el valor que puedo encontrar y me giro sin apartarme de su abrazo para quedar cara a cara con él. Al verlo así de cerca me doy cuenta de que se ve aún más hermoso, sexy y salvaje de lo normal, sobre todo sus ojos , eran prácticamente negros, el verde apenas se lograba ver, y en ellos había un brillo especial, un brillo único para mí.

–¿No sabía que eras tan cursi?

–Hay muchas cosas que no sabes de mí.

Eso era cierto, lo había descubierto esta noche, Andy era un hombre de secretos y misterios, pero yo...

–Estoy dispuesto a descubrirlas.

🌈

Holaaaa, espero les guste este capítulo.
Déjenme su opinión en los comentarios.
💖

La forma más hermosa de suicidarseWhere stories live. Discover now