21. Duo de pelirrojos

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Thomas:
Acababa de dar mi primer beso, ¡Y con Andy! Al fin había sucedido eso que soñé durante años!

Desearía que mi mente estuviera ocupada en recordar cada mínimo detalle de lo sucedido. Cada roce de su piel, cada mirada, cada caricia, cada maldito sonido que escapaba desde lo profundo de su garganta y la forma en la que me hacía sentir cosquilleos en todo el cuerpo, sobre todo en una parte específica.

Algunos dicen que el primer beso está lleno de inocencia, que es algo simple y cariñoso, sin fines sexuales. Está más que claro que mi beso con Andy no fue así y sinceramente no hubiera podido pedir que fuera de otra manera. No tenía que ser perfecto, solo tenía que ser nuestro, y así lo sentí. Fue tan Andy y Thomas, tan nosotros.

Ojala mi mente se encontrara recordando esos momentos mágicos, pero no. La señorita está aún intentando darle sentido al hecho de que Andy, mi supuesto mejor amigo tenga una hermana.

¡UNA HERMANA!

No es como decir que tenía un perro o un gato, no, era un familiar, sangre de su sangre.

Pensaba que nos lo contábamos todo pero al parecer no era así, eso lo tenía claro desde esta noche.

Primero me oculta una casa y ahora una hermana.

Lo peor es que dijo que había más cosas sobre él que yo no sabía y que ni siquiera tenía planteado contarme nunca. Es de lo peor.

Y ahora que lo pienso ¿a dónde habrán ido ese par de pelirrojos?

Salieron de imprevisto y Andy no me dijo a donde irían. Más misterios para la colección de los Williams.

De hecho ahora que lo pienso, estoy solo en su cine-casa. Es el momento perfecto para intentar descubrir algo sobre Andy o Alice. Debe haber alguna pista de su vida secreta por lo menos.

Llevo mirando la habitación de Andy un buen rato y puedo concluir que si quito la enorme foto mía de la pared es una réplica exacta de su habitación en casa de Ana.

Mismo color, mismo modelo de cama, mismo estante y juraría que con las mismas revistas, lo único que variaba un poco era la guitarra, era él mismo modelo que la otra pero el color era distinto. La de su casa era negra y plateada, mientras que esta era totalmente transparente, de hecho parecía hecha de cristal.

Era tan hermosa y delicada, era tan diferente al estilo de Andy. ¿Será de Alice acaso?

Esa chica no salía de mi mente, pero de la forma en la que están pensando. No voy a cambiar de hermano al estilo Salvatore.

Lo que ocupaba mi mente era simplemente el hecho de su existencia. Era hermana de Andy pero nunca la había visto cerca de él. De hecho no la había visto nunca. Aster es un pueblo relativamente pequeño, una sola secundaria, una sola preparatoria, una única universidad, te guste o no todos se conocen entre ellos y eso era lo que realmente asustaba de Morfeo.

En un pequeño pueblo donde todos se conocen la aparición de un asesino en serie se siente mucho más aterradora porque es cien por ciento seguro que alguna vez lo has visto y has hablado con él.

Es imposible no haberlo hecho en un espacio tan pequeño y apartado como lo era nuestro pueblo.

Además nunca teníamos forasteros. Él único que entraba y salía del pueblo era el señor Jake Jeff; él era el único que había tenido el coraje para irse del pueblo y perseguir su sueño de ser un gran policía. Claramente ese sueño se le fue de las manos porque terminó siendo un reconocido agente del FBI, pero oye, yo feliz.

En cuanto ocurrió el primer asesinato él vino rápidamente para intentar atrapar al culpable, claramente no fue lo que pasó. Sus superiores comenzaron a presionarlo y a decirle que solo era un asesino en un pequeño y aislado pueblo, que no era nada para preocuparse por el momento, que cuando fuera de interés nacional podría encargarse, esto no le sentó nadita bien al señor Jeff, creo que ellos no sabían que aquí en Aster se les conocía a él y a su hermano como Los gemelos Granada, iban muy tranquilos por la calle, pero a la mínima provocación explotaban, y de qué manera explotaban.

Según mi informante, es decir, Ana, sus explosiones iban desde cristales rotos de tiendas y carros hasta una que otra costilla fracturada, pero como eran hijos del alcalde solo les hacían una pequeñísima advertencia y listo.

Aunque una vez Ana me contó que en una ocasión ambos gemelos estuvieron involucrados en un asesinato.

Nunca se supo cuál de los dos había sido, y gracias a la falta de pruebas, las influencias de su padre y que ninguno delató al otro no pudieron encerrar a ninguno de los dos. Tampoco nunca se supo si había sido un asesinato o una fuga. Simplemente llegó a comisaría una carta anónima denunciando el asesinato de Victor Kass a mano de uno de los gemelos Jeff.

Inmediatamente la policía buscó al chico por todo el pueblo y sus alrededores pero nunca fue hallado ni vivo ni muerto. El pueblo nunca creyó en el supuesto asesinato, Aster era un pueblo tranquilo y familiar, era más simple creer que Victor simplemente huyó lejos y sin dejar rastros.

Lo que comenzó a levantar las sospechas del asesinato en Ana fue que a los pocos días Jake abandonó el pueblo con la idea de ser policía, una idea que surgió de repente, y mientras un gemelo quería ser policía, el otro quería ser profesor.

De vándalos a ciudadanos modelos de la noche a la mañana, solamente hizo falta un supuesto asesinato para que sus vidas se encaminaran por el buen camino. Demasiado raro y oportuno según Ana.

Yo no podía opinar ni decir nada, eso pasó hace diecisiete años, es decir que yo apenas tenía un año y unos meses de nacido, mi mayor preocupación en ese momento debió de haber sido gritar como si no hubiera un mañana para recordarles a mis padres mi existencia. Pero confiaba en el instinto de chismosa de Ana. Si ahora con treinta y cinco años es una máquina del chisme no me quiero ni imaginar a los dieciocho. Además era compañera de los gemelos y de Victor, nadie mejor que ella para sacar teorías conspirativas del pueblo.

–Te dije que no es nada. Ya déjame tranquila—era la voz de Alice, rápidamente dejé de mirar muuuyyyy detalladamente las cosas de Andy y me pegué a la puerta para escucharlos mejor.

Sí, lo admito, me ganó la curiosidad. No me culpen a mí, culpen al chisme y su maldita necesidad de instalarse en mi cerebro y no abandonarlo nunca. Él era el verdadero culpable, no yo.

–Estate tranquila de una vez quieres—la voz de Andy se oía llena de tensión, sin pensarlo más abro la puerta de la habitación, me encantaba el chisme, pero la voz preocupada de Andy ganaba en términos de prioridad—Alice, por dios tienes el hombro dis...—delante de mí había una escena totalmente confusa. Alice estaba cubierta de sangre de pies a cabeza y su hombro se veía terriblemente mal, Andy separa la vista de su hermana y la fija en mí, la pelirroja imita su acción, en su cara no había dolor ni sufrimiento, al contrario, había una enorme sonrisa— Dislocado.

¿Dislo quéeee?

O por dios. ¿Qué carajos estuvieron haciendo estos dos?

🌈

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Los leo 💖

La forma más hermosa de suicidarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora