23. La Llorona

57 18 78
                                    

Thomas:
Despierto al escuchar un ruido muy extraño, no sabría muy bien como describirlo. Era algo parecido a... ¿un llanto?

Parecía casi irreal, pero al abrir bien los ojos me percaté de que en verdad se escuchaba. Eso sinceramente me dio un poco de miedo.

Rápidamente miro en mi celular la hora, eran las seis de la madrugada, ¡¿quién carajos llora a las seis de la mañana?!

¿La Llorona?

《Vamos Thomas por dios. No seas ridículo. Eso es un cuento para asustar a los niños. Tú ya eres un casi hombre, compórtate como tal.》

Y con este maravilloso pero inútil pensamiento en mente me levanto de la cama con mucho cuidado para no despertar a Andy, el cual dormía profundamente sin sentir nada.

En momentos como este admiro su capacidad para dormirse y desconectarse del mundo. Literalmente pueden iniciar una obra a su lado que él ni se da por enterado.

Debo admitir que se veía malditamente bien mientras dormía, se veía como un puto dios al que nunca pararía de adorar.

Si por mi fuera me pasaría horas viéndolo dormir.

Viendo la forma de sus labios, el largo de sus pestañas y el contraste de estas con su pálida piel, la manera en la que arruga el entrecejo y la forma toda desordenada de su cabello. Todo en él era perfecto e incomparable.

De hecho si no temiera por mi vida en estos momentos me volvería a acostar junto a él para disfrutar de nuestra primera noche juntos.

《La primera de muchas si la Llorona lo permite.》

Ahora podía escuchar el llanto más fuerte.

¿Será real o estará en mi mente?

Si fuera real Andy también lo podría escuchar.

¿Debería despertarlo?

Es lógico que cuando estas en peligro no quieras estar solo, por lo tanto sería completamente normal que lo despertara para ir a buscar el origen del raro y "rezo para que no sea paranormal" ruido que se escuchaba cada vez más y más cerca.

Lo único importante aquí es nuestra vida.

Digo, de qué te sirve dormir plácidamente si en cualquier momento un espectro de origen desconocido que vaga por todo el mundo buscando a sus hijos te arrastra hacia lo profundo de un río para ahogarte.

Claramente hay prioridades.

Listo, decidido, despierto a Andy para salvar su vida. No porque me de pánico total salir de la habitación ni nada de eso. Solo lo hago por su bien, por su seguridad.

–Andy... despierta—intento moverlo suavemente ya que no reacciona al sonido de mi voz, aunque parece que tampoco va a despertarse con esto. De hecho parece que no va a despertar nunca—Andy... ¡Andy!

OK, me alteré un poquito.

Pero en mi defensa, en el instante en que subí la voz el llanto se había escuchado más cerca, por lo que el enorme botón de pánico de mi cerebro se activó.

Pero ni siquiera eso logró despertar al "Bello Durmiente".

Eehhh, gran apodo. Creo que lo rebautizaré.

–¿¡POR QUEEEÉ!?

Mierdaaaaaaaaaa. Ese grito se escuchó demasiado cerca.

Dejo de prestarle atención a Andy y dirijo mi mirada hacia la puerta de la habitación. Justo detrás de ella provenía ese espantoso y atemorizante sonido.

La forma más hermosa de suicidarseOnde histórias criam vida. Descubra agora