Cap. 60

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Narra Zeina

 

Me desperté con la idea de que era un sábado terrible. Miré el reloj de pared y suspiré al ver que eran más de la una de la tarde. Había estado despierta más de la cuenta el día anterior y si me viera en un espejo seguro mi rostro estaría fatal. Había intentado acercarme al chico que me gusta, pero no había resultado tal como había esperado. Caminé al baño para cepillarme los dientes, odio mi vida a veces.

**Flash back**

Había esperado toda la mañana para que fuera la hora del recreo y acercarme al chico nuevo. Puedo ser una chica alegre y con poca delicadeza, pero estaba aterrada. Respire un par de veces para evitar hiperventilar, eso sería un poco vergonzoso. Lo busqué con la mirada por los pasillos de la escuela hasta  que localice al pelinegro sentado debajo de un árbol, alejado de todos.

—Vamos Zeina...tú puedes, solo no olvides como respirar y todo estará bien—me daba ánimos mentales a cada paso que daba. Lo admito, no tengo muchos amigos hombres a mi alrededor— ¿Eres Willow cierto?— ¡Bravo! Me merecía un óscar por mi pregunta. Él solo me miro un segundo y regreso su atención a su almuerzo—No sé si me recuerdes, pero ayer choque contigo mientras patinaba  y se te cayó esto—le extendí el libro que había recogido el día anterior. Miró el libro y rebusco entre sus cosas, ahí me di cuenta que había llevado su mochila con él—Creo que tú te quedaste con mi libro de ballet—sonreí  lo mejor que pudo he intercambiamos los libros—Sabes, aunque tú libro está en japonés, por la portada puedo ver que es de repostería ¿Te gustan los postres?

—No es algo que te incumba—guardo sus cosas y se levantó—no te metas en mis asuntos—y sin más se retiró dejándome ahí sola.

—Eres una tonta...—me regañé mentalmente, lo había asustado y no tenía idea de cómo debía acercarme a él. Pensé que si sacaba a relucir el tema del libro tendríamos algo de qué hablar.

**Fin del flash back**

Escupí en el lavabo con algo de enojo, no estaba teniendo una buena mañana. Además había algo que apestaba hasta mi habitación y no sabía que era. Tal vez Jaden estaba cocinando comida radioactiva o el pequeño Arien tenía hambre y ahora estaba en serios problemas con algún sartén. Salí en pijama de mi habitación, pero justo cuando iba a bajar las escaleras hacia la cocina, encontré el desagradable aroma.

—Joder Jaden, apestas—coloqué dos de mis dedos sobre el puente de mi nariz intentando neutralizar el aroma— ¿Te vaciaste toda la colonia barata encima?

— ¿De qué hablas? ¡Huelo delicioso!-dijo acercándose a mí y juro que me mareé con el aroma.

—Hueles como si te hubiera atacado un zorrillo. ¡Peor aún! Creo que el zorrillo olería mejor—lo empujé porque necesitaba respirar.

— ¡No puedo oler tan mal! ¿O si puedo?—se olfateó un poco la manga de la camisa he hizo una pequeña mueca—lo que pasa es que te d envidia mi agradable aroma.

— ¡Dios! He olido alcantarillas con mejor aroma que tú—me masajeé la sien ligeramente, no estaba de humor para soportar la egolatría de mi hermano en este momento. Por lo menos hasta que vi como estaba vestido he inevitablemente me dio un ataque de risa.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora