Cap. 138

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Narra Briana

Decir que estaba nerviosa seria como mentir. Desde la vez en que me vi en la necesidad de abandonar a Sammuel en la habitación con un enojado Ethan mi mejor amigo se había portado muy raro. Yo había querido intervenir en esa discusión, pero me vi secuestrada por Ryder. El cual se limitó a decirme que no debía intervenir entre un problema que no era mío.

Y ahí estaba yo, con un mal presentimiento en mi mente, como si supiera que hoy sábado iba a pasar algo terrible. Eso sin mencionar que había graves pronósticos de lluvia en el lugar.

—Es tu culpa Ryder—me quejé mientras pasaba la página de ese manga una y otra vez. Generalmente el yaoi me emocionaba, pero hoy no.

— ¿Porque es mi culpa?—bostezó recostado en el diván de su habitación mientras pasaba página a su libro. Mírenlo, tan jodidamente tranquilo y yo aquí muriendo.

— ¿Por qué? ¡Porque por primera vez en la vida no sé qué está pasando!—lancé el manga al aire y me remolí en el puff que había adoptado para mí—Siento que algo malo está pasando en este momento Ryder.

—Posiblemente...—dijo sin más. Dejándome en la más triste intriga. Como siempre.

— ¿Sabes algo que yo no sé?—lo miré acusadoramente aunque no me estaba mirando directamente.

—Siempre se cosas que tú no sabes Briana—el sonido de las hojas de su libro empezaba a irritarme.

Me levanté lo más rápido que mi torpeza me dejo. Cuando me libere de las garras del poderoso y maligno puff asesino me acerque a él. Estaba decidida a quitarle ese tonto libro para que se pusiera serio con el tema.

— ¡Ryder!—le quite el libro de las manos y acerque mi rostro lo más posible al suyo—escúchame cuando te hablo.

—T-Te escucho...—tartamudeo y miro hacia otro lado—solo no invadas mi espacio personal—poso sus manos sobre mis hombros y me alejó un poco—no hagas eso en el cuarto de un chico.

— ¿No hacer qué? ¿Quitarte tu libro?—a veces su manera de comportarse era tan extraña.

—Olvídalo—suspiró y negó. Eso me recordaba tanto a Brian.

—Explica Ryder—fruncí el ceño—No soy tan lista como quisiera, explícame entonces cual es el problema.

Vivía mi vida clasificando chicos en activos y pasivos. Pero con este tonto castaño con mechas, no sabía dónde debía meterlo y eso me confundía. A veces era tan nervioso o infantil. Pero también tenía sus momentos maduros llenos de seriedad.

—Mira Briana—Su voz sonó tan imponente de la nada que me hizo sentirme raramente nerviosa—Es solo que tu...—el sonido de la puerta nos asustó a ambos.

—Lo siento chicos, ¿estoy interrumpiendo algo?—sus sonriente madre había irrumpido en la habitación. Como era su costumbre.

—¡Ma-Mamá! Te he dicho que no entres sin tocar—suspiró mientras se levantaba. Sus mejillas estaban rojas. Su modo pasivo estaba activado.

—No está bien que estés con una señorita en tu habitación y con la puerta cerrada.

—Estoy con Briana mamá—le restó importancia y se apresuró a recuperar su libro y regresarlo a su lugar en el librero.

—Por eso mismo. Es una chica bonita y tú en la plena flor de tu adolescencia...—ahora si se había puesto rojo hasta las orejas. Aunque no podía mentir, mis mejillas se sentían algo calientes con su comentario.

—Por favor, no me avergüences más...—susurró, pero alcancé a escucharlos—además ya se va. ¿Verdad Briana?

—Nada de eso, ella tiene que quedarse a comer, ¿Verdad que tienes hambre?—me miró y me limite a asentir.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora