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Me entro un poco de miedo, pero cuando se tocó el pelo y miro a mi dirección supe al instante quien era, pero ¿qué hacía aquí? Me levante del césped un poco mareada y fui hacia ella. Había una especie de cuesta y empecé a bajar más rápido y ella me oyó. Pude escuchar como retenía unas lágrimas y miraba a mi dirección. Conseguí no matarme y fui a donde estaba Bea.


- ¿Qué haces aquí?- me pregunto sin mirarme.

- Si, te perdono.

- ¿Qué?- me miro y aun que había poca luz, pude ver que tenía los ojos rojos.

- ¿No crees que me tienes que pedir perdón?

- ¿Por qué?- siguió andando.


Eso yo lo tome como una invitación, para andar con ella, así que fui corriendo y me puse a su lado.


- Ya sé que no visto muy bien... y que iba muy mal para una fiesta, pero no te tendrías que haber reído- dije mirando al suelo.

- Me hizo gracia...

- ¿Vas a seguir sin pedirme perdón?

- Sí.


Hubo un silencio, pero lo raro es que no era incómodo.


- ¿Qué haces aquí? - fui yo quien rompió el hielo.

- Me aburría en mi habitación y necesitaba aire... - me respondió mirando al suelo.

- Yo también- dije.

- ¿Alguien te ha preguntado?- me miro seria.


¿Ya iba a empezar a tratarme así?


- No... - me dieron ganas de irme corriendo de aquí, pero seguí a su lado.

- ¿Es...estas mejor?- ella miraba al suelo y tenía sus manos en los bolsillos.


Estábamos tan juntas que el trozo de su mano que estaba fuera del bolsillo rozo con mi mano, sentí cosquillas y sonreí.


- Bueno, tengo algo de mareo, pero estoy mejor- vino una ráfaga de viento, tirite y castañearon mis dientes.

- ¿Por qué no te vas? Vas muy fresca.

- No tengo la llave de mi habitación...- ya sí que me podría tomar por estúpida, las tenía todas.

- Perfecto- dijo seria.


Seguimos andando, yo me subí mis gafas. Después de unos segundos sentí como me ponían una chaqueta en mi espalda, mire a Bea le dije "gracias" y ella hizo un gesto de indiferencia. Ahora hacía mucho más frio y los mareos me aumentaron. Me lleve la mano a la frente y me pare.


- ¿Estás bien?- me miro preocupada.

- No- fui franca- quiero ir a mi habitación, no me encuentro nada bien...- todo me daba vueltas.

- Pues la secretaria está cerrada, no puedes pedir otra copia.... Si quieres... puedes venir a mi habitación.

- Parece que te cuesta ser amable.

- No lo suelo ser - me miro y me dio una media sonrisa- entonces... ¿quieres?

- En otro momento me negaría... pero, no me puedo mantener en pie.


Mis piernas flojearon, Bea lo noto y me puso su mano en mi cintura, evitando que me cayera al suelo. Estábamos cara a cara, el aliento frio de ella daba en mi cara. Me sentía aturdida ¿por qué? ¿Por qué me ponía así? Cerré los ojos y cuando los volví a abrir, la tenía más cerca.


- Tomare eso como un sí.


Me quito las gafas con delicadeza y se quedó mirando a mis ojos, yo me perdí en sus ojos color marrones... fue un minuto luego ella aparto la mirada y se colocó las gafas en su cabeza y me cargo como una princesa de nuevo.


Sentí su calor, la verdad que eso sentaba muy bien ahora, me acurruque en su pecho y no sé cómo, me dormí.




- Eh... despierta- me empezó a mover.


Abrí mis ojos, me costó adaptarme a la oscuridad cuando me adapte mire arriba y me encontré con la cara de Bea, me seguía cogiendo.


- Menos mal, ya te has despertado.

- ¿Donde estamos?- me frote el ojo.

- En mi habitación, pero te tienes que bajar para que pueda abrir.


Bea me bajo con delicadeza y cuando toque el suelo, volvieron los mareos pero eran menos, me apoye en la pared del pasillo. Aquí a diferencia de afuera hacía calor. Bea busco su llave y abrió la puerta, entro, dejo la llave y mis gafas y volvió a por mí. Paso su mano por mi cintura y me pego a ella, me entraron unas cosquillas cuando paso su mano y me toco la piel, ya que tenía la camiseta mal puesta. Con su ayuda conseguimos entrar, me llevo hacía la cama y me sentó. Cogió algo del armario y se metió en el cuarto de baños, al rato salió... se había cambiado, ahora llevaba unos pantalones de baloncestos y una camiseta corta donde se le veia media parte del abdomen. Yo me quite su chaqueta y la solté en la silla que había al lado.


- ¿Dónde voy a dormir?- pregunte, ahora empezaba a tener más calor y no me ayudaba nada que Bea estuviera de esa manera.

- En la cama- contesto seria.

- ¿Y tú?

- En la cama- vino hacia mí y se sentó.

- Pero...-ella no me dejo seguir.

- Que te deje dormir aquí no significa que yo me vaya a matar la espalda con el sofá- se tumbó.


Me quite mis zapatillas y me tumbe a su lado, empezaba a hacer más calor y como la cama no era muy grande, rozaba con Bea y se me pegaba su calor. Empecé a moverme ya que no me podía dormir.


- Quieres parar joder- me dijo Bea.

- Tengo calor, no me puedo dormir.

- Pues quítate la ropa y déjame dormir.







Y AHI LO DEJO, JAJAJAJAJAJAJAJAJA, que capulla soy xd; no ahora en serio, si os ha gustado votar y si me quereis dejar un comentario con mucho amor no estaria nada mal c: -obviouslana

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora