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Llegue mi habitación y justo cuando llegue a la puerta sonó la alarma para despertarnos. Me senté en el suelo apoyándome en la puerta, cuando escucho abrirse una puerta, miro y a lo lejos veo como Perrie sale de su habitación mirando a todo los lados. Me levanto y voy hacía ella.


- Eh, Perrie.

- ¿ ___?- me miro torciendo la cabeza.

- Si ¿Qué haces despierta y vestida a estas horas?

- Me despierto antes y así aprovecho el desayuno antes y voy la primera a clase, así no hay tanta gente... ¿y tú?

- Pues... que como me sentía mejor salí a tomar el aire y me encontré con... una chica y se me olvido la llave y he dormido en su habitación.

- Oh... ¿qué chica?

- No la conocerás...

- Si la conoceré tranquila - se ríe.

- Es... Bea.

- Oh dios, ¿enserio? Has dormido con Bea... ¿sabes qué está aquí porque la echaron de la escuela de chicas?

- ¿Es... tan mala?

- Eso dicen....


No quería seguir hablando de Bea, así que mire al suelo y seguimos caminando hasta la cafetería. Yo seguí a Perrie, cogimos una bandeja, servilletas y avanzamos. Fuimos a donde estaban unas mujeres con redecillas en el pelo y unos delantales blancos.


- La primera como siempre- miró a Pezz y la sonrió, Pezz afirmo con la cabeza. Luego la mujer me miro a mi- ¿Eres nueva?

- Si, me llamo ___.

- Encantada cariño, que vas a querer: ¿tostadas o un bowl de cereales? - Perrie fue a hablar pero la mujer la corto- Ya sé Perrie, para ti tostadas con mantequilla con MUCHA mermelada- remarco la palabra mucha- y una Coca Cola - Perrie se sonrojo.

- Yo quiero unas tostadas solo de mantequilla y si se puede....un zumo de naranja.

- Marchando- la mujer se fue a dentro dejando a su compañera sola.


Nosotras avanzamos hasta donde estaba un sitio para recoger la comida. Al rato llego la mujer con nuestro desayuno. Los cogimos y fuimos a las mesas, todavía no había llegado nadie.


- Vengo la primera porque así el pan no está duro y me lo hacen como quiero... -dijo Perrie tomando un trago de su coca.


Sonreí y empecé a comer sin ganas, no tenía mucha hambre pero tenía que comer.


- ¿Estas mejor? ¿Quién era el chico que te visito?- me empezó a preguntar.

- No eres tan tímida como parecías- reí, ella solo se encogió de hombros- Si estoy mejor, es un chico que me encontré cuando salí de la... fiesta, es muy majo.

- Y guapo...

- ¿Te gusta?- pregunte.

- No, no- se puso roja- es lindo, ademas a mi me gustan las chicas - ya no me sorprendia, ella se puso roja y yo solo le sonreí.

- Oh cariño, querer a alguien no es malo, da igual del sexo que sea... ¿Cómo se llama?

- No lo sé... - sonrió- pero es... perfecta- suspiro.


Terminamos de desayunar y fuimos a nuestra primera clase, afortunadamente tenía todas las clases con Perrie. Cuando salimos de la cafetería en ese momento todo el mundo empezaba a entrar... con mi mirada busque a alguien... que no la logre encontrar. Bea no se encontraba en el montón de gente. Empezamos a caminar y a conocernos un poco mejor Perrie y yo. Esta chica cada vez me caía mejor, era muy inocente y tierna. Llegamos a la clase y como no, éramos las primeras, pero al rato entro una chica, la mire y la reconocí.


- Hey Jesy - la salude.


Ella nos miró y se sentó en los pupitres de atrás nuestra. La mire y hoy tenía los ojos azules, se había puesto una lentilla.


- ¡___! No sabes el susto que me pegaste... te busque en la fiesta y no te encontré, luego ayer no viniste a clases y me entere que estabas mala... creí que era por mi culpa y me siento muy mal...

- No te preocupes, me fui porque me empecé a sentir mal...

- ¿Qué te pasa?- pregunto subiéndose a la mesa y apoyando su brazo en su pierna y la cabeza en su mano.

- No comí y todo esto me sobrepaso, pero ya estoy bien.

- Me alegro- sonrió.


Mientras nosotras hablábamos me dio por mirar a Perrie y ella estaba haciendo algo en su libreta. Esta tan metida en su mundo... Le tengo envidia, ojala yo pudiera estar en mi mundo y no ver la realidad. Al rato llegaron los demás y el profesor. El profesor era de unos 26 años, joven y guapo. Jesy se sentó en su silla.


- Bueno, bienvenido a la clase de Historia con el profesor Eduardo. Espero que no se duerman en mis clases- se oyeron unas risas- Y bueno, ya cuando nos den los libros empezaremos, ahora disfrutar del tiempo.


Empezó a haber un murmullo de gente hablando. Pasaron los minutos y de repente todos se callaron cuando la puerta se abrió de golpe y choco contra la pared. Yo como todo el mundo, mire hacia la puerta... ¿Ella?


- Profesor, yo no tengo que estar aquí- dijo y paso la mano por su pelo, lo que causo unos comentarios de las chicas.

- Muy buena entrada-se me escapo una risa, el profe siguió:- A ver... dígame su nombre y le diré si pertenece a esta clase- dijo el profesor

- Bea- dijo sin ganas.

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túOnde histórias criam vida. Descubra agora