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- Ya, si... Bueno ¿me la das?
- Si, entra.

Me quito de la puerta y Bea entra, se queda observando mi habitación, toda la ropa estaba por el suelo y la cama revuelta.

- Perdona por el desorden. Es que...
- No me hace falta que me des explicaciones de lo que haces con tu amigo - Bea hizo una mueca.

Sonreí un poco como una tonta, se había puesto celosa.

- Bueno, dame mi chaqueta, no tengo tiempo que perder- me dice seria.
- ¿Te puedes dar la vuelta?- pregunto con vergüenza.
- ¿No llevas nada debajo?- pregunta con una sonrisa pícara.

Muevo la cabeza negando.

- Pe... Perfecto- dice algo nerviosa.

Bea se gira y yo empiezo a bajar la cremallera de su chaqueta.

- ¿Por qué me giro? Si ya te he visto más de una vez desnuda.

Se gira justo cuando me estoy quitando la chaqueta y se me ve todo mi cuerpo desnudo.

- ¡BEA!- grito.

Corriendo me tapo mi cuerpo con las manos, cayendo la chaqueta al suelo. Escucho una risa de Bea. Y empieza a acercarse peligrosamente a mí. Demasiado cerca, mi corazón late fuertemente.

- Esta no es la mejor forma para que te olvide ¿sabes?

Bea no me dice nada pero sigue sonriendo con esa sonrisa pervertida que me pone la piel de gallina.

- ¿Por qué te tapas?- me pregunta.
- No quiero que me veas desnuda- se me ponen más rojas las mejillas.
-¿Por qué? Si ya me conozco tu cuerpo de memoria.

Y es verdad, me ha visto más de una vez desnuda. Pero ahora no me apetece y sé que puede pasar si me quedo desnuda enfrente de ella.

- Me siento incomoda...
- ¿Si me desnudo yo también te sientes menos incomoda?- me pregunta y se muerde el labio inferior.

Me rio nerviosa y me sonrojo de nuevo y siento la mano de Bea en mi mejilla, fría. Ella está demasiado cerca... Noto su respiración, me corazón late aún más rápido. Maldita Bea ¿por qué causa esto en mí? Me tiemblan un poco las manos.

- Tu bipolaridad me trastorna- le digo mirándola a los ojos.

Bea sonríe pero vuelve a ponerse seria y quita su mano de mí, se quita su camiseta y me la da. Me la pongo, me queda un poco grande. Me quedo mirando su abdomen bien formado, intento no subir la mirada pero me quedo mirando sus pechos, hasta que caigo en la cuenta que estaba embobada mirándola, aparto la mira de ella.

- Espera un segundo, busco mi pijama y te doy la camiseta y ya te puedes ir.

Me doy la vuelta y me agacho para buscar mi pijama en mi ropero. Venga ___, relájate, cojo aire. Tomo mi pijama y me levanto. Noto a Bea detrás de mi, su respiración da en mi oído.

- ¿Puedes dejar de hacer eso? No lo soporto- me giro y la miro.
- ¿El qué?- me pregunta.
- Todo. Me estas manipulando Bea, quedamos en que nos olvidaríamos, me lo dijiste claramente esta mañana.

Las lágrimas vuelven a mis ojos cuando recuerdo la fría escena de esta mañana, me castañean los dientes.

- Quiero que te vayas de mi cuarto, que me dejes en paz, estoy harta de sufrir. Lo conseguiste, me enamoraste, hala, ya soy una más. Ahora vete a por otra presa- dos o tres lagrimas bajan por mi mejilla.
- ¿Lo que me dijiste entonces era cierto?- me pregunta ella.
- ¿El qué?
- Cuando estabas borracha y te baje de la barra y te lleve a mi habitación... Me dijiste que estas enamorada de mí.

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túWhere stories live. Discover now