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NARRADOR OMNISCIENTE.


Ella subía la cuesta, esta vez no le molestaba tanto, nada podía quitar su sonrisa de la cara. Ni que sus padres estuvieran detrás, ni que un casi desconocido le estuviera cogiendo la mano. Ella pensaba en esa chica, en que a lo mejor la estuviera esperando. Nunca había tenido tantas ganas de que se empezara de nuevo la escuela.

Ella se bajo de la moto, se quito el casco que llevaba- muy pocas veces- Miro a un lado y al otro, su cara sería no expresaba nada. Todo el mundo se la quedo mirando, ella guardo su casco. Removió su cabello, guardo sus manos en sus bolsillos y sin sonreír empezó a caminar. Lo prometido era la única razón de que estuviera aquí, se lo prometió a su madre.

NARRA ___ .

- ¿Hasta cuando me vas a tener que coger la mano?- pregunte en un susurro a Richard.
- Hasta que tus padre se vayan.

Suspire. Aun que no me gustara esta idea, mi sonrisa seguía en mi cara. Mi hermana
no venía esta vez a despedirme, ya que no quería pasar otra vez un mal rato. Mis padre esta vez no iba a llevarme hasta la mismísima puerta como la otra vez, ya que Richard estaba a mi lado y él sabía cuidarme...Palabras de mi padre. Mi madre seguía sin estar segura de mi relación con Richard, pero no le iba a discutir nada a mi padre.

Unos días atrás de venir aquí de nuevo, me entro una depresión... ¿Y si todo esto fuera para nada? ¿Y si ella no esta aquí? Estaré un año aquí recordando siempre a Bea en cada lugar que este... Y bueno, me hice unos cortes, fueron más profundos de la cuenta, mis padres me llevaron al hospital, me hicieron un vendaje mejor y luego me regañaron mis padres. Ahora seguía llevando la venda, ya que como son tantas veces cortes en los mismos sititos, no se cerraron bien y para evitar infecciones. Me dolía mi muñeca izquierda.

Por fin, terminamos de subir la cuesta, se me hizo más llevadera que la primera vez. Algunas compañeras de mi ultimo año aquí, me miraban extrañados, normal, yo desaparecí después de las vacaciones de navidad. Richard y yo nos paramos, sin dejar de agarrar nuestras manos, nos dimos la vuelta y mis padres pararon detrás de nosotros.

- ¿Y? ¿Nos vais a seguir persiguiendo hasta la puerta de nuestras habitaciones?- dije.
- - mi padre negó con la cabeza- No, nos vamos ya ¿no?- miro a mi madre, ella asintió nerviosa- ___ ¿puedes llevar la maleta?

Mire dudosa la mano que me quedaba libre, estaba vendada y no la podía mover. Iba a hablar pero Richard hablo por mí.

- Yo la ayudo- dijo sonriendo y cogiendo la maleta de la mano de mi padre.

Mi padre le sonrió y nos quedamos en silencio.

- Bueno, nos vamos ya- dijo mi padre- Esperamos que este año sea mejor que el anterior- dijo mirándome.

Yo suspire.
- Eso es pasado papá- dije mirando el suelo.

Entonces me vi envuelta en unos brazos, reconocí de aroma de mi madre. La rodeé con mis brazos.

- Te quiero hija- me susurro.
- Y yo mamá- dije.
- Cuídate- dijo alejándose y colocándome las lentillas y mí cabello castaño.
- Si, mamá.
- Sabes donde están los vendajes para cambiártelos ¿no?
- Si, mamá.

Ella sonrió y se fue de nuevo donde mi padre.

- Cuídala- dijo mi madre mirando a Richard.
- Lo haré- dijo sonriendo.
- Bueno, Richard- mi padre cogió la mano de él- Esperaremos a recibir noticias vuestras y como a dicho mi mujer, cuídala.

Richard sonrió y soltó su mano.

- Adiós hija- me dijo mirando.
- Adiós- dije seria.

Mis padres se cogieron de la mano y se alejaron. Entonces suspiré, me aleje de Richard y lo miré.

- Hay que ir a coger nuestras llaves- dije.
- Lo sé.

Cogió su maleta y se alejó de mí. Me entraron ganas de arrancarle la cabeza, pero me contuve, cogí mi maleta con la mano que podía y empecé a seguirle. Fuimos a la recepción, a él le dieron su llave y me tocó a mí. Le pregunte sobre la 37 y.... ¡Estaba libre! Me dio esa llave y la agarre en mi mano. Me toque mi cuello, allí seguía la cadena de plata. La desabroche y la puse en mi mano junto la llave.

- ¿Y eso?- me pregunto Richard.
- Un regalo- dije suspirando.
- Ah, barata- dijo mirándola con desprecio.

Cogí aire para no reventar y dejarle un ojo morado. Salimos de la recepción.

- Bueno, Richard, encantada de conocerte- dije en la salida- Pero espero no volver a verte.
-- Richard se rio- Si, si.
- Gracias por lo que me hiciste- dije sonriendo- Gracias por volver a traerme.
- No las des- dijo alejándose.

Me dejo sola, en este sitio que me era conocido pero que ahora me sentía incomoda. Fui hasta la residencia de chicas, ahora todas estaban por ahí, con sus maletas. Subí a mi planta, pasé por el pasillo, quería dejar la maleta y emprender un viaje por todo el internado en su búsqueda... en la búsqueda de Bea. Solté la maleta y encajé la llave en la cerradura, le di vueltas y la abrí. Me quede parada en la puerta, la persiana estaba abierta y la habitación estaba llena de luz, pero eso no fue lo que hizo que me quedara en mi sitio, si no que había una persona en la cama.  





N/A: ADIVINAR QUIEN VA A HACER MARATÓN ENTRE HOY Y MAÑANA, ADIVINAR QUIEN MORIRÁ DE LA EMOCIÓN PORQUE SON COMO 5 CAPÍTULOS DE MARATÓN, nah sinceramente no sé quien quiere maratón asi que hoy señoritas empiezo la maratón, espero ver igualmente comentarioooooos; se os quiere un taco por la espera que estais haciendo ultimamente, ando muy ocupada ya que pronto son las vacaciones de invierno.



Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túWhere stories live. Discover now