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Me quede mirando el móvil. "Tenemos que hablar. Ven a mi habitación" Eso es lo que decía el mensaje, no acabábamos de salir de una bronca cuando nos metemos en otra. Salí de mi habitación y cuando oí el plomo de la puerta al cerrarse me acorde que no me llevaba la llave. Suspire y empecé a caminar hacia su habitación. No tenía ganas de ir, no tenía ganas de otra pelea, de llorar más, pero tenía que afrontar las cosas... Aunque no sabía ni porque se había enfadado conmigo, la que tendría que enfadarse sería yo por lo que armo en la cafetería.

Llegue a la habitación. Cogí aire y pegue en la puerta. Bea tardo unos segundos, cuando abrió la puerta no llevaba camiseta, solo un top negro ajustado y mantenía algo blanco en su labio inferior. Me tuve que contener por no lanzarme a su pecho y preguntarle cómo estaba. Tenía varios arañazos en la cara, la nariz un poco morada, nadie había salido bien de la pelea.

- ¿Vas a pasar?- me pregunta.
- Si...

Bea se quita de la puerta y paso dentro, la camiseta con sangre está en el suelo y el botiquín esta por la cama, pero veo que no se ha curado, todavía le sangra un poco la nariz y demás. Voy hacia el botiquín, hoy soy la enfermera, cojo un poco de algodón y le eche betadine.

- ¿Qué haces?- me pregunta ella.

Pero no le contesto, me trago el orgullo y voy hacía ella, le cojo de la mano y la llevo a la cama, la siento. Dejo de coger la mano de Bea, ella esta callada. Le quito la mano de su labio y le cojo el papel, lo dejo en la mesita de noche. Miro su cara, me mira seria, como siempre. Cojo aire y empiezo a rozar el algodón por las heridas. Ya las tenía un poco seca así que no le dolían tanto.

- Podrías haber ido a la enfermería- le digo.
- Tampoco las heridas son tan graves, casi ni me toco.

Levanto la mano y le doy en la mejilla cerca del ojo.

- ¡Ah!- se queja Bea.
- ¿Qué decías?- le sonreí irónica.

Bea no me dice nada, yo sigo curándole las heridas. Por ultimo le miro los labios, tenía pequeñas rajitas.

- ¿Te duele?- le toco en la mejilla casi en la comisura del labio.
- No- dice seria.

Con mi dedo índice toco suavemente su labio inferior que tenía un poco de sangre. Le quito la sangre y me quedo como boba mirando sus labios, cuando me doy cuenta bajo la mirada lentamente.

- Listo...- suspire- ¿Por qué le pegaste?
- -Ella esquivo mi mirada- Él te estaba agarrando... luego me empezó a chulear.
- ¿Pero cómo mierda se te ocurre Bea?
- Yo... Es que... ___...
- ¿Estabas celosa?- le pregunte poniéndome de pie.
- ¿Celosa? No...- se rascó el cuello- No.

Miro al suelo, despeino mi melena castaña y me subo las gafas cuando la vuelvo a mirar.

- Bueno...- cojo aire- ¿Qué querías decirme?
- Creo que esto no funciona- me dijo.
- ¿Quieres que lo dejemos? Ah, no, espera, que ni siquiera hemos empezado.

Ya empecé a ponerme nerviosa, me lo suponía, todo era demasiado bonito.

- ___, no quiero que te enfades.
- Agh, no estoy enfadada- empecé a hacer movimientos con las manos- Bueno si, si estoy... Estoy enfadada contigo Bea.
- Me lo merezco...
- Claro que te lo mereces, dijiste muy rápido te quiero, con eso no se juega Bea.

Tenía ganas de llorar, pero no iba a llorar, iba a permanecer fuerte.

- Yo no juego, yo te quiero- dice seriamente, mirándome a los ojos.

Me quede mirándola, no entendía nada.

- Eh, vale, me he perdido. Quieres dejar esto y dices que me quieres ¿qué tienes Bea?

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túWhere stories live. Discover now