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LA NOTA ME ES EL DOBLE DE IMPORTANTE, SO, NO OS OLVIDEIS DE LEERLA.



- Muchas gracias- dije volviendo a abrazarle. 

- ¿Cuántas veces me has dado las gracias hoy, ___?- dijo Richard sonriendo.

Por las arrugas de la sonrisa caían pequeñas lágrimas, mi cara tampoco se libraba. Estábamos los dos llorando. Desde nunca me gustaron las despedidas.

- No sé que habría hecho sin ti.

- Pues seguro que habría seguido hacía delante, como bien sabes hacer. No hay quien te derrumbe chica, sabes como levantarte siempre, estoy orgulloso de ti, has madurado, sé que vas a ser una buena madre, vamos, no tengo ni chispa de dudas.

Volví a abrazarle. Como cambian las cosas y también cambian las personas.

- Cariño- me llamo Bea, estaba apoyada en el coche- Me gustaría llegar pronto...

A Bea no le acababa de gustar Richard, tenía sus razones y Richard lo comprendía. Me separé de él y fui a Fred, con él fue la cosa más rápido. Bea llevó la ultima maleta que quedaba y la coloco como pudo en el coche. Me despedí de Richard y Fred con la mano y me metí en el asiendo del copiloto, Bea entró y arrancó el coche. Poco a poco nos alejamos de la casa que había sido la mía por casi 7 meses.

- ¿Estas cómoda?- me pregunto.

- Lo cómoda que puede estar una embarazada de 8 meses- dije sonriendo.

Besó mi mano y luego la soltó, para prestar atención a la carretera.

- ¿Tardaremos mucho? Digamos que mi vejiga ya no aguanta lo de antes- dije con vergüenza. 

- - Bea rio- No, creo que estamos bastante cerca.

Suspiré, me acomodé un poco más en el sillón y empecé a mirar por la ventana, todo se quedaba atrás nuestra, otra casa que abandonaba. ¿Quién iba a pensar que una simple adolescente tan sencilla como yo llegaría a vivir un embarazo psicologico tan joven y estar prometida con la chica que todos creian que era mala? La verdad que desde que llegué a ese internado todo cambio, no me arrepiento de nada.

No puedo decir que antes de ir tenía una vida mala, pero sentía que me faltaba algo, me sentía incompleta, como si necesitara un cambio en mi vida y ahora le agradezco a la persona que se inventó que iba a tener relaciones con mi ex novio, gracia a ella estoy ahora aquí y con el descubrimiento de que yo en realidad era lesbiana, y ahora estaba junto al amor de mi vida.

La vida da muchas vueltas más que una montaña rusa, pero siempre hay que sacarles el sentido positivo a todo... Y cuando venga una racha mala... aun que pensemos que nunca va a pasar algo bueno, pasará, no se sabe ni cuando ni como, pero a mi me paso. La primera vez que me separé de Bea, pensé que no iba a poder pasar nada bueno, nada que arreglara esta situación, pero me equivoque sin quererlo... el día menos pensado entro Richard en mi vida y volví a tener esperanzas.

La esperanza es lo ultimo que hay que perder, lo último que hay que abandonar, la esperanza junto a la ilusión y el amor, puede hacer que tu vida mejore, hay que ser siempre positivas, mirar el lado blanco entre todo lo negro y no cerrarse nunca al amor.

Mis parpados se fueron cerrando poco a poco, necesitaba un descansó así que no me opuse.

- Nena...- oí la voz de Bea que me despertó.

Expulsé un pequeño gemido mientras me despertaba. El sol estaba ya escondido, totalmente de noche... Cuando salimos de casa de Richard deberían de ser las 6 y algo... Bea me ayudó a salir del coche, que por cierto ya estaba vacío. Estaba medio dormida todavía así que no pude mirar mucho, solo me acuerdo de escuchar voces y de que Bea me preguntara si quería cenar algo, le dije que no ya que me moría de sueño. ella me ayudo a ponerme el pijama y me acosté en una cama, me besó la mejilla y me dijo que ahora venía.

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora