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Y permanecimos así, abrazadas, acomode un poco mi cabeza en su pecho. Al rato llego la camarera con nuestro pedido.

- Un café para este par de jovencitas- dijo dejando nuestras bebida en la mesa y después se fue.

Me iba a separar de Bea, para que bebiera tranquila, pero ella me lo impidió. Bajo su brazo de mis hombros hacia mi cintura y con su otra mano empezó a beber el café. Yo cogí el chocolate y pegue un trago... AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, como me quemaba la boca.

- Aush, quema- dije.
- Bea se rio y no sé porque, ya no odiaba tanto su risa- Le dijiste bien caliente.
- Ya, pero antes tenía calor...
- ¿Ya no?- Bea sonrió y me miró.
- - me sonroje y mire a la mesa- No.

Bea me pego más a ella y me beso en la frente, no en el medio, ya que yo estaba de perfil. No pude evitar sonreír como una tonta.

- ¿Quieres que le diga que te lo ponga menos caliente?- me pregunto.
- No... no importa, esperare a que se enfrié un poco- dije.

Así tardaríamos más en irnos, así estaría más tiempo con ella.

- Bea, sobre lo que dije antes de que no quería estar aquí...- digo y ella me corta.
- No pasa nada___- dice seria.
- Sí que pasa, enserio, no lo quería decir, lo dije sin pensar. Quiero estar aquí.

Ella no me respondió y me tuve que aguantar. Sople un poco mi chocolate y tome un trago, quemaba, pero ya no tanto. Bea quito su mano de mi cintura, me sentí mal... Quería sacar un tema de conversación y solo se me ocurrió una cosa.

- ¿Por qué llorabas esa noche que te encontré?- le pregunte.
- Por nada- dice seria.
- Si me dices eso, yo te digo porque estoy en la escuela- digo sonriendo.
- Vale. Mi madre me llamó, mi abuelo había muerto... Él era un gran apoyo para mí, el único que me comprendía y no estuve con él sus últimos segundos y además no sé cuándo podre ir a su tumba.

Vi como los ojos de Bea se llenaban de una capa trasparente, iba a llorar, ella cerro los ojos, apretó sus manos alrededor del café y cuando abrió los ojos ya no había resto de lágrimas, ojala fuera así yo. Yo no sabía que decir...

- Lo... lo siento Bea... No sé qué decir
- No hace falta que digas nada. Bueno, es tu turno.
- Mis padres son muy... tiquismiquis con los chicos y demás. Yo tenía un novio, ellos no lo sabían y un día fui a casa de mi novio, me estaba dando un beso y mis padres entraron por la puerta... A los días me entere de que una chica que me odia, no sé porque, les dijo a mis padres que tenía novio y que...- me puse roja- iba a tener relaciones sexuales. Mis padres no me creyeron cuando les dije que era mentira... y me metieron a este internado, creyendo que era solo de chicas.

Bea se quedó en silencio, tomo un trago del café, me estaba poniendo nerviosa ¿no iba a decir nada?

- ¿Te gustan los chicos? - mierda, ni yo misma sabia la respuesta.

- Sí.. osea no, creo, no lo sé, creo que no - frunzo el ceño antes mi "respuesta", si a eso se le podia llamar así, veo que Bea sonrie de lado y baja la vista hasta el café.

- Y.. ¿ eres virgen?.

Mierda ¿por que coño me hace preguntas asi? ¿Ahora que le digo? Yo le digo la verdad y que pase lo que Dios quiera.

- - Me puse roja, agarre mi baso y pegue un trago- Sí.

Espere unas risas o algo, pero no pasó nada, suspire.

- Tu no ¿no?- pregunte, aunque sabía la respuesta, pero era para que no se quedara callada.
- No- dijo sonriendo- No me creo que seas virgen...- me miro y puso su brazo de nuevo en mi cintura
- Pues lo soy.
- -Bea acerco un poco su cara a mí, se me paro el corazón- ¿A qué esperas?- me susurro mirándome a los ojos.

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túМесто, где живут истории. Откройте их для себя