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 Una casa de madera de dos plantas, no era ni pequeña ni grande, mediana. Rodeada de arboles, las ventanas de abajo estaban adornadas con macetas con flores, una parte de la casa estaba tapada por una especie de planta o musgo, que le daba un toque muy acogedor. Mire mis pies, estaba pisando tierra, estábamos en el campo. Bea me dio mis gafas.

- ¿Enserio? ¿Te gusta? Bueno, no son Las Vegas, pero...- empezó a decir.

- Bea...- susurre- ¿Estas de broma?

- No- dijo ella sonriendo.

La callé con un beso, rodeando su cuello con mis brazos, Bea me agarró por la cintura, pegando nuestros cuerpos acabe expulsando un gemido, como siempre, era muy basta.

- Tenemos 2 días para nosotras- le dije a los labios.

Ella sonrió.

- Estamos en plena naturaleza, alejadas del mundo.

- Va a ser el mejor fin de semana de mi vida- dije sonriendo- Bueno, me corrijo, el segundo.

Bea me cogió de la mano y me llevo al porche de la casa. Sacó la llave.

- ¿Y cual fue el primero?- me pregunto mientras abría la puerta.

- Nuestra primera cita...- dije avergonzada.

- -Bea asintió- Fue un fin de semana movidito.

- Fue perfecto aunque... un tanto mojado - dije sonriendo de lado, intentando no pensar en un doble sentido.

Bea abrió la puerta y me dejo paso para que pasara dentro. La casa era entera de madera, muebles de madera, suelo de madera, pequeños pilares de madera, techo de madera... Es tan acogedora. A mi izquierda estaba la cocina, que se comunicaba con el salón por un agujero que tenía una barra y taburetes. Delante de mi hay una escalera- de madera- No sabía por donde empezar.

- Si quieres ve a la parte de atrás, yo voy a llevar esto a nuestro dormitorio- dijo sonriendo.

No le pregunte que había en ese gran bolso que llevaba. Cruce corriendo el salón, llegue a una cristalera con los bordes de madera, la corrí y salí a un precioso jardín trasero, bueno... No sé si se puede llamar jardín, ya que esto pertenecía al bosque. Había flores, árboles y si agudizabas el oído, se podía escuchar el sonido del agua al caer, una cascada. Quede asombrada, había unas cuantas sillas y una barbacoa.

Volví a ir dentro, observe que había un cuarto de baños también. Entonces fui a la escalera, la subí, tocando la barandilla. Había tres puertas cerradas. Fui a la primera, una pequeña sala de juegos, con su billar y demás. Fui a la siguiente: era una sala grande y lo primero que me llamó la atención fue el enorme piano de cola blanco que estaba en medio de la habitación, luego más instrumentos... Al principio pensé que Bea había alquilado esto, pero al ver esta habitación... Lo dudo.

Fui a la última, que ¿cómo no?, era el dormitorio. Vi a Bea sacando ropa del gran bolso y colocándola en el pequeño armario, en el otro lado había un pequeño cuarto de baño.

- Bea- dije sentándome en la cama- ¿De donde has sacado esto?

- Era mi casa de verano, aquí venía con mis madres y mis abuelos. Ella me contó que esto pertenece a mis abuelos y que ella se venía de joven con mi otra madre aquí a pasar los fines de semanas, es muy importante para ambas... 

Me levanté de la cama y abracé a Bea por atrás.

- Te quiero- le susurré al oído- Gracias por todo esto.

Ella cogió aire y se giró, me miró a los ojos, sus ojos color miel estaban algo aguados.

- Esto nada más que acaba de empezar... ¿Preparada para un fin de semana lleno de sorpresas?

- Preparada, no tengo miedo si estoy contigo.

- Entonces perfecto.

Bea besó mis labios.

- Empecemos comiendo algo, que necesitamos coger energía.

Me cogió de la mano y me arrastro hasta la planta de abajo.

- ¿Me tocaras algo?- pregunte y Bea me miro....- ¡NO! No decía así- dije sonrojándome- Mente sucia.

- - Empezó a reír- Es que.... ¿Entonces no quieres que te toque?

- Ay, Bea , no me lies... Decía de tocar algo de música. 

- Pero... ¿No me digas que mi madre no quito los instrumentos?

- No- negué con la cabeza.

Bea suspiro y se rasco la frente.

- Es que...- me dijo.

- Ni es que ni nada. Estoy contigo, no tienes por qué odiar la música.

- Vale...- dijo no muy convencida.

Entonces bajamos a la cocina, Bea me sorprendió con su arte culinaria y preparó carne (solo hacía falta cortarla y calentarla a la salten) y un poco de puré de patatas. Empezó a echar los filetes a la salten.

- Se nota, tu nivel en la cocina es... buf.

- -Bea mi miró de reojo- ¡Oye! No te metas con mi comida.

- Pero si no me estoy metiendo con.... ¡MILLER! ¡LA CARNE!

Empezó a salir un humo de la sartén, giró rápidamente los filetes, pero tarde, estaban más negros que el carbón. Me empecé a reír.

- Sabes... No me apetece carne- Bea quito la salten del fuego y abrió la nevera- ¿Qué te parecen unas pizzas?

- Si, mejor.

Me puse a quitar los filetes de la salten, ella me miraba, se rió.

- Nunca me dejes cocinar- me dijo.  








N/A: me parece que muy pronto volveré a escribir una novela sobre Camila... 7u7, solo digo; de todas maneras extrañaba escribir sobre ella.

Siempre me estoy disculpando por subir algo tarde pero me molesta un poco como tengo tan poco tiempo, o es lo que me parece, soy una persona que se estresa muy rápido. 

Oh, y estamos cerca de los 70k leídos, me pongo emotiva ejiorfjriojf ya paro <3. - zoe

Mi Alma Opuesta | Bea Miller y túDove le storie prendono vita. Scoprilo ora