Capítulo 14

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Lauren's POV

Sofi y yo acabamos en una cafetería cercana, porque ninguna de las dos habíamos comido en días. Pedimos una ración de patatas para las dos y un refresco, aunque cuando llegó, las dos nos quedamos mirando el plato sin mucho apetito.

-Sofi, tienes que comer. –Le decía señalando el plato, y ella intentaba no llorar de nuevo delante de mí.

-¿Sabes que las probabilidades de encontrar a una persona viva después de 48 horas son casi nulas, Lauren? –Susurró en bajo, y cerré los ojos porque no podía soportar otra puñalada más en el pecho como esa. Asentí lentamente sin abrir los ojos y miré de nuevo el plato.

-Vamos a encontrarla. –Susurré en bajo, apretando las manos en el plástico del sillón en el que estábamos sentadas. –Te lo prometo.

-Era la mejor hermana del mundo. –Susurró cogiendo una patata, mojándola en kétchup y manteniéndola ahí, sin llevársela a la boca.

-Es la mejor hermana del mundo. –Sofi sonrió amargamente, y yo cogí una patata para llevármela a la boca, mirando el plato.

-Ella.. Muchas veces no le decía todo lo que sentía, porque siempre me mandaba, porque era como mi madre en Los Ángeles. –La cara de Sofi era pálida. Su tez, como la de la pared, y ella era como su hermana, totalmente morena.

-Se lo decías, créeme. Y ella te quería, me contaba cómo os llevabais y tiene devoción por ti. –Jugueteé con una patata en las manos y humedecí mis labios, que volvían a estar mojados por las lágrimas que caían por mis mejillas. –Ella era como mi otra mitad. Yo.. Antes de Camila era como, no sé. Como se me ve en las revistas. Fiestas, modelos, dinero, lujo.. Y un día, apareció. Y no sabía si estaba preparada para aquello, para sentar la cabeza, tener una pareja estable, una pareja normal. Y me lo dijo cuándo nos conocimos, que no quería algo pasajero. Ella... Ella quería una persona que se quedase el resto de su vida con ella. Le dije, "tranquila, si no funciona estarás libre". ¿Sabes lo gracioso? Que funcionó, y ahora estoy aquí, contigo. Y me arrepiento de no haberle dicho lo que sentía tal y como lo sentía, Sofi. Y me estoy culpando por todo esto, y no puedo más.

Sofi me miraba y yo no podía seguir con aquello.

Cuando volvimos a casa de los Cabello, había pasado un día entero desde que habíamos salido de casa. Nos pasamos la noche entera caminando por la ciudad, intentando ver algo que nos ayudase, pero Miami era demasiado grande y nosotras no sabíamos dónde buscar.

Subí a la habitación de Camila y lo vi todo ordenado. Y pude recordar cómo me abrazaba contra ella, y cómo me besaba. Pude recordar cómo era su sonrisa al besarme, y lo que nos costó separarnos. También, recordé ese "hasta mañana", que se quedó en la nada.

Miré su maleta, su ropa en el armario como si allí no hubiese pasado el tiempo desde que se fue a Los Ángeles.

-¿Dónde estás, Camz? –Susurré en voz baja,  enterrando la cara en mis manos. Hacía dos días que no dormía, y los surcos de las ojeras probablemente llegarían hasta mis mejillas, pero es que no podía dormir.

Sinu entró por la puerta de la habitación y apreté los ojos, levantándome para abrazarla.

-Lo siento.. –Susurré, como si fuera mi culpa, porque lo era. No podía llorar, no me quedaban ya lágrimas que echar, pero más que nada porque tenía que ser fuerte por su madre. Nos quedamos así, abrazadas, hasta que ella se separó.

-Tú no tienes la culpa. –Le limpié las lágrimas y negué ante su comentario, quedándome abrazándola, sin más, porque no tenía fuerzas.

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room 72; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora