Capítulo 21

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Lauren's POV

Salí del despacho y crucé el pasillo echándome el pelo a un lado. Me humedecí algo los labios hasta llegar a la máquina de café que había al final y estaba Amy, tomando un café. En cuanto llegué ella se giró dejando el café de golpe.

-Yo.. Lo siento, vuelvo al trabajo. –Dijo algo nerviosa y negué frunciendo el ceño.

-Puedes tomarte un café tranquila, Amy. –Ella sonrió un poco más relajada, volviendo a coger su vaso mientras yo metía unas monedas en la ranura de la máquina, y seleccioné el café que quería. -¿Todo bien? –Dije cogiendo el vaso, echándole un poco de azúcar y removiéndolo con el pequeño palito de madera.

-Sí, los informes están hechos, reuniones concertadas, todo... En orden. –Sonrió ella, y tomé un sorbo de mi café.

-Me refería a ti, pero eso está bien saberlo. –Sonreí moviendo el vaso y ella se quedó algo parada.

-Estoy.. Bien. –Asintió. No sabía mucho de aquella chica en todo el tiempo que llevaba allí, y siempre trabajaba al cien por cien.

-¿Tienes novio? –Pregunté y ella abrió los ojos, asintiendo lentamente. –Bien. ¿Sabes? Tu horario se reduce al mío. Entras más temprano pero sales antes del almuerzo. –Parpadeó un poco y me giré al frente bebiendo algo más del café.

-Vaya... Gracias. –Su sonrisa se amplió más y me encogí de hombros. Nos quedamos en silencio frente a la máquina de café, y su voz rompió el silencio.- ¿Cómo está tu mujer? –Preguntó ella, y miré el reloj que había en la pared, entrecerrando los ojos.

-Bien, genial. –Respondí dándole otro sorbo al café.

-¿Ella también es empresaria? –Preguntó y negué con una mano en el bolsillo.

-Doctora. Y por la hora que es diría que está a punto de terminar de trabajar. –Tiré el vaso de plástico a la basura y me giré. –Dejó el trabajo un tiempo, pero no puede dejarlo por completo. –Me encogí de hombros y cogí la chaqueta en la mano, mirando a Amy.

-¿Me puedo ir ya? –Preguntó ella y yo asentí con una sonrisa.

-Claro.

Entré en el coche y arranqué, saliendo del aparcamiento y justo dirigirme a casa. En ese momento, sonó el móvil y descolgué para poner el manos libres.

-¿Sí?

-Cielo.. Necesito que compres algo de almorzar porque acabo de llegar a casa y no me da tiempo. –Dijo ella, y yo giré el volante para salir de la calle.

-Claro, ¿qué te apetece? –Pregunté acelerando un poco.

-Lo que tú quieras, ya sabes que me gusta todo. –Fruncí el ceño riendo, y asentí.

-Está bien, lo que yo quiera. Te quiero.

-Y yo a ti. –Colgué y conduje unas calles más adelante.

Compré algo de comida tailandesa y tras unos diez minutos en coche, llegué a casa. Cuando abrí la puerta, Camila había puesto la mesa y le había dado tiempo a recogerlo todo y limpiar.. En minutos.

-¿Esos son súper poderes o algo? –Reí cerrando la puerta y ella se giró a mirarme, acercándose a mí para darme un beso en los labios con una amplia sonrisa.

-¿El qué? –Cogió las bolsas y las puso encima de la mesa abriendo las cajas con cuidado y tomé asiento frente a ella.

-Eso de limpiar en segundos. –Cogí un tenedor y sonreí, reparando en que Camila llevaba aquél traje color azul, camiseta de manga corta de pico. –¿No te has cambiado?

room 72; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora