Capítulo 41

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Lauren's POV

-¿Recuerdas la primera vez que estuvimos aquí?

Aquél restaurante me traía muchísimos recuerdos de mi vida antes de Camila. Solía venir con Kaylee, aunque bueno, al final no era Kaylee. Organizaba cenas de empresa que terminaban con el restaurante cerrado sólo para nosotros y fiestas que no terminaban hasta el amanecer.

-Sí, sí que la recuerdo porque me invitaste a comer y luego me partiste el corazón.

Pero el recuerdo que me venía a la mente cuando pensaba en aquél restaurante, fue la primera vez que vi a Camila después de salir del hospital. Me enamoré de una voz, que resultó ser la mujer de mi vida.

-¿Qué te partí el corazón? –Camila removía el tartar de atún para integrarlo con el wasabi, y asintió sin más.

-Me dijiste que tenías novia. –Respondió ella. No pude hacer nada más que rodar los ojos y mirar a Karla, que tenía varios granos de arroz alrededor de la boca y masticaba lentamente.

-Dejé a mi novia por ti, cariño. Eso no es romperte el corazón. –La latina suspiró llevándose un poco de tartar a la boca, pero ni siquiera yo entendía cómo podía comer tal cantidad de picante sin inmutarse. -¿No te arde el alma?

-¿Qué? –La imagen de Camila, con la tripa tan enorme que la separaba de la mesa, chupándose el dedo de aquella pasta verde era bastante graciosa.

-Te estás comiendo wasabi con atún. –No debía haberle dicho eso, Camila embarazada era algo demasiado susceptible como para intentar hablar con ella de una forma civilizada. –Pero si te gusta...

-Mi padre es mexicano. Además, el picante puede adelantar el parto. –Y esas eran las cosas que yo no entendía tampoco.

Salimos del restaurante y tras varios intentos de correr hacia la carretera tuve que coger a Karla en brazos. Apenas era un bebé que caminaba y se caía sobre el pañal al parar. Cuando íbamos en el coche como era el caso, se quedaba mirando la pantalla del iPad, donde reproducía capítulos de Peppa Pig. Yo odiaba esos malditos dibujos.

Camila se removía a mi lado, con el cinturón de seguridad casi al límite de romperse.

-¿Estás bien? –Ella soltó un suspiro echando la cabeza hacia atrás en el asiento.

-Si tu hijo no deja de clavarme los pies en las costillas lo voy a sacar con mis propias manos. –Era demasiado radical cuando estaba embarazada, eso también.

-¿Te duele mucho?

-No, Lauren, me hace cosquillas POR ESO QUIERO ARRANCARME LAS ENTRAÑAS. –Y agresiva también. Había vuelto a ser la Camila que era en el embarazo de Karla, por lo que era un cambio constante de personalidad. Lo mismo me quería, que me tiraba a patadas de la cama mientras dormía.

-¿Puedo hacer algo? –Giré el volante escuchando a Karla mover los brazos de uno de sus juguetes.

-No. –Y entonces me quedé en silencio.

* * *

-¿Te gusta eso? –Llevaba a Karla en brazos con su pequeña tacita para beber zumo, y apretaba mi mejilla a la vez con aquellos menudos dedos, que besé una y otra vez para hacerla reír. -¿Dónde está mami? ¿Vamos a buscarla?

-Mi –Repitió la última sílaba de mami, que me hacía reír y me enternecía el corazón. En aquellos momentos entendía perfectamente por qué Camila quería ser madre, y que valía la pena.

room 72; camrenWhere stories live. Discover now