Capítulo 20

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—Entonces, ¿Lo besaste?— me pregunto incrédula Nadia, mientras que yo me vestía con mi ropa de calle.

—Sí, no me quedó más remedio— le contesté, poniéndome la camiseta.

Ya habían acabado los entrenamientos del día y ahora me estaba vistiendo en mi habitación junto con Nadia. No habían sido la gran cosa, ni Norris ni yo conseguimos pasar a Q2, pero los ingenieros nos habían dicho que eso iba a cambiar dentro de algunas carreras.

Para descentrarme un poco de la mierda de temporada que estaba llevando, porque sí, era una mierda comparada con la del año pasado, estaba hablando con Nadia sobre lo que me había pasado con Norris.

—¿Cómo que no te quedó más remedio?— dijo Nadia. — Podías haberlo mandado a paseo y haber hecho la promo tú sola.

—Sí, bueno… pero el me dijo que sabía hacer eso y yo no quería quedar como una tonta— le contesté.— De igual manera, lo que está hecho, hecho está y no puedo volver al pasado a impedir eso.

—Ya, pero admite que lo podrías haber impedido y lo sabes.

—Bueno, vale, ya está, podría haberle cerrado la puerta en las narices y mandarlo a que le dé el beso su madre, pero en ese momento no sé qué se me pasó por la cabeza y le acabé dando el beso. Es un simple beso, no me lo llevé a la cama ni le hice nada más allá que un beso.

—Sí, bueno, todas empezamos con los besos y acabamos con ella en la boca— dijo Nadia.

—Bueno, vosotras puede que sí, yo no— le contesté.— Al caso, le dí un beso y punto final.

—¿Has vuelto a hablar con él?

—No, pero después del día de mierda que he tenido lo menos que me apetece es hablar con alguien… A excepción de Alan y tú, claro.

—Pues, mira lo que te voy a decir, pero te haría bien hablar con uno de tus Romeos— me dijo ella.— Ellos tampoco han tenido un día espléndido, así que querrán hablar con alguien.

—Ya, bueno, pero sintiéndolo mucho, Kiara no está disponible para charlas depresivas. Suficiente tengo yo como para que ahora me venga otro.

—¿No crees que te estás pasando? Es decir, no eres la única que ha tenido una mierda de comienzo de temporada. Hay más gente que te acompaña en ese tren.

—Sí, ya, bien sé que no soy la única. No creo que sea el único ser humano al que le está pasando esto y que todos están en contra de mí y bla, bla, bla— le contesté.— Solamente me frustra que me hayan prometido un coche de cien y en realidad tengo uno que apenas llega al cuarenta.

—Ya sé lo que te prometieron y bien estoy viendo lo que te están dando, pero solo necesitas un poco de paciencia— dijo mi amiga.— Esta es la segunda carrera, estás a principio de temporada, espera un poco, por primera vez en tu vida sé un poco paciente y espera, porque lo bueno se hace esperar.

—Sí, ya lo sé, pero si lo bueno lo tengo ahora, tengo más posibilidades de obtener más puntos para estar más cerca del top cinco en el mundial; pero como seguramente lo vaya a tener a mediados de temporada, no me va a dar tiempo ni ha entrar a un top diez.

—Eres muy pesimista, ¿Lo sabías?

—Sí, me lo llevas diciendo desde que nos conocemos— mientras que me estaba calzando, escucho como alguien me empieza a llamar por el móvil.— Genial, y ahora quien coño es— cojo mi móvil del bolsillo y me encuentro con el nombre "mamá" en grande.— Hostia, es mi madre y me está haciendo videollamada.

—Ay, déjame aparecer a mí también, que soy la hija adoptada de tus padres— dijo ella, aproximándose a mí en la cama.

Ella siempre había estado a mi lado, ya desde el colegio, y siempre que tenía un plan familiar o algo, me la llevaba conmigo, por eso mis padres ya la llevaban considerando como una segunda hija desde hacía mucho.

Mi amor para tres ||Formula 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora