Capítulo 21

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Quedaba escasa una hora para que empezara la clasificación y yo estaba sospechosamente tranquila. No estaba nerviosa como la anterior vez, no, estaba relajada y tranquila mirando hacia los televisores que había en el garaje, donde daban la presentación para la televisión de la clasificación.

Estaba prácticamente lista para meterme al coche, tan solo me faltaba ponerme el casco y el HANS.

—¿Preparada para correr?— me pregunta de pronto Stella, mi ingeniero.

—La verdad es que sí— le contesto. — Voy a intentar hacer que el coche dé lo máximo de él.

—Me gusta que tengas actitud— me contestó él, dándome unas palmadas en el hombro.— Pero, yo que tú, no forzaba mucho la máquina.

—¿Por?— le pregunté extrañada. Normalmente me dicen que vaya a lo máximo que dea el coche y estaba vez me dicen que no lo fuerce… Un poco raro sí que es.

—Ya tendrás dentro de poco un coche con el que puedas competir bien, pero por ahora, no intentes cosas que van a salir mal.

—O sea que, ¿Pretendes qué haga lo mínimo para no estropear el coche?— le pregunto incrédula.— Sé que eres el ingeniero y que de esto sabes más que yo, pero no pretendas decirme que vaya más lento de mi rendimiento personal, porque no lo voy a hacer.

—Me gusta que tengas tus metas y tomes tus propias decisiones, pero mejor tómalas dentro de unas… no sé, siete carreras— dijo él con una sonrisa mientras que se cruzaba de brazos.— Solo te digo que, si sigues con esa mentalidad por el resto de la temporada, yo te aseguro de que ganarás.

—Eso espero— le contesto con una sonrisa.

—Bueno, te voy a dejar ya tranquila, que yo me voy a mi sitio— dijo él, dándose la vuelta y yendo a su sitio habitual en las carreras.

Cuando él se fue, me volví a quedar sola, pero esto no duró mucho cuando siento que alguien me da unos toquecitos en el hombro.

Me doy la vuelta y, para mí sorpresa, me encuentro con alguien que llevaba la equipación de Ferrari, pero que para mí era completamente desconocido.

—Sé que no me conoces, pero soy del equipo de Carlos y él me ha hecho venir a traerte esto— dijo él, dándome un papelito. Sin hacer nada más, me deseo una buena carrera y se fue.

Decir que me había quedado en shock era quedarme corta, pero cuando me conseguí recuperar, abrí el papelito y allí me encontré con él mensaje que había dentro de é:

Después de la clasificación, ve a detrás de mí motorhome.

—Sí, claro, y yo voy y lo hago— digo en un susurro para mí misma, para luego arrugar el papelito. Estaba a punto de tirarlo a la basura, cuando escucho como alguien me habla y ese alguien era mi mejor amiga.

—¿Qué es ese papelito y por qué lo vas a tirar?— me pregunta Nadia, poniendo su barbilla sobre mi hombro.

—Es una chorrada que no vale la pena— le contestó sin importancia a punto de tirar el papel a la basura, pero cuando lo hago ella lo coge y lo abre, para luego leerlo, abriendo bien los ojos cuando lo hace.

—¿Quién te dio esto?— me pregunta.

—Nadie.

—No te puede haber venido este papelito a la mano por arte de magia, ¿Quién te lo dio?

—Te estoy diciendo que nadie— le contesté algo cansada.

—Kiara, me estoy artando…— dijo recargándose sobre una pierna y llevándose una mano a la cintura.

Mi amor para tres ||Formula 1||Where stories live. Discover now