Capítulo 34

88 14 35
                                    

—¡Nadia, apuraaa!— le grito a mi mejor amiga desde la puerta.

Yo ya llevaba lista para irme a casa de Odette y Charles desde hace media hora, y Nadia todavía se estaba maquillando.

—¡Un segundo, déjame poner el rímel!— me contesta desde su habitación.

—¡Deja de hablar y apura!— digo desesperada, apoyándome en la puerta. Espero cinco minutos más y en vista de que no iba a aparecer temprano, decido ir a sacar el coche del garaje.— ¡Voy a sacar el coche del garaje! ¡Te espero afuera, no tarde!

—¡Vale!— una vez escucho su contestación, abro la puerta y, luego de despedirme de Alan, me voy hacia el garaje.

Con el mando, abro el portón del garaje y espero a que se abra lo suficiente como para entrar.

Abro el coche y me meto adentro, para luego sacarlo poco a poco, sin chocarme en nada.

Cierro el garaje y coloco el coche enfrente de la puerta, para que Nadia ya no tuviera que andar mucho y nos hiciera perder más tiempo.

Para que se me hiciera más amena la espera, conecto mi móvil al coche y comienzo a escuchar mi música.

Después de esperar alrededor de veinte minutos, por fin veo a mi mejor amiga salir de la casa. Un poco enfadada por lo tarde que había llegado (como siempre), arranco el coche y comienzo a conducir hacia la casa de los futuros padres.

—Estoy nerviosa por lo que vaya a pasar— comenta ella de repente.— O sea, no porque pase nada malo, sino porque tengo curiosidad de ver que nos dice.

—Ya, yo le he estado dando vueltas a la cabeza toda la mañana— contesto.

—Y yo— corrobora Nadia.— Por cierto, ¿Nos podríamos volver pronto? Es que… tengo que dormir temprano.

—¿Dormir temprano?— le pregunto, arqueando una ceja y mirándola durante unos escasos segundos.—Nadia, no hace falta que me mientas.

—No te estoy mintiendo, quiero dormir temprano.

—¿Y a qué hora piensas dormir? ¿A las siete de la tarde?

—No, a las ocho.

Aprovechando de que tenía que parar en un semáforo en rojo, la miro seriamente, esperando a que me diga la verdad del asunto.

—Nadia…

—Vale, está bien, he quedado con alguien a las nueve, ¿Contenta?

—Sí, ¿Con quién?

—Con alguien.

—Pero con quién.

—Eso todavía es información secreta…— iba a volver a hablar, pero rápidamente me interrumpió.— Y no me vuelvas a preguntar, porque no te pienso responder.

Yo suspiro ante su respuesta y me limito a seguir conduciendo, ya que quedaba poco trayecto para llegar a la casa.

Después de poco más de cinco minutos, conseguimos llegar a la casa. Luego de que nos abrieran el portalón, aparco el coche delante de su garaje y ambas nos bajamos del coche, y fuimos a saludar a Odette, la cual nos esperaba con una sonrisa en la puerta.

—Bienvenidas, chicas— nos saluda Odette mientras nos da un abrazo a cada una.

—Hola, perdona por tardar, pero es que, aquí una— señalo a Nadia— tarda un siglo y medio en prepararse.

—Tranquilas, no pasa nada, yo acabo de prepararme ahora— dice Odette entre risas.— ¿Entramos, tomamos algo y os enseño lo tengo preparado?

—Por mí perfecto— contesta Nadia con una sonrisa, mientras que yo asentía.

Mi amor para tres ||Formula 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora