Capítulo 25

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—Vale— responde sin pensárselo dos veces Pierre.

—¿Cómo?— dijimos a la vez Lando, Carlos y yo. Nosotros no fuimos los únicos que nos quedamos perplejos, todo el resto lo estaba mirando perplejo.

—Para la próxima, no lo hagas tan evidente y dilo más tarde, para que no se note tanto que Kia te gusta, crack— dijo Nadia, guiñándole el ojo a Gasly. A mí me hizo gracia, pero estaba tan sorprendida todavía que ni siquiera podía gesticular una risa.

—No dije que me gustara, pero tan solo es un beso… no va a haber mucha diferencia a los que me doy con algunas en la discoteca— dice Gasly.— Pero bueno, solo si el trato se va a hacer verdad, claro.

De pronto, todas las miradas pasaron de Pierre a mí, haciendo que yo me quedara en blanco.

—¿Tú aceptas?— me pregunta Nadia.

En ese momento, era poco matarla. No sólo me había metido en un aprieto que a ver cómo salía de él, sino que también me estaba metiendo presión para que respondiera rápido para empezar con su jueguecito de los cojones.

Ahora mismo, tenía una moneda en mi cabeza, donde una cara era aceptar y hacer el juego a pesar de que luego le tuviera que dar un beso a Gasly, por la cara bonita de mi mejor amiga, y la otra cara era negarme a hacerlo y echar la noche, prácticamente, a perder por no atreverme a hacer algo que se lo tengo hecho hasta a un desconocido estando borracha.

—Ayy… Está bien— acabé contestándo.— Pero al final del juego.

—Está bien— contesta el francés con una sonrisa.— Ahora si que podemos empezar a jugar.

—¿Y quien empieza?— pregunta Sargeant.

—Eso se decide con una botella— dijo Nadia, cogiendo una botella de cerveza vacía que había a su lado, y poniéndola en el centro del círculo que estábamos formando.— A quién apunte la boca de la botella le toca empezar, ¿Vale?

—Vale— dijimos todos al unísono.

Nadia, cuando escuchó nuestra contestación, de un giro a la muñeca, la botella comenzó a girar lentamente. Dio cuatro vueltas hasta que por fin se paró en alguien y ese alguien era ni más ni menos que George.

—¿Ahora tengo que escoger, no?— pregunta mirándonos a Nadia y a mí, por lo que nosotras respondimos afirmando.— Bien… Pues, escojo… Verdad.

—Muy bien, pues responde: ¿A quién no tendrías ni queriendo como compañero de equipo y por qué?— le pregunta Nadia.

—Mmm… Posiblemente a Max— responde.— No es que me caiga mal, pero es que siento que querría todo para él y a mi no me gusta eso.

—La primera vez que oigo que alguien no quiere como compañero de equipo a Max— dijo Albon. — Alucinante.

—Los que estuvisteis con él en el equipo, ¿Es verdad eso de que quiere todo para él?— pregunto yo, sabiendo perfectamente que no me van a contestar.

—Es verdad— contesta Carlos, haciendo que me sorprenda un poco. Se ha mojado en contestar aunque no le hayan preguntado en el juego… eso sí que es ir a por todas y eso me gustaba.

—Ya te puedo decir yo que es verdad— dijo Albon también.

—Mmm… Me sorprende que haya dado en el clavo, la verdad— dijo Russell.— Pero bueno, me toca.

George gira la botella y, al cabo de unas vueltas, esta se para señalando a Alex.

—Venga, yo voy con atrevimiento, así que retame— dijo Albon entre risas.

Mi amor para tres ||Formula 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora