11| Entre miedos y dudas

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Carter

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Carter

Por fin es la hora de largarme de aquí.

Desde que me despedí de Randall en su auto se me ha hecho eterno el turno, no veía la hora de irme de esta mierda. Ha sido un asco de noche, empezando por el borracho que llegó a fastidiarme la paciencia y a vomitar en el baño del local. Y obviamente tuve limpiar el desastre.

A pesar de la mierda, decido poner la mente en blanco mientras recojo mis cosas y recibo el pago de la semana de un callado y preocupado Ronny. Esta semana no ha sido buena para él, su hija pequeña está enferma y eso lo ha tenido estresado de más. Pero espero que la niña se mejore.

Parto de local, mientras el ambiente pesado y gélido de la noche me envuelve con delicadeza. Me he dejado la sudadera en casa cuando salí, así que decido encenderme un cigarrillo para entrar en calor. Y, mientras este se consume con lentitud, los pensamientos vuelven a atacarme, pero esta vez no son los de siempre.

Ahora son pensamientos sobre él.

Odio que me pase esto con él.

No soy estúpido, sé muy bien lo que pasó dentro de su auto. Hay que ser muy desatento para no darse cuenta de la tensión que nos cubría con pesadez, y sé que él, al igual que yo, no pudo ignorarla con facilidad. Cuando nos despedimos, sus mejillas se tintaron de un rosado suave como el del amanecer, mientras sus ojos inquietos no sabían a qué dirección mirar, y sus palabras temblorosas... Maldición.

No sé por qué me dejo enrollar tanto por esto, siempre he sabido que el amor no es amigo mío. Esas cuatro letras están llenas de cosas que no he conocido, por lo tanto, no hay espacio para mí en ellas. Suena muy deprimente y dramático, pero mi vida es como toda una tragedia de película. Tal vez por eso ame tanto el cine.

Y al nombrar al amor quizá llevo estas emociones demasiado lejos, no lo amo. Pero me gusta, me gusta de una forma arrolladora y voraz, para nada parecida a la atracción simplemente sexual que he tenido con otros chicos en mi vida. No me había sentido tan contento antes de encontrarme a alguien por casualidad como con él, tampoco me había reído varios minutos por un simple mensaje o me había visto ansioso y expectante por recibir alguno. Y ni hablar de la manera en la que me siento cada vez que sonríe.

Y esto me preocupa, porque no sé cómo carajo reaccionar a estas nuevas emociones. No sé si debería hablar con Randall sobre lo que me pasa, y si lo hago, dar camino abierto a que el sentimiento crezca si es correspondido. O, en cambio, tragarme mis emociones y enterrarlas en lo profundo de mi ser, sin oportunidad de ver la luz.

—Randall... Imbécil, ¿por qué tienes que ser alguien tan fácil de querer? —Murmuro a la noche, frustrado, pensando que no estuviera así si hubiese ignorado al chico que estaban robando cerca de mí.

Y pensar que eso pasó hace tan solo tres semanas, suficiente tiempo para que ese pelirrojo me tuviera como un idiota sonriendo internamente cada vez que sus ojos negros me miran con ese brillo especial. Pero tal vez esto pasa cuando llevas tanto tiempo con el corazón congelado y aparece alguien con una luz tan cegadora y capaz de derretir cualquier iceberg.

Efímero [EN PROCESO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang