Efímero [EN PROCESO]

22| Escape

—Para R. (Feliz cumpleaños, donde quiera que estés). 📌

Randy

Tener una mejor amiga es tener a alguien que te apoye siempre, pero también a alguien que te saque de quicio bastante seguido.

Y, justo ahora, Grecia me está provocando la necesidad de cubrir mis oídos con papel de baño.

—...Es que ustedes son muy tiernos, son mi pareja favorita —dice, continuando su larga exposición explicando por qué Carter y yo somos perfectos el uno para el otro.

Ruedo mis ojos y cierro el libro que estoy, o estaba, intentando leer.

—Eres muy molesta, además de cursi.

—Ustedes dos sacan mi lado romántico —responde, aleteando las pestañas de manera exagerada. Si esto fuera un dibujo animado, a su alrededor flotarían corazones.

—Creo que estás delirando —deduzco, riendo.

Ella eleva una ceja y se pone seria.

—¿De verdad? —Asiento—. Randy, estabas leyendo un libro.

—Gracias por decirme analfabeto.

—A ti no te gusta leer. Lo estás haciendo solo porque a él si le gusta hacerlo y así tendrás algo en común con él y algo de lo que hablar, dime si estoy mintiendo —pide, con una mirada de suficiencia.

La odio.

—Basta, ¿sí? —exijo, sintiendo cómo mi rostro comienza a calentarse.

Ella ríe y me lanza un cojín a la cara.

—Estás enamorado, ¡me encanta! —Chilla, como una niña en navidad.

Me cubro el rostro con las manos.

—Puff, sí, claro, ¿qué más soñaste?

—Si te dijera, me corres de tu casa —comenta, con un tono sugerente que me provoca estragos en la boca del estómago.

—Estás enferma. —Dejo caer mis manos y la fulmino con la mirada.

Ella no se inmuta, sigue con su mirada soñadora y su sonrisa de triunfo. Cuánto la quiero, pero cuánto me estresa esta chica.

—Y tú babeando por ese chico malo, ¡roar!

Bueno, supongo que tendré que acostumbrarme a esto.

Un mensaje llega a mi teléfono, cosa que provoca una sensación de pánico dentro de mí. Últimamente he estado recibiendo muchos mensajes raros, y lo más perturbador es que conocen datos míos que no tendría por qué saber quién sabe qué loco.

Sin embargo, el terror se esfuma y da paso a la emoción cuando leo el nombre de Carter en la pantalla.

«Sal, estoy fuera».