La Reina Quiere Divorciarse

Capítulo 54: La mano que me abraza

　¿Por qué estaba detrás de mí de repente?

　Ni siquiera podía pensar en tal cosa, no quería soltar la figura detrás de mí ahora.

"¿Qué?"

　Lienhardt se sorprende, pero en el momento en que extiende la mano y la abraza, el aroma que olió cuando prometieron volverse a casar envuelve suavemente a Iris.

　Es un poco varonil, un aroma que le sienta bien a sus anchos hombros. Me aferré desesperadamente a su cuerpo, sin querer soltar su aroma y calidez.

"¡Estúpido! ¿¡Por qué no viniste hasta tan tarde!?"

　Los ojos de Lienhardt se abrieron sorprendidos. Era la primera vez que Iris me abrazaba, así que pude entender que estaba molesta.

"¡Eh...!"

　Estaba tan nerviosa que ni siquiera podía emitir ningún sonido, pero no me importó y grité.

"¡No quería que el divorcio se me escapara de ti! ¡Quería el divorcio porque quería dejar en el pasado todas las veces que no funcionaron contigo y terminar las cosas como es debido!"

　Sin decir nada, le di unas palmaditas al cuerpo que sostenía a Iris.

"¡Tengo miedo! ¡Ojalá todo volviera a ser igual que los seis años anteriores! Por eso pedí el divorcio porque quería terminar todo y tratar de olvidar que ya había terminado".

　¿Por qué cometes un malentendido tan simple? ¡Tengo mucho miedo de que no salga igual, pero estoy segura de que estoy trabajando duro porque quiero empezar de nuevo!

　Mientras aplaudo con ambas manos, grito todo lo que he estado guardando en mi corazón hasta ahora.

"Iris..."

　Los brazos de Lienhardt rodearon con fuerza el cuerpo de Iris. Además, sollozo.

"¡Pero por qué! Solo peleamos una vez y no apareciste hoy... Tenía miedo..."

　Me pregunto si finalmente ha terminado este tiempo. Finalmente me decidí a intentarlo de nuevo y reuní el coraje para estar al lado de Lienhardt una vez más.

"Lo siento......"

　Susurró una disculpa en mi oído que lloraba.

"La razón por la que llegué tarde fue porque los ministros me atraparon. Es verdad... lo siento mucho..."

　Mi garganta se contrajo cuando escuché una voz ronca en mi oído.

"¿Ministro?"

"Ah... parece que me enteré de tu promesa que me hiciste en alguna parte. Por eso no pude salir de la habitación debido a las interrupciones..."

　Una mano ancha acaricia suavemente el cabello manchado de lágrimas de Iris.

"Incluso si ese es el caso, te pido disculpas... No sabía que estabas pensando así..."

　Además, alguien me susurra al oído, con una voz que suena a mosquito, que he dicho algo terrible.

"No puedo creer que finalmente te hayas dado cuenta... Yo también quería vivir contigo de nuevo en ese momento, así que asentí... En realidad fue una gran decisión... pero por qué..."

　Coloqué débilmente mi mano sobre el pecho de Lienhardt, como para hacerle saber que sentía una tristeza repentina.

　Debido a la debilidad de sus manos, Lienhardt abrazó con fuerza el cuerpo de Iris.

"Así es... pronto voy a perder la confianza en ti".

　Sin embargo, su rostro seguía sonriendo incluso mientras lloraba, como si fuera tan dulce que no pudiera evitar llorar.