06: Tzuyu

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Estamos arrasando por completo con la
Universidad Eastwood el viernes por la noche, y no tiene nada que ver con el débil guante de Kriska. Simplemente estamos ardiendo y ellas no. Kriska detiene tiro tras tiro, pero cinco (síp, cinco) iluminan el tablero. Me gustaría decir que contribuí con más de uno, pero los dioses del hockey decidieron repartir la riqueza. El primer gol fue mío, pero los siguientes cuatro fueron de varias compañeras de equipo.

No sé qué pasó con la defensa de Eastwood, pero las ala no aparecieron para jugar esta noche. Kriska está sola en la red golpeando discos como Neo esquivando balas en The Matrix. Cada vez que una jugadora de Briar consigue una escapada, el rostro de la portero se pone blanco como la nieve detrás de su máscara, porque sabe que está en problemas. Las jugadoras de Eastwood están luchando para mantenerse al día con nosotros o enredadas en las esquinas proporcionando oportunidades de rebote infinitas para Briar.

Nuestros fanáticos gritan su aprobación. Este es un juego en casa, por lo que los colores de nuestra escuela, negro y plateado, constituyen una gran extensión de las gradas. Maldición, se siente bien estar de regreso, estar respirando el aire fresco en la arena. El escalofrío que me hace cosquillas en la nuca solo aumenta la adrenalina que corre por mi sangre.

Estoy en el banco. Quedan dos minutos en el tercer período, pero no hay forma de que Eastwood marque cinco goles en dos minutos.
Echo un vistazo. Con está a mi lado. Estamos en la misma línea este año, junto con Lisa, y las tres estamos obligadas a tener en cuenta las demás. Esta línea nos llevará hasta la final.

-Je-sús, eso fue un chequeo cruzado loco - alabo.

Las dos estamos sin aliento. Nuestro último turno fue un golpe de penalización, durante el cual Minnie conectó un golpe de hueso contra una delantera de Eastwood.

—Amiga, todavía me suenan las orejas. — Su sonrisa emite una vibra lobuna y dentuda gracias al protector bucal medio colgando de su boca.

—Te necesitábamos la temporada pasada.— admito.— No teníamos muchas matonas.— Mientras tanto, nuestro mayor rival, Harvard, tenía a la matona de todas las matonas, Brooks Weston.

Pero Minnie se transfirió este año de una universidad en Tailandia. Es una chica tailandesa, con su cabello pelinegro y su actitud relajada. Sin embargo, no hay nada tranquilo sobre ella cuando está aplastando a otras tipas en las tablas.

El entrenador nos mantiene en el banco mientras el reloj avanza, permitiendo que nuestras líneas tercera y cuarta disfruten de la acción. No estamos en peligro de perder el juego, y el tiempo extra de hielo ayuda a desarrollarlos como jugadoras. Las chicas logran mantener el terreno con Eastwood, y nuestro primer juego termina en una blanqueada.

Todos están de humor festivo mientras entramos al vestuario para ducharnos y cambiarnos. Se hacen arreglos para ir a Malone's, el bar en Hastings donde la multitud de hockey generalmente se reúne.

—¿Vienes?— pregunto a Ryujin.

—Sí. Solo dame unos minutos. Tengo que asegurarme de que Pablo tenga su cena.

Ahogo la risa.

En el estante superior del casillero de Ryujin, la mascota del equipo está acomodada en su nueva y acogedora camita rosa coral. Con el mayor cuidado, Ryujin levanta a Pablo.

Jessica, que deambula en ropa interior, ve el huevo en la mano de Ryujin.

—¡Qué demonios, chica! ¿No puedes ver que Pablo tiene hambre?

— Aliméntame.— Una voz cantarina con acento llega desde el otro lado de la habitación, cortesía de Velky, nuestra estudiante internacional de Suecia.

ONE OF THE GIRLS | SATZU [ADAPTACION]Where stories live. Discover now