21: Tzuyu

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Esto es un desastre. Me detiene la policía, y la cabeza de Sana está atascada en mi regazo. Ella está sobre mí como una manta, su rostro a centímetros de mi entrepierna y sé que en cuanto el oficial llegue a la ventana lateral del conductor, va a pensar... Jesucristo, va a pensar que me está haciendo un oral.

—¿Por qué nos detienen? -sisea Sana
.
— Deben habernos visto desviándonos por todo el camino. —Mierda, esto es una pesadilla.

Apago el motor. Mientras espero que el policía se acerque a la ventana, hago un intento frenético de sacar a Sana de mí.

-¡Auch! -Se lamenta.

—Lo siento —murmuro-. Estoy tratando de liberarte. —Su pendiente está atrapado, sí, pero no estoy segura en qué. ¿Creo que es uno de los cierres de mi cinturón? ¿Pero cómo diablos se incrustó así? ¿Tal vez se enganchó en un hilo?
No estoy haciendo progreso, y cada vez que trato de empujar el arete para sacarlo, Sana gime de dolor. No puedo creer que lo esté pensando, pero... ella podría perder esa oreja. No sé si reír o llorar.

—Alguien viene -susurra mientras los pasos golpean en el pavimento.

-Licencia y regist... —El oficial de policía se detiene a mitad de oración.

Suspiro en la resignación.

—¿Qué diablos está pasando aquí? Siéntese, señorita -ordena firmemente—. Ahora, por favor.

—¡No puedo! —dice Sana quejándose.

Los ojos severos del policía se fijan en mí.

—Necesito que tú y tu novia salgan del coche y coloquen las manos en el capó.

—No soy su novia —dice Sana, como si esa fuera nuestra preocupación más preocupante, ser confundidas como una pareja.

—No podemos —respondo a través de los dientes afilados.

—Mira, chica, me doy cuenta de que esto es algo genial que a los universitarios les gusta hacer...

¿Algo genial que nosotros hacemos?

-...pero el comportamiento lascivo es motivo de arresto. No solo eso, usted estaba conduciendo imprudentemente y poniendo en peligro a otros conductores.

Miro desde el parabrisas al camino oscuro y completamente vacío.

—¿Qué otros conductores? Aquí no hay nadie más que nosotros. Un solo auto ha pasado desde que nos detuvo.

—Y no estamos siendo lascivas —protesta Sana. — ¡Estoy atascada!

—Atascada —repite el hombre dudosamente.

Suspiro.

—Se le cayó el teléfono y trató de recogerlo, y ahora está atascada.

- Atascada —dice de nuevo. Luego sacude la cabeza como si decidiera no comprarse lo que estamos vendiendo.— Señorita, esta es la última vez que voy a decirle, por favor, siéntese.

—No puedo.

El oficial se extiende a su cinturón.

—¡Jesús! —suelto—. ¡No necesitas tu arma!

—¡Qué arma! - Sana empieza a retorcerse en mi regazo, renovado sus esfuerzos por liberarse.

Si el oficial no estuviera allí y estuviéramos nosotras dos, todo ese movimiento salvaje convocaría una respuesta acalorada de mi polla. Pero el policía está aquí, así que mi polla está blanda y estoy a segundos de estallar en una risa maníaca. Lo cual no va bien con el oficial cada vez más irritado. Resulta que solo estaba buscando una radio.

ONE OF THE GIRLS | SATZU [ADAPTACION]Where stories live. Discover now