29: Tzuyu

439 68 14
                                    

—Hola, ¿está Lisa ? -pregunto cuando Minnie abre la puerta a la tarde siguiente. Es la una y media, Sana salió de mi casa hace treinta minutos, y necesito desesperadamente un consejo.

Minnie sacude la cabeza.

—Se fue a casa con Jennie anoche. No ha vuelto todavía. El resto de las chicas todavía están desmayadas. Y estoy a punto de hacer ejercicio. Vamos, puedes acompañarme.

—Claro, qué más da. —Entro y me quito el abrigo y las botas.

—¿Cómo estuvo anoche? -pregunta Minnie con una sonrisa de complicidad.

Increíble, quiero decir. Magnífico. Tremendo. Alucinante. Estupendo. No hay suficientes adjetivos para describir lo bueno que fue anoche. Fue el mejor sexo de mi vida, sin duda.

Cuando me desperté esta mañana y vi a Sana desnuda en mi cama, tan dulce, tan irresistible, no pude evitarlo otra vez. La hice venir con mi lengua, y luego me dio una paja que me hizo ver estrellas. Después de correrme en su mano, ella me guiñó un ojo, se llevó uno de los dedos a la boca para lamerlo, y casi me volví a correr. Esa chica es... increíble. Magnífica. Bueno, no hay suficientes adjetivos de nuevo. Es muy sexy y me tiene toda sobre ella. Y, por mucho que quiera volver a acostarme con ella, también estoy enojada conmigo misma. Caminé hasta aquí para hablar con Lisa al respecto, pero parece que Minnie tendrá que servir.

Bajamos al sótano, donde las chicas tienen un gimnasio improvisado. No es mucho: cinta de correr, prensas de banca, máquina de remo y algunas pesas libres y bandas de resistencia.

Minnie se dirige al banco.

—¿Tengo barriga cervecera? Siento que estoy hinchada.

— ¿Estás buscando cumplidos? Porque tus abdominales están más definidos que el trasero de una gimnasta —digo quejándome mientras la ayudo a levantar las pesas. Levanto una ceja cuando veo lo que está levantando-. ¿veinticinco kilos? Perdedora —resoplo.

-Resaca -gruñe—. Estoy empezando lentamente.

Me río.

—¿Resaca? Estoy bastante segura de que yo bebí todo tu whiskey.

—Abrí otra botella después de que ustedes se fueron —dice con una sonrisa—. Estuve despierta hasta las tres de la mañana bebiendo con una pelirroja realmente caliente.

—Aja, estoy segura de que todo lo que hicieron fue beber.
-Bueno no. Tuvimos sexo, obvi.

Pongo los ojos en blanco.

—Obvi.

No me sorprende que haya pasado de besar a mi chica a engancharse con otra. Y dudo que lo haya hecho para calmar su ego magullado: el ego de Minnie podría soportar el impacto directo de un misil. Si tuvo un ligue, fue porque estaba caliente por besar a Sana, no porque necesitara un impulso de confianza después de que Sana se fuera a casa conmigo.

—¿Y tú, capitana? —pregunta.

Me hago la tonta.

—¿Y yo qué?

-Nunca respondiste cómo terminó noche. ¿Soy la única que tuvo sexo? -Se acuesta en el banco. Cuando no respondo, Sana suelta una carcajada. —Vamos, Chou, no es una pregunta capciosa.

-Bien. Tuve sexo -admito.

—¡Guau! ¡Nunca lo vi venir!

—Vete a la mierda -suspiro.

Ella levanta una ceja.

—¿Por qué tan triste? ¿Te corriste demasiado rápido por el asunto del celibato? ¿O fue mal sexo en general? -Frunce el ceño—. Eso es sorprendente, porque parecía que sería muy divertido. —Mientras ella levanta y baja la barra, todos los músculos de sus brazos se hinchan y flexionan.

ONE OF THE GIRLS | SATZU [ADAPTACION]Where stories live. Discover now